¿seria mi novia, señorita?

9

Al día siguiente nuevamente me desperté para seguir con la rutina. Era jueves. Eso al menos hacia que me alegrara, ya que mañana era la fiesta de Mason y sin duda necesitaba distraerme.

Me levanté y comencé con la rutina. Me voy a la ducha. Abrí la puerta del baño para buscar una toalla para dejarla lista cuando termine. Me acerqué a la bañera y abrí la llave para que comenzara a caer el agua caliente mientras me iba sacando la ropa.

Una vez dentro dejé que el agua cayera sobre mí. Limpiándome los pensamientos y dejándome totalmente en blanco, liberándome de emociones y sensaciones de momento. Me lavé el pelo con mi dos en uno -champú y acondicionador- y el cuerpo con mi adorado jabón de vainilla.

Luego de unos treinta minutos en la ducha, salí de ésta y me envolví en la toalla. Me acerqué al lavamanos y tomando el secador empecé a secar mi pelo.

Después de otros quince minutos ya con el pelo arreglado y mi cara maquillada salí del baño y fui a mi armario para buscar la ropa que usaría hoy.

Me decanté por una falda tubo de color gris junto con un chaquetón negro y una blusa blanca. Esta vez sin corbata. Y mis infaltable tacones de color negro. Lo dejé todo encima de la cama y elegí la ropa interior y me decidí por una de encaje blanco junto con unas medias de color piel para poder usarlas con los tacones negros que elegí hace unos minutos.

Me vestí y ya estaba en condiciones presentables para llegar a mi trabajo. Me revisé por última vez en el espejo de cuerpo entero que tenía en mi habitación y estaba conforme con el resultado. Salí de mi habitación y me preparé para salir. Tomando lo necesario. Mi bolso y revisé que no falte nada, mi celular, mis llaves, en fin. Todo estaba en su lugar.

Al llegar a mi escritorio me sorprendí al ver que Christopher me estaba esperando. Estaba apoyado sobre mi mesa. Se veía tan guapo en su traje azul marino. Pero lo que más me llamó la atención es que traía en sus manos un hermoso ramo de flores. Eran rosas blancas y rojas, realmente bellas.

-Hola Ashlee. Buenos días -dijo con una bella sonrisa.

-Hola Christopher. Buenos días para ti también -respondí mientras me acercaba a él.

Nuestras respiraciones se comenzaron a agitar de lo cerca que estábamos. Me entregó el ramo de flores y me dijo:

-Son para ti. Espero te gusten.

-Gracias -dije mientras olía las flores-, son mis favoritas. Están hermosas.

-No tanto como tú -me era imposible no sonrojarme ante sus palabras.

Seguí escondiendo mi cara tras el ramo, aunque estaba segura de que Christopher sabía perfectamente como estaba en este momento. Pude notar que se acercó a mi cuando tomó mi rostro por la barbilla con su mano y la alzó para mirarme fijamente a los ojos.

-Eres tan bella cuando te sonrojas -apenas terminó de decirlo me dio un suave beso en los labios que hizo se me eros todo el vello del brazo.

-Christ... -me interrumpió cuando colocó un dedo sobre mi boca.

-Shh, no digas nada por favor -dijo con mirada suplicante.

-Esta bien -dije sonriendo-, pero creo que ya es hora de trabajar.

-Estoy de acuerdo. Antes de irme quería preguntarte si te parece bien que almorcemos juntos.

-Me encantaría. ¿A qué hora te acomoda?

-A la una ¿está bien?

-Perfecto. Ahora si me permites, tengo algunos pendientes.

-Sí claro, adelante.

Dicho esto se alejó de mí y me permitió llegar a mi escritorio, mientras que él se iba a su oficina.

Como siempre hacía, saqué el teléfono de mi bolso y lo dejé sobre el escritorio dejándolo en silencio. El bolso guardado en el último cajón del pequeño estante y encendí la computadora. No pasó ni un minuto cuando ya vi que tenía algunos correos entrantes. Entre ellos uno de Christopher.

DE: CHRISTOPHER ADAMS 
PARA: ASHLEE THOMPSON 
HORA: 08:37 AM 
ASUNTO: ALMUERZO DE HOY 
Ashlee, espero nuestro almuerzo de hoy con ansias. Tengo por seguro que pasaremos un momento muy agradable. 
Espero te gusten las flores que te he presentado esta mañana. Las compré especialmente para ti. 
Adoro ver tu sonrisa como cada día. 
Nos vemos más tarde. 
CHRISTOPHER ADAMS 
Presidente ADAMS Inc.

Fue inevitable, como siempre el que una sonrisa apareciera en mi rostro, además de mirar hacia su puerta.

Por un momento pensé en entrar y sorprenderle pero sería muy obvio así que opté por contestar a su e-mail. No me sentí preparada para verle en ese plan.

DE: ASHLEE THOMPSON 
PARA: CHRISTOPHER ADAMS 
HORA: 08:40 AM 
ASUNTO: HORAS DE TRABAJO 
Christopher, 
Las flores son hermosas, son mis favoritas, muchas gracias. 
También espero el almuerzo de hoy. Pero quiero recordarte que el jefe se molesta por los asuntos personales dentro de la empresa. No quisiera verme perjudicada por esto. 
ASHLEE THOMPSON 
Secretaria de presidencia ADAMS Inc.

Su respuesta como siempre, llegó sin más.

DE: CHRISTOPHER ADAMS 
PARA: ASHLEE THOMPSON 
HORA: 08:42 AM 
ASUNTO: DE SEGURO A TU JEFE NO LE IMPORTA 
Ashlee, por esta vez no creo que a tu jefe le importe lo que estés haciendo ;) 
Aprovecho de pedirte vengas a mi oficina un momento. 
CHRISTOPHER ADAMS 
Presidente y relajado jefe de ADAMS Inc.




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