Seres Almáticos. Fuerza de Voluntad. Inari Masga.

19. Martes 7 de Julio.

¡Qué molestó es esto! Mi pierna se enreda con las sábanas y cuando trató de moverme siento una punzada que proviene de la herida, lo cual hizo que me terminase de despertar, miré el techo, ¿qué hora será?

Llamaron a la puerta, no respondí, al poco tiempo entró Sandra con mi desayuno, suspiré - Hola, amor, ¿Quieres desayunar? - saludó al poner la charola en el escritorio - No, no quiero, pero debo recuperar fuerzas - respondí con pereza y un poco irritado, me levanté despacio, ella quiso acercarse a ayudarme, negué con la cabeza, luego le sonreí en agradecimiento, me senté en la silla y ella me extendió el tenedor, el desayuno de hoy consistía en ensalada con pechuga de pollo, jugo de naranja y galletas de avena; Sandra al ver que no tomaba el cubierto se agachó a verme a los ojos - ¿Qué sucede? -preguntó con preocupación - Necesito pedirte algo - susurré, ella dejó el cubierto en el escritorio - dime - pidió - necesito que pongamos una distancia entre los dos, ¿Recuerdas que te dije, hace mucho, que me casé por un compromiso religioso de los socios de mis padres? - comencé - si - ella susurró y agachó la cabeza, tratando de ocultar las lágrimas - Mi esposa quiere cuidarme en mi recuperación, se ha acordado que vendrá a vivir aquí - dije y acaricié su cabello a modo de disculpa - Está bien, pediré que me cambien a la sala - exclamó con un quiebre en su voz, se levantó y se fue.

Terminé de desayunar en silencio, mi mente se concentró en lo que le diría a Sandra, a Daxne; traté de imaginarme el proceder a partir de ese momento, no sabía cómo reaccionaría Daxne ante toda la historia, no sabía cómo nos acomodaremos, ella era mi esposa por título pero ahora viviría conmigo, en ese instante visualicé la laptop que Jared se había llevado anoche, alejé la charola con los trastes vacíos con mi mano izquierda mientras la derecha acercaba la laptop cerrada, suspiré y abrí la computadora, ingresé la contraseña, apareció el inicio y una ventana de nota apareció:

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"Hablé con papá, cree conveniente construir una habitación al lado de mi cuarto; por lo tanto, tu recámara será mi cuarto,  la mía será tuya y Daxne en la nueva habitación; pero apenas lo gestionará el día de hoy, así que ella dormirá contigo en lo que se construye, ¿qué opinas? - Jared"

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Suspiré, ¿como es que mis padres solucionan problemas que aún no me he planteado? Cerré la ventana sin guardar cambios, mi correo estaba abierto, indicaba que había un mensaje nuevo, era del señor Oliveira:

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"Hijo mío, me entristece y me anima tu mensaje; me entristece la tragedia qué tú y tu familia han sufrido, pero me anima saber que a pesar de ello, tu comportamiento sea el de un hombre hecho y derecho, porque sólo un verdadero hombre admite cuándo necesita ayuda, y confía en su esposa; por la noche nos presentaremos en vuestra casa para entregarte a nuestra hija, y así mismo ver la gravedad de tu herida, hasta entonces. - Oliveira Corporation."

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Gracias hermano, dándome un poco de tu fuerza ante los señores Oliveira.

Me levanté con fuerza, recogí la charola, la llevaría a la cocina, con mi paso lento tenía suficiente en qué pensar, al final de la escalera se encontraba Sandra sacudiendo el polvo de las fotografías que colgaban en la pared del pasillo, ella me miró, parpadeó - ¿gusta que le ayude con esa charola, joven Samuel? - preguntó con cortesía fingida, suspiré - Gracias - se lo entregué, ella se fue a la cocina y yo me fui a la sala, en cualquier momento llegaría Yesenia, me acosté sobre el sillón, miré el techo un largo rato.

