Sábado 11 Julio 10:00 am
Anoche me dormí en el sofá, no tenía fuerzas para subir a mi habitación, pero al despertar me encontraba en mi cama junto a mi esposa, ¿Quién me habría subido? Suspiré, me levanté con cuidado y me dirigí al baño, miré mi reflejo, el moretón había desaparecido, y mis ojos estaban hinchados, lloré sobre el regazo de mi amada hasta quedarme dormido, suspiré ante mi reflejo, me lavé la cara, los dientes y me metí a bañar; aún me sentía mal, incluso peor; al salir de la regadera, me envolví en la toalla y entré a mi recamara, Daxne no estaba en la cama, la puerta cerrada, suspiré; di algunos pasos lentos hacía la cama, de pronto sentí un abrazo por detrás, suspiré, ella se colocó a mi lado y me llevó a la cama, hizo que me sentara, tomó la silla del escritorio, se sentó frente a mí y comenzó a masajear mi pierna aún envendada; alrededor de dos minutos, o quizás cinco, ella soltó la venda, observó la herida, me acosté en la cama, no deseaba ver la herida… ¿Dónde había quedado mi entusiasmo? Lo que antes llamaba “herida de guerra”?, ahora me causaba nostalgia y malestar, mis lagrimas comenzaron a brotar, ¿Qué me está pasando? Siento que me hundo en la desesperación, en la impotencia… en la desolación, ¿A caso ésta situación me está quebrando?
Dejé que mis lágrimas fluyeran mientras mi esposa se encargaba de los ejercicios para mi recuperación.
Sábado 11 Julio 3:00 pm
Me encontraba acurrucado en las piernas de Daxne, leyendo uno de sus libros cuando sonó el timbre de mi celular, lo saqué de mi pantalón sin apartar la vista del libro, al darme cuenta que era Jared, le di vuelta al libro para evitar que se cerrará - Hola, ¿Qué tal van? - Saludé -Hola, Sam ¿Cómo estás? ¿Estás con Dax? - Cuestionó evadiendo mi pregunta - si… estoy con ella, papá aún no llega y mamá prepara la comida - expliqué, él suspiró al otro lado de la línea - por favor, que Daxne vaya por Verenice, es importante - pidió, su voz sonaba cansada y con un deje de frustración - ¿Estás bien? - Me preocupé -¿He?, ah, sí, sí, estoy bien, sólo cansado, aquí rondan las ocho de la noche - explicó tranquilo - ¿Cómo estás Sam? ¿Has hecho los ejercicios? - Preguntó, pero al final no pudo ocultar un bostezo, sonreí - Si, hermano, hoy los hicimos, estoy… hum… bien, creo, no nos han dado noticias de Paúl o de Yezenia, nadie me ha llamado hoy -Dije con tristeza, él suspiró - tranquilo, es posible que le hayan hablado a papá - pude imaginarlo sonreír; Daxne regresó con mamá, la llamada la había puesto en altavoz - ¿Qué pasa, Jared? - Saludó con frialdad, me asustó -Verenice, ¿Estas sentada? Necesito que trates de contenerte, lo que te diré es grave y al no estar papá con ustedes, deben ser fuertes para escuchar lo que les diré… - tomó un suspiró - ¿Están listos? - Jared se escuchaba molesto y frío, tomé una almohada y la apreté contra mí con fuerza - Sí - respondió con frialdad mi madre - Han envenenado a Veatríz - todos nos quedamos mudos, las lágrimas se me escaparon sin siquiera fijarme, Jared suspiró al no recibir respuesta -Ella está bien, el veneno no es fuerte, es sutil, no la matará… pronto, los doctores le dan un mes como máximo - Jared volvió a suspirar - ésta situación se esta complicando, Stephenni está muy, muy molesta, se está poniendo en contra de la familia de su exmarido, ella tiene una hija, tendré que cuidarla un tiempo, me quedaré toda la semana, sin embargo, iré a verles el martes por la noche y el miércoles desayunaré con Arielle - resumió sus planes, mi madre se había quedado sin habla y yo no salía de mi sorpresa, Daxne suspiró –¿En dónde estás, Jared? ¿Hay algo que podamos hacer en la empresa? - Mi madre y yo la miramos anonadados - sí, tendrán que hablar con la nueva directiva, se acortarán los plazos para los aumentos, ustedes encárguense en lo que estoy aquí, después de que Veatríz despierte, veré que desea hacer - en unisono suspiramos, luego estuvimos en silencio unos segundos - iré a dormir, traten de descansar, llamaré a papá y mañana los pondré al tanto de la salud de Veatríz - se despidió - Descansa… hermano - me despedí al colgar, suspiré.
》¡¿Algo más?! ¡¿Algo más le quieren aumentar a mi desdicha?! 《
Mi madre y yo llorábamos abrazados, ella no decía nada, ni se quejaba, sólo suspiraba y dejaba salir las lágrimas en silencio, por mi parte no entendía hasta dónde llegaría mi dolor, ¿Cómo paró esto? ¿Dónde fue que se quebró nuestra felicidad? ¿Nuestra paz? Daxne había bajado a recibir a mi padre y a poner la mesa para comer; papá entró escandalosamente, gritaba el nombre de mi madre en desesperación, al vernos abrazados sobre mi cama él suspiró y nos abrazó con lágrimas - Lo siento mucho, Verenice; mi amor, todo se solucionará, te lo juro, todo estará bien - la consolaba entre lágrimas, es extraño que en esta inmensa tristeza pueda sentir la calma que me ofrecen mis padres, es difícil de explicar, justo en este momento siento fuerzas, ya sé qué es lo que tengo que hacer, suspiré y me levanté con tranquilidad, me dirigí a mi escritorio, saqué un papel y comencé a escribir, le decía a Daxne qué es lo que sentía y lo que necesitaba que hiciera por mí y conmigo; al finalizar, miré a mis padres ambos se limpiaban las lágrimas, se besaron y se acercaron a mí, - Vamos, aún tenemos cosas de qué hablar - indicó mi padre, suspiré con fuerza, me levanté y recorrí la pared hasta el comedor, algo me dice que lo que nos contará es sobre Paúl y Yezenia; Daxne estaba sentada en la mesa, los platos tenían un domo para detener el calor, ella sonrió al verme, me senté junto a ella y mis padres frente a nosotros - Víctor me llamó, me contó que Susana ha decidido llevarse a Yezenia a Canadá y que trabajará en el negocio de Veatríz, sin embargo, no sabemos como lo harán ahora que está en ese estado, por otro lado, Yezenia salió de la exploración y que ya no está en peligro, creen que con los ejercicios adecuados se recuperará pronto, lo único preocupante es el trauma mental que pueda sufrir, ya que fue su propio hermano -Resumió mi padre.