Los primeros helicópteros comenzaron a llegar y con ellos, información de los soldados. Les informaron que encontraban gente o grupos reducidos en refugios, eran quienes habían sobrevivido o logrado ocultarse de los ataques de la organización. Solo llegaba información, nadie volvió con ellos.
Esta situación le daba ansiedad, le costaba conciliar el sueño, ni con los agotadores ejercicios de entrenamiento lograba dormir. Se quedaba mirando el techo todas las noches. Incluso, una noche se levantó y fue al comedor por si volvía a encontrarse a Ethan, automáticamente se decepcionó al no encontrarlo y no tener con quien hablar. Por eso siempre se llevaba arena consigo para modelar, era mejor que quedarse en su cama y permitir que su mente produjera cientos de posibles eventos. Prefería mantener la mente ocupada, al principio hablaba con sus amigas, pero terminaba hablando sola ya que ellas se quedaban dormidas en plena charla.
No dormir comenzó a afectarla, estaba más irritada, se enojaba con más facilidad y era más torpe que lo usual, eso provocaba que Robinson fuera más duro con ella. En todo momento trato de tener la mente ocupada, por las noches hacía maratones de películas, sus amigas a veces se quedaban viéndolas con ella hasta que se quedaban dormidas, pero estaba llegando al punto que se quedaba despierta viendo películas hasta que Robinson las llamaba para entrenar.
Lograba dormir de corrido si pasaba días sin dormir, pero ya no podía permitirse no dormir, ni ella se toleraba a sí misma. Necesitaba dormir con normalidad. Intentó beber té caliente antes de dormir, hasta llegó a correr antes de dormir para cansarse y no pensar en otra cosa pero terminaba insultado y gritando a altas horas de la madrugada. Era como si hubieran pasado meses y solo había pasado una semana sin dormir.
La falta de sueño alteró gravemente su realidad. Agotada y sin saber que hacer, fue al comedor para poder modelar. El lugar vacío revelaba que Ethan, seguramente, estaba durmiendo plácidamente y eso la hacía enojar, aunque últimamente todo la hacía enojar.
Agarró la bolsa de arena, la desparramo en la mesa y comenzó. No tenía la más pálida idea de lo que estaba haciendo, comprimió la arena hasta que se cristaliza y ahí comenzaba a estirar y retorcer. La sugerencia de Cameron sobre la vitrofusión continuó en su mente, dando vueltas cada vez que estiraba y retorcía. En cada movimiento que hacía, más seductora parecía esa idea, le daba curiosidad saber cómo sería que alguien la guiara y le enseñara. Cuando se quiso dar cuenta, la escultura comenzó a crecer y crecer. Miró en todos los ángulos hasta que encontró una extraña forma de un tronco y con esa idea en mente, comenzó a trabajar la escultura para que se viera lo más semejante a un árbol.
Se vio obligada a bajarlo de la mesa para trabajar mas cómoda en las ramas, lo único que no la conformaba de su escultura, era la carencia de color que tenia.
Eso seguramente me lo enseñaran cuando estudie, se dijo mientras inclinaba la cabeza para apreciar su árbol de la vida.
No le gustaba como quedaban las hojas, si las creaba desde las ramas, así que se sentó en la mesa y comenzó a crear hoja por hoja, hasta que se quedó satisfecha con el resultado.
Una alarma la despertó, dejándola aturdida sobre donde se encontraba. Le tomó unos segundos recordar donde se encontraba, se había quedado dormida haciendo las hojas de su árbol. La alarma subió de volumen recordando realmente donde se encontraba y salió corriendo a su habitación, todas las luces se encendieron mientras corría desesperadamente.
- ¡ASHLEY!- escuchó que sus amigas la llamaban por los pasillos.
- ¡CHICAS!- grito siguiendo sus voces hasta que se encontró con ellas
-¿Dónde estabas? - le reprendió Via.
-¿Qué es ese ruido?- gruñó Amara, tapándose los oídos.
- ¿Qué está pasando?
No entendía lo que estaba pasando y el haber logrado dormirse para que una alarma la despertara de ese modo, no ayudaba. Los chicos aparecieron corriendo por el pasillo
- ¿Están bien? - les preguntó Sam con los ojos bien abiertos y el pelo despeinado.
-¡¿Qué está pasando?! - insistió Cameron.
- No sabemos- admitió Tiff.
Se quedaron petrificados en el pasillo, en pijamas o a medio vestir. Ash trago en seco al darse cuenta que todos vestían ropa de invierno, salvo ella y Ethan, que estaba sin remera. Ash no pudo evitar pensar que tal vez era uno de esos que dormía en ropa interior, podía esperarlo de Cameron, pero para su sorpresa, de los tres era el que más estaba abrigado, incluso era el único que tenía los zapatos puestos, la gran mayoría estaba con medias o descalzos. En todo momento trato de no mirar a Ethan, se sentía extraña al verlo así y eso no le gustaba.
En ese momento, apareció Robinson acompañado de Taylor, luciendo un aspecto inmaculado a comparación del aspecto que tenían ellos.
-¡Todos al hangar! ¡Es una orden!
-¿Qué pasa, Taylor? - le pregunto Via preocupada. Taylor iba unos pasos atrás de Robinson.
-¿Nos están atacando? - Taylor vio a Amara como si acabara de preguntar algo estúpido.
-Créeme Foster, si nos estuvieran atacando lo sabrías- su vista estaba clavada al frente, siguiendo con paso firme a Robinson- Lo único que puedo decirles es que uno de los helicópteros ha vuelto con un rescatado. No sabemos quién es- se apresuró a decir esto último.
Apuraron el paso. Nunca llevaban gente, la llevaban a otro lado, debido a que algunos estaban lastimados o no creían que, por la situación que habían vivido en el exterior, quisieran ir parar ahí y lo llevaban a un lugar más neutral, cosa que nunca hicieron con ellos.
Llegaron al hangar justo en el momento que el helicóptero estaba aterrizando, las luces blancas le dañaron la vista y tuvo que cubrirse los ojos hasta que se acostumbraron a la potente luz. Ash se sorprendió al ver que solo había un par de guardias y algunos soldados de respaldo.
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Editado: 16.09.2025