La música de mi celular comenzó a sonar, abrí mis párpados forzadamente y contesté en el último timbre - aló - saludé, no me había fijado quién era - ¡Gracias, gracias, gracias, esposo mío! ¡Te veré esta noche! - realmente estaba emocionada, sonreí su alegría era contagiosa - Claro que sí, amada mía, esta noche vendrás con esos ojos que me envuelven y esa mirada que me atrapa en un profundo sueño - suspiré - esposo mío, me arreglaré como el día de nuestra boda y estaré al pendiente de ti, te complaceré en todo lo que desees - prometió, sonreí, en ese instante escuché el timbre de la entrada - Gracias, amada mía, perdóname por favor, ah venido mi familia a revisar mi herida y debo colgar - me disculpé tratando de dar por terminada la llamada, temía que Yesenia se enterara de que estoy casado siendo menor de edad - sí, esposo mío, yo estoy algo atrasada, disculpa por distraerte, te veo en la noche - titubeó al principio, luego se despidió - Cuídate, amada mía, quiero verte hermosa - me despedí, ella me mandó un beso y colgamos.

Miré a la entrada de la sala, ahí se encontraba Yesenia, en silencio, me miraba con una amplia sonrisa, me preocupé ¿qué tanto habrá escuchado? - Hola, prima ¿Cómo sigues? - saludé mientras le indicaba que se sentara mi lado - ¡Vaya! No sabía que tenías novia, primo - respondió mientras se sentaba, sonreí - ¿de qué te sorprendes? Soy hombre - me burlé, ella se rió - tienes razón - admitió, miró mi pierna y suspiró, de inmediato desapareció su sonrisa - ¿Qué te ha dicho el doctor? - preguntó, miré mi pierna, moví los dedos - que debo hacer ejercicios para recuperar la movilidad, él cree que si los hago correctamente, volveré a jugar baloncesto, sino, lo ve muy difícil - sonreí, ella tomó mi mano - Yo sé que volverás a jugar, es una corazonada - dijo en susurro - Gracias, perdón que cambie de tema, pero ¿qué ha pasado en tu casa? - pregunté mirandola a los ojos - mi casa esta vuelta un caos, encontraron droga en las cosas de Paúl, te imaginarás cómo se puso mi padre al verlas - suspiró; DROGAS, ¿Qué pasa por su cabeza? No le pregunté por qué las tenía, no salía de mi asombro, aún tenía la mano de Yesenia la apreté con suavidad, ella volvió a suspirar - Sólo dijo que eran sus cosas, que no teníamos derecho de meternos, pronto será adulto legal y que eso lo hace el único responsable de sus decisiones - recitó con pesar, la abracé, saqué de mi pantalón un pañuelo que me regaló Daxne y se lo extendí para que se secara las lágrimas - ¿y tú qué piensas de eso? - ella me miró confusa - ¿De las drogas o de Paúl? - preguntó con cautela, alcé los hombros para que eligiera, ella suspiró - pienso que quiere desperdiciar su vida evitando la culpa que él se sigue poniendo de tu herida - no apartaba la vista de mi pierna, ahora fui yo el que suspiró - y mi tía Susana, ¿cómo lo lleva? - pregunté preocupado, ellos viven algo similar a nosotros, Susana es el segundo matrimonio de mi tío Víctor, como lo es mi madre con mi padre, supongo que esa es la razón por la que Paúl se lleva muy estrechamente con Jared - mi madre lo ignora, ella no quiere meterse en la vida de Paúl porque de por sí él no la quiere - suspiró, se aferró al abrazo, acariciando su cabello ondulado - tranquila, prima, tarde o temprano todo esto se solucionará - la tranquilicé con un poco de esperanza, no sabía cómo, pero todo iba a cambiar, tenía un presentimiento - ¿crees que todo mejore? - preguntó con un pequeño ánimo, sonreí - si nos esforzamos en mejorar, todo mejorará, prima - respondí con paciencia, era lo único que podía decirle, paciencia de que todo mejoraría, ella sonrío - ¿Cómo puedo mejorar yo, para ayudar a mis padres con la situación de Paúl? - preguntó más animada, la abracé - eso, prima, lo debes descubrir tú - ella correspondió el abrazo en silencio, estuvimos algún tiempo en quietud, sólo se escuchaba nuestro respirar hasta que sonó el teléfono de ella - ¿Qué pasó, mom? - saludó, yo la observé, se entristeció, luego colgó, alcé una ceja en modo de pregunta - ya me voy, mi madre quiere prepararle una sorpresa a mi padre para que se relaje por la tensión con Paúl - sonrió tratando de mantener el ánimo,  le sonreí - Me parece bien, prima mantén el ánimo - la volví a abrazar y poquito a poco ella se fue levantando - Cuídate mucho, primo, te seguiré viendo - prometió, sonreí, somos muy unidos, es como la hermana que no tuve - será fantástico verte, por favor, salúdamelos - me despedí. Ella se fue.




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