Serendipity

Dulce y dolorosa voz

- Gracias... Luna...

Con dificultades pronunció esas palabras. Sólo tomaron unos segundos para que Luna pudiese darse cuenta de lo que había oído y dicho Lila. Para reaccionar, soltando la cuchara.

- ¿Disculpa? - Pestañeó dos veces; pero Lila estaba de la misma forma que ella, con los ojos abiertos y congelada. - ¿Acaso acabas de agradecerme? - sus palabras eran cortadas.

Lila levantó los hombros.

" No lo sé "

 

" ¿No fue ella quién habló? "

 

Fueron sus pensamientos luego de levantar sus hombros.

 

- Creo que estoy escuchando cosas. - sonrió Luna, evitando el tema recoge la cuchara.

 

- " Yo... ¿Puedo...hablar? " - su pensamientos esta vez surgieron por sus labios, como antes.

 

- No, yo escuché mal pensé que... - Como antes Luna la mira con los ojos sorprendidos, y esta vez no sólo la cuchara se fue al piso, también el plato con la comida en el. - ¡Puedes hablar! - mostró su sonrisa, feliz de que ella pueda hablar

 

Salió de la habitación para darles la noticia a Thomas y Fredek; también para traer una escoba y recoger lo que se le había roto.

 

Al toparse con Thomas y Fredek, estos al escuchar el ruido del plato se asustaron, así que Luna no tuvo que correr a ellos.

 

- ¿Qué sucedió? - preguntó Thomas al verla.

 

- Escuchamos algo romperse. - le siguió Fredek.

 

Luna asiente. - Ella, Lila puede hablar. - los empujó a la habitación de la pelirroja y siguió su camino para tomar una escoba.

 

Fredek pudo saber que ocasionó aquel ruido al ver el palito tirado en el suelo y bajo de el la comida. A un lado la cuchara.

 

Debió de suceder algo sorprendente como para que Luna pudiese ser capaz de tirar un plato.

 

Fredek levanta su mirada para ver Thomas mirar a la pelirroja, aquella escena era de alguna novela.

 

- ¿Estás bien? - preguntó tomando sus mejillas y acariciándolas. Ella asiente, dejándole respirar. - Traeré tu comida - se separa de ella.

 

- Si...

 

Sus pasos se detuvieron por instinto, pues una voz tan suave y encantadora perteneciente a una mujer le había contestado. Y la única mujer en esa habitación era Lila, lentamente gira a ella.

 

- Ella... - tartamudeó.

 

Fredek le asiente al ver que Thomas estaba apunto de preguntar. - Puede hablar, Luna tenía razón. - En ese momento entras Luna con las cosas para limpiar el suelo.

 

- Thomas...

 

- Asombroso. Puede pronunciar perfectamente las palabras. A pesar de que...

 

Thomas interrumpe a Fredek en el instante en que se acerca a Lila para abrazarla y acariciarle su cabello. Su felicidad, la transmitió por ese abrazo.
Lila lo rodea con sus brazos. Aceptando.

 

- Soy Thomas, Lila, soy Thomas Cambar. - se separa de ella para arreglarle el cabello y sonreírle.

 

- Sí, Thomas...Cambar. - Sus palabras eran débiles, apenas se escuchaba, pero se notaba que era una voz suave y dulce. Algo que ha Thomas le gustó y le hizo feliz.

 

- Traeré la comida. - Dijo Luna.

 

- No, yo iré. - se aleja de Lila con una sonrisa en el rostro.

 

Podía recordar sus palabras. Se repetían en su mente, mientras salía de la habitación.

 

« Thomas...Cambar. »

 

Sonrió. Toma la comida que estaba en la cocina, el cual era el plato de Fredek, más no le importó tomarlo sin que él lo supiera. Toda su atención estaba en esas palabras.

 

- Dijo mi nombre... - susurró volviendo a pensar en el rostro de Lila al pronunciarlo.

 

Sosteniendo esa sonrisa dio paso a la habitación de Lila. Les pidió a Fredek y Luna para los dejarán solos. Ellos notaron el ambiente y se fueron.

 

Thomas tomó la cuchara y alimenta a Lila.

 

- No, yo... puedo. - Lila detiene la cuchara poniendo su mano adelante de esta.

 

- Déjame ayudarte, será la última vez que lo haga. - Prometió insistiendo en alimentarla. Ella quita su mano y abre la boca.

 

- duele... - susurró ella.

 

- ¿Dónde te duele? - por suerte Thomas llegó a escuchar. Lila señala su cuello, por lo que Thomas supuso que era su garganta. - ¿Te duele al comer o al hablar?

 

Lila buscó la tableta en uno de los cajones. Y escribe en ella.

 

" Al hablar, mi aire se agota. "

 

- Lo más recomendable es que no hables si ese dolor continúa. - le aconseja, Lila vuelve a escribir en la tableta y le muestra.

 

" ¿Estás decepcionado? "

 

- No, estoy feliz que puedas hablar, pero me pondré triste si llegas a enfermaste por forzar a tu garganta. - Lila asiente, abre la boca al ver que Thomas toma la cuchara y arrebata algo de la comida; mientras mastica, decide volver a escribir en la tableta.



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En el texto hay: romance, relatos de amor, sirenasytritones

Editado: 17.02.2019

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