Capitulo 4

Ash dejó el teléfono con un suspiro después de que Cory no quisiera hablar con su madre. Ellos nunca habían tenido buena relación pero no estaba de acuerdo con que él no hablara con ella, apenas cruzaban unas pocas palabras cuando ella estaba en casa. Mientras que ella y Randy se peleaban por hablar con su madre, él se negaba. Ash siempre sospechó que su hermano estaba enojado con ella por nunca estar presente, a veces ella también estaba enojada, pero cuando su madre le hablaba o la veía, ese enojo simplemente desaparecía. Solo le quedaba esperar que tal vez, con el tiempo, los muros de Cory se derrumbaran y permitiera que su madre entrara.

Mañana regresaban sus padres y Randy estaba tan emocionado que terminó convenciéndola para que lo ayudara a faltar a clase para quedarse en casa y estar para cuando sus padres llegaran. El plan era que ella debía levantarse antes de que Karen los levantara para ir a clase, ir hasta el cierto de su hermano y elevar su temperatura corporal para que pareciera que tenía fiebre y quedarse en casa, era un plan sencillo. Lo único complicado era que no debía quedarse dormida.

La alarma la despertó una hora antes de lo habitual y apartó las sábanas de mala gana, su hermano menor le debía un favor enorme. Sin hacer mucho ruido, abrió la puerta de su habitación y caminó hacia la de su hermano, no había rostros de Karen por ningún lado.

Al entrar se encontró a Randy profundamente dormido con el cuerpo enroscado entre las sábanas, su cabello revuelto y con la boca ligeramente abierta, de donde salía un pequeño ronquido. Ante esa imagen, una parte de ella se lamentó de no tener su teléfono para sacarle una foto y la otra parte quería acostarse a su lado y quedarse en casa para ver a sus padres. Para la primera opción tendría toda una vida y sus padres ya venían en camino, así que con cuidado acomodó el cuerpo de Randy y se acostó a su lado.

Intentó despertarlo sacudiendo su hombro. No quería tener que gritar ni hacer un alboroto, pero no importaba que tanto la sacudiera, su hermano estaba dormido como un tronco, en un sueño muy profundo.

- Randy, despierta - su voz era casi inaudible - Randy, despierta - con sacudidas más violentas y murmurando en su oído, logró que su hermano abriera los ojos.

No tenía tiempo que perder, puso sus manos en su frente y se concentró en elevar su temperatura, sus manos le hormigueaban debido al calor y lentamente el rostro de Randy comenzó a ponerse rojo. Siguió elevando su temperatura a pesar de sus quejidos, tenía que tener aspecto de enfermo, el estado febril tenía que durar lo suficiente como para que Karen lo inspeccionara y no sospechara de que era una farsa. Quito sus manos una vez que Randy realmente parecía enfermo, estaba empapado de sudor y tenía una expresión en el rostro que daba la impresión de que estaba mareado y con malestar.

- ¿Todo bien, enano?

- Me siento del asco.

- Perfecto. Te sientes fatal y con fiebre. ¡Karen! - comenzó a gritar - ¡KAREN! ¡KAREN!

Unos pasos veloces se escucharon por el pasillo y segundos después Karen entró sobresalta a la habitación. Estaba envuelta en una bata color celeste y su cabello rubio recogido en un alborotado rodete.

- Creo que Randy está enfermo, me llamó porque no se sentía bien pero creo que tiene fiebre - fingió preocupación mientras tocaba el rostro enrojecido de su hermano.

Se alejó y dejó que Karen lo revisara, evitando en todo momento la mirada cómplice que le lanzaba su hermano, no podía reírse sino el plan se iría a la basura. Karen puso sus manos sobre la frente de Randy para comprobar su temperatura, pero al parecer eso no fue suficiente y fue a buscar el termómetro.

- Me siento muy mal - masculló su hermano con el termómetro debajo del brazo.

-Creo que va a ser mejor que se quede en casa.

Por suerte, Karen asintió a su propuesta y aceptó que Randy se quedara descansando en casa. Tardó más de lo habitual en cambiarse ya que parecía que un tornado había pasado por su habitación. Antes de marcharse pasó por el cuarto de su hermano para ver como estaba. Apenas se asomó por la puerta y Karen estaba con él, mojando su frente con un trapo húmedo y antes de irse se encontró con la mirada de su hermano que reflejaba felicidad pura, movió sus labios para que el captará el mensaje y se fue a la escuela.

Después del encuentro que tuvieron con la organización, Ash nunca había estado tan contenta de volver a su amada rutina de todos los días. Y allí estaba ella, nuevamente metida en un salón de clases, con una profesora que no paraba de gritar, lo que a veces le provocaba unas increíbles ganas de calcinarse las orejas para quedarse sorda, si la profesora no lo hacía antes. Pero en el fondo, estaba agradecida de estar metida en una clase aburrida.

- Ahora que tengo su atención – el tono de la profesora era más calmado, como si anteriormente no hubiera pegado unos buenos gritos para callar la clase.

Había veces que se preguntaba, si se callaban porque le tenían miedo a la profesora, les daba lástima o simplemente porque les daba impresión: su tic en el ojo, que detonaba cada vez que la sacaban de quicio, o las venas que se le marcaban en el cuello al gritar. La última opción parecía ser la correcta.

La pobre mujer siempre tenía sus dientes delanteros manchados de labial color fucsia, lo que provocaba que sus alumnos se rieran a sus espaldas. No pudo evitar recordar, que una vez Jared le había preguntado a la profesora que si se veía al espejo al maquillarse, porque sus dientes estaban pintados. Nadie pudo evitar estallar en carcajadas y para suerte de Jared había sonado el timbre antes de que la profesora le dijera algo.

- Este ejercicio lo realizaremos en parejas- trato de que su voz sonara más relajada, cosa que muy bien no le salió- Quiero que vean y analicen, cómo funcionan o reaccionan, los dones de ustedes y su compañero al juntarse - Amara y ella sonrieron, pero sus sonrisas se esfumaron al escuchar como la profesora formaba parejas- Foster tu trabajaras con Miller y Cowhen con Donner.