¿seria mi novia, señorita?

8

Después de comprar nuestros vestidos en D&G, nos fuimos a otra tienda, Jimmy Choo, para elegir los zapatos que usaríamos para la fiesta.

En realidad sólo Sophie se compraría zapatos, como yo ya tengo zapatos de tacón negro de seguro tenía algún par, que iría perfecto con mi vestido.

Al igual que la vez anterior vio algunos en la vitrina y los buscó. Vio unos blancos hermosos, de esos que cubrían el dorso del pie pero dejaban al descubierto los dedos. Con algunas piedrecitas que le daban un brillo especial. Yo diría que tienen unos diez centímetros de tacón. Como Sophie es baja siempre usaba zapatos con bastante tacón.

Como siempre Sophie y su buen gusto hacían que se viera espléndida con todas las prendas que se pusiera.

-¿Ya tenemos todo? -le pregunté con la esperanza que me diga que sí. Ya estaba totalmente cansada y sólo quería llegar a mi departamento.

-Sí Ash, ya estamos. Ya mejor nos vamos porque tu cara de agotamiento llega a dar algo de pena -dijo burlándose de mi cara de cansancio, esto de las compras nunca había sido lo mío.

-Bien, vamos que te llevo a tu casa.

Nos fuimos al ascensor más cercano para llegar a mi auto. Esto de bajar seis pisos con bolsas pesadas era algo estresante. Sophie apretó el botón de llamada al ascensor y este se abrió inmediatamente. Por suerte estaba aquí¬ mismo. Entramos y marcamos el piso que necesitamos. Se cierran las puertas y comenzó el descenso hacia el estacionamiento.

-¿A qué hora es la fiesta? -le pregunté a mi amiga

-Comienza a las once de la noche.

-Muy bien. Entonces dónde nos juntaremos -dije a modo de pregunta.

-Mason vive a unas cuadras tuyas así¬ que ¿te parece si nos juntamos en tu departamento y luego vamos hacia allá?

-Estupendo. Te espero a las 9:30 de la noche.

-Excelente.

Llegamos al estacionamiento y nos salimos del ascensor y nos acercamos a mi adorado auto. Un Peugeot 305 de color azul eléctrico.

Abrí las puertas con el mando a distancia y éstas se abrieron. Sophie entró al lado del copiloto y yo al mío. Antes de colocarnos los cinturones dejamos nuestras bolsas en el asiento de atrás.

Encendí el motor y partimos hacia la casa de mi amiga. Durante el trayecto escuchamos varias canciones, justo empezaba a sonar una que esta de moda 'Nota de amor'. Era una canción muy hermosa. Me encantaba la letra, le podía entender porque en la escuela siempre fui buena alumna en las clases de idioma, nos enseñaban español y otro idioma a nuestra elección, para mi gusto no había mejor que el francés, aunque con esta clase siempre me costó un poco.

Me di cuenta que a Sophie también le gustaba así que subí el volumen y comenzamos a cantarla.

Hoy te tengo que decir
que el amor en ti encontré
que eres tú la mujer, que me hace feliz
me cura el dolor, mi otra mitad
es una adicción y yo quiero más

Con lo último que había estado sucediendo a mi alrededor sería especial si Christopher me la cantara o dedicara. Pero no quería ilusionarme.

Claro que quieres. Dice mi conciencia.

Oh, cállate. Le respondo

Era una canción que haría que cualquier mujer se sintiera especial.

Había decidido que con lo que pasó hoy por la mañana en la oficina, esta tarde sería dedicada a mi amiga y a mí. Pero mis más profundos pensamientos me llevaban inconscientemente a él. En lo que había sucedido en los últimos días. Había sido todo tan rápido que a decir verdad no sabía si era un sueño, una broma o una realidad. Christopher se notaba sincero, pero no quisiera volver a sufrir como lo hice con Scott. Él ya es parte de un pasado que me dio muchas alegrías pero a la vez tristezas y además la peor que pude pasar.

Han pasado algunos años, pero a veces seguía sintiendo que mi corazón no quería olvidarlo y es por eso que no me permitía ser nuevamente feliz al lado de alguien. Sentía como si lo estuviera engañando.

Sin darme cuenta mientras iba manejando, de pronto Sophie me devolvía a la tierra avisándome que habíamos llegando a su casa. Creo que había conducido por inercia. Como ya la había traído en varias ocasiones ya me sabía el trayecto de memoria sin siquiera mirar a mi alrededor.

-¿Estás bien? -Me preguntó mi amiga con voz preocupada.

-Sí, si claro que sí. -respondí algo nerviosa pero tratando de sonar tranquila a la vez.

-Esta bien. Gracias por traerme. Nos vemos mañana en la oficina.

-Por supuesto. Nos vemos.

Sophie y yo nos despedimos con un beso en la mejilla y un pequeño abrazo, se deshizo del cinturón y abrió la puerta para bajar. Acomodó su cartera y abrió la puerta de atrás para sacar sus bolsas con las compras que hicimos hacia un rato. Cerró la puerta luego de arreglarse bien todo y se asomó a la ventana del copiloto y se despidió con una señal de manos. Se dio la vuelta y comenzó su camino a la entrada de su casa. Yo por mi parte seguí mi camino hasta mi departamento.

Ya en mi cama sólo pensaba en todo lo que había pasado en el día. La reunión con Jacobson, la conversación con Christopher, la muerte de Scott. Me sentía muy abrumada por todo así¬ que fue un alivio que Sophie pasara la tarde conmigo de compras. Así¬ al menos pude olvidar aunque sea por un par de horas todo lo que me rodeaba.




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