“¿Qué me importa que seas juiciosa?
¡Sé bella y sé triste! Las lágrimas
añaden un encanto al rostro,
como el río al paisaje;
La tormenta rejuvenece a las flores.”
Charles Baudelaire. Madrigal triste.
El invierno ha llegado y con él, las vacaciones y los preparativos de las fiestas, Jared se marchó a su universidad hace unos días para presentar su examen de admisión, él me ha llamado todas las noches para decirme cuánto me ama y que hace esto para cumplir ambos sueños, el suyo y el nuestro. Es hermoso soñar despierta cuando sabes que se está haciendo todo lo posible por lograrlo, sin embargo, eso no evita que me sienta un poco vacía en su ausencia; lo cual he tenido que fingir para ocultarlo, ya que esta semana es el cumpleaños número diecisiete de mi primo Sam, él es más chico que yo por casi dos meses, aún no sé qué le daré de regalo, espero encontrar algo que le guste; Daxne se ha ofrecido a ayudarme, esta tarde iremos a la plaza comercial para ver varias opciones de regalos. Pero, mientras tanto, aprenderé a cocinar con mi nana, ella se ofreció a enseñarme a preparar la cena para celebrar a mi primo.
Bajé a la cocina donde Ceci me estaba esperando, ella se encontraba de pie en el trastero lavando algunas frutas y verduras, ella volteó en el momento en que escuchó que había entrado – Buenos días, que bueno que ya bajaste – me saludó – Buenos días, quiero aprender – expliqué con entusiasmo – Me parece perfecto, ¿Sabes pelar verduras? – Me preguntó mientras secaba las verduras – No, ¿Me enseñas? – Pedí – Bien, toma asiento – Me senté en una de las sillas del desayunador donde la mesa estaba repleta de diferentes frutas y verduras recientemente lavadas. Ante mí había una madera para picar y un tazón grande con agua – Primero vamos a desinfectar la lechuga, mira, arrancamos las hojas que están marchitas y feas, y luego arrancamos diez hojas verdes, las cuales las picamos en tiras gruesas de aproximadamente dos centímetros – al ir explicando lo fue haciendo, tomé un cuchillo e hice el mismo corte que ella – ¿Así? – le mostré – Si, así está perfecto, ya que terminamos de picarlo lo colocamos en el tazón con agua y desinfectante – Mi nana me fue explicando paso a paso la receta y fue cuando me di cuenta que era muy fácil cocinar, pero como apenas soy nueva en esto le pediré que me ayude de todas formas con la cena de navidad.
Cuando acabamos de preparar la ensalada cesar, le di un abrazo y un beso a Ceci, y me fui a mi cuarto a bañarme, faltaba una hora para que llegara Daxne. Me metí en la regadera, el agua estaba tibia, tal y como me gusta, me sentía mareada y creí que con un baño me lo iba a quitar…no lo hizo. Respiré profundo y me envolví en la toalla, al salir terminé de vestirme, me encontraba peinándome cuando escuché el timbre, me puse rápidamente los zapatos y bajé al recibidor para encontrarme con Daxne…ella había llegado con Sam – Hola, chicos – saludé – Hola Arielle, ¿Cómo estás? – Correspondió el saludo– Bien, gracias – respondí – ¿Segura? – Me miró con sospecha Sam – Si Sam, no te preocupes – insistí – ¿Ya estas lista para irnos? – Apuró Daxne – Si, Dax, vámonos – asentí – Nos vemos Sam, Ceci – me despedí – Adiós chicas, se cuidan – finalizó Sam con un movimiento de la mano.
Daxne y yo nos fuimos en un taxi a la plaza comercial, estando ahí, ella sugirió que primero entráramos al departamento deportivo, luego al de ropa de jóvenes y para finalizar a una tienda de regalos y novedades; me pareció muy buena su idea y así le hicimos, en el primer departamento me sorprendí al ver una gran cantidad de prendas que utilizan los basquetbolistas, vimos varias playeras y algunos tenis, escogí una playera con los colores del equipo de Sam, de ahí nos pasamos al otro departamento, vimos varios pantalones, camisas y corbatas, Daxne le compró una camisa y una corbata con el color que ella dice que cree que se le ve mejor a Sam, y ya por último, vimos en la tienda de regalos y novedades unos portarretratos muy bonitos y unas almohadas personalizadas, yo le compré una de esas almohadas y ella un portarretratos con decoración de pelotas de baloncesto. Esto último habíamos decidido que sería para Navidad.
Finalizamos nuestras compras para el regalo de Sam, pero aún nos quedó tiempo para ir a ver nuestros vestidos para la noche de navidad y los regalos que les daríamos a nuestras familias. No tardamos mucho en escoger cada uno, ya que ambas teníamos una idea de qué darles.
Dadas las siete de la noche, tomamos un taxi de regreso, todas las compras las tuvimos que guardar en el maletero, primero pasamos a la casa de ella para dejar sus compras y después a ambas nos llevó a la casa de mis tíos, donde Sandra y Ceci nos esperaban para ayudar a guardar las cosas en mi recámara para que nadie de la familia se diera cuenta – Gracias, Ceci y Sandra, yo las guardo en el armario después de revisar cada bolsa – agradecí mientras me sentaba en la cama – Está bien, pequeña, las dejamos solas – se despidió Ceci – Gracias – susurré, suspiré – Oye, Dax, ¿Le darás sólo la corbata o ambas cosas? – Curioseé – Ambas cosas, el portarretratos se lo daré de navidad – aclaró – Ah, bueno, me parece bien, ¿Te quieres bañar? – cambié de pronto de tema, recordando que ya se acercaba la hora de la fiesta – Si me lo permites… – se encogió de hombros – Claro, adelante, ahí adentro está todo, sólo lleva tu ropa o déjala aquí y cuando salgas te vistes – sugerí – Mejor aquí, así mientras me cambio tú te bañas – acordamos.
Daxne se metió al baño y yo me quedé en la recámara, estuve viendo cada uno de los regalos y los fui acomodando en el armario por tamaño, del más grande al más chico, así no sería difícil sacarlos cuando fuese navidad… antes de guardar el regalo de Jared, me le quedé viendo por un largo rato, sabía que le iba a gustar por que le va a servir en su universidad, pero, realmente el pensar que se va, lejos de mi…me produce cierta tristeza que no sé si pueda soportarla; mi madre falleció de depresión al perder a mi padre, y aunque mi caso es diferente, sé que soy igual de sensible que mis padres, estando juntos somos fuertes e invencibles, ahora estoy sola, ellos ya no están conmigo…