¿seria mi novia, señorita?

7

Ashlee

Acababa de sonar mi alarma, lo que me indicaba que era hora de levantarme. Me giré hacia mi mesita de noche y la apagué. Me levanté y empecé a buscar mi ropa para trabajar, en mi closet. Elegí un traje de dos piezas esta vez, uno con pantalón en vez de falda. Me agradaba usar este tipo de traje ya que al usarlo con zapatos de tacón me hacia ver un poco más estilizada y alta.

El traje era de color gris, mientras que la blusa era blanca ceñida al cuerpo pero no apretaba sino que era un poco suelta. Y por último la corbata, de un color lila que hacia que todo quedara combinado a la perfección. Mis tacones negros siempre acompañaban cada combinación que elija. Para trabajar siempre me ponía unos tacones negros así que tenía como cinco pares distintos.

Dejé toda mi ropa encima de mi cama y fui a la cómoda ubicada al lado del closet y saqué mi ropa interior de encaje color blanco. Lo dejé en la cama junto a mi otra ropa y fui al baño a tomar una ducha.

Ya me encontraba totalmente arreglada y maquillada y me encaminé a la cocina a preparar mi desayuno. Siempre comía algo liviano ya que luego me podía venir mal al estómago. Me hice unas tostadas con mermelada de durazno, un jugo de manzana y un café. Cuando ya tenía tuve listo me dispuse a sentarme en el pequeño mesón de mi cocina, así no tenía que ir hasta el comedor. Que como casi nunca lo uso debía de estar prácticamente inmaculado.

Terminé de desayunar, dejé limpio el mesón dejando toda la loza que ocupé en el lavavajillas. Cuando me estaba limpiando las manos con un pequeño paño sentí que sonó mi celular. Llegó un mensaje.

"Buenos días Ashlee. Ya llegué a buscarte, espero estés lista. Estoy abajo esperándote".

Era Christopher, así que le respondí de inmediato.

"Buenos días a ti también. Sí, ya estoy lista. Bajo en un minuto".

Di a enviar y fui a buscar mi bolso, guardé mi celular y las llaves y salí.

Al llegar al primer piso, saludé a Roger, el conserje del edificio.

-Buenos días Roger.

-Buenos días para usted también señorita Thompson.

-Ashlee, Roger, dime Ashlee, sino me siento vieja con tanta formalidad, la cual ya la tengo en la empresa y me basta -dije esto último acercándome al mesón como si no quisiera que alguien más escuchara.

-Esta bien Ashlee -dijo finalmente con una sonrisa-. Que tengas un gran día.

-Gracias Roger, tú también.

Nos despedimos y giré mi cuerpo nuevamente en dirección a la salida. Hasta desde aquí dentro se podía ver lo guapo que se veía Christopher hoy.

Abrí la puerta del edificio y en señal de que me estaba esperando Christopher se dio cuenta de mi aparición, se le dibujó inmediatamente una sonrisa en el rostro, la cual hacia que se viera aún más atractivo. Ese traje negro con la camisa blanca desabotonada en los tres primeros agujeros hacia que se viera muy sexy. Se acercó a saludar y me besó suave pero largamente en la mejilla.

-Buenos días Ashlee.

-Buenos días para ti también Christopher. Gracias por venir a buscarme.

-Ya te dije que era mi deber, es lo que acordamos ayer -dijo con expresión de obviedad en su rostro y regalándome otra sonrisa de esas que me gustaban tanto.

-Tienes razón. Vamos o llegaremos tarde, y no quisiera hacer enojar a mi jefe -sonrió.

-Pero Ashlee, podemos retrasarnos un poco, no creo que a tu jefe le importe.

-Quizás a él no, pero a mí sí. Tengo un montón de trabajo que hacer y además mi jefe tiene una reunión muy importante y no quisiera que se atrase por mi culpa.

-¡Rayos! ¿Tenías que recordarme la reunión con Jacobson, no? -dijo en tono de fastidio pero a la vez burlón.

-Lo siento, es que no me gusta llegar tarde.

-Bueno, entonces vamos.

Se dio la vuelta y me abrió la puerta del copiloto y me dejó entrar a su auto. Se subió él también y una vez todo listo, encendió el vehículo y partimos a la oficina.

Hablamos de muchas cosas, pero en ninguna hicimos mención de lo ocurrido ayer en su departamento. Al parecer tanto él como yo no estábamos todavía en condiciones de hablar de lo sucedido.

Llegamos al edificio y subimos a nuestro piso. Apenas se cerraron las puertas del ascensor, ocurrió lo que tanto deseaba volviera a ocurrir.

Tal y como todo un Christian Grey me tomó las manos y las colocó sobre mi cabeza y me besó con la misma pasión entregándome aquella promesa implícita al igual que el beso anterior.

Agradecí no subiera nadie más para no interrumpir aquel beso. Sólo nos separamos cuando sonó el timbre que indicaba que habíamos llegado a nuestro piso.

 

Christopher

Ya no podía seguir aguantando las ganas de besarla que venía trayendo conmigo desde que la fui a buscar a su edificio hace un rato.

Es por esto que apenas estuvimos solos, cuando se cerraron las puertas del ascensor no perdí ni un segundo más y la acorralé para besarla.

Esos labios tan dulces y suaves me llamaban para besarla. Nos besamos varios minutos hasta que el maldito timbre sonaba indicando que habíamos llegado a nuestro piso. Sólo en ese momento decidí finalmente separarme de Ashlee.

Salimos del ascensor y seguimos mirándonos como si esa mirada significara algo mucho más grande. ¡¿Pero qué es?!




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