¿seria mi novia, señorita?

10

Estábamos finalizando el almuerzo y ya me sentía bastante mejor a cómo estaba emocionalmente hacia sólo unas horas. Christopher sin duda se esmeró en hacerme sentir mejor.

-Con tu permiso, debo ir al baño -dije poniéndome de pie.

-Adelante Ash, yo mientras pediré la cuenta.

-Esta bien, ya regreso.

Me alejé de la mesa y me encaminé al baño de damas. Al abrir la puerta, de pronto choqué con una joven, era muy linda. Pelirroja y con algunas pecas en su rostro. No era alta pero tampoco tan baja. Llevaba un vestido ceñido al cuerpo de color turquesa que hacia se vea hermosa.

-Discúlpame por favor. No te vi -dijo ella en modo de disculpa.

-No te preocupes tampoco yo te vi.

-Nos vemos -dijo en forma de despedida, alzó la mano en señal y se fue.

-Nos vemos -le respondí cordialmente.

Luego de que la pelirroja saliera me acerqué al lavabo y revisé mi maquillaje. Creo que ya se me comenzaba a hacer costumbre cuando salía a comer con Christopher.

Al terminar salí nuevamente arreglada del baño y me encaminé a la mesa donde Christopher me esperaba. Como se notaba que otra costumbre más se hacia presente cuando salía con él, es que ya tenía pagada la cuenta.

-¿Lista Ash? -preguntó mientras se pone de pie.

-Siempre lista -dije con mi ya característica sonrisa mientras me acercaba a él.

-Entonces vamos -me tomó la mano y salimos del restaurante.

Nos dirigimos a su auto y nos regresamos a la empresa.

-Me alegra verte mejor de ánimo -dijo Christopher luego de unos minutos de comenzar el viaje.

-Fuiste de gran ayuda debo reconocer -dije a la vez que le observé.

-Es un placer -me miró por un momento para luego volver a mirar hacia el frente. Otro leve sonrojo apareció en mis mejillas.

No dejaba de mirarle. Él era un hombre en definitiva que cautiva a cualquier mujer. Asombraba por su sencillez, a pesar de ser un hombre con más dinero que cualquiera que conocía, era un hombre sencillo y humilde. Eso se notaba que lo llevaba en la sangre. Por las veces que habíamos platicado, me comentó que sus padres le enseñaron a ser así, a no dejarse cegar por el dinero. Y se veía que lo demostraba muy bien.

El trayecto lo hicimos en silencio, pero a diferencia de otras ocasiones, este era uno totalmente cómodo. En otras situaciones sé que hubiese estado inquieta e incómoda por lo que pasó en la mañana, pero en definitiva Christopher, con su plática y su compañía supo subirme el ánimo.

-¿Qué te parece si salimos a cenar mañana? -preguntó mientras me observaba por un breve momento para no perder la vista del frente.

-Me encantaría pero no puedo. Mañana a la noche saldré a una fiesta con Sophie donde Mason.

-Ya veo -pude notar cierta decepción en él.

-Pero podemos salir otro día -dije con la intención de animarle.

-Eso me gusta más -sonrió ante mi respuesta-, bueno, ya hemos llegado.

Christopher entró con su auto al edificio de la compañía y estacionó en su lugar. Apagó el motor y se bajó, rodeó su auto y me abrió la puerta, me tendió la mano y la acepté para bajarme. Cerró la puerta y aseguró el vehículo con la alarma correspondiente.

Subimos a nuestro piso tomados de la mano y la verdad, no se sentía raro. De hecho, era una sensación extraña el tocar su piel y sentir su tacto sobre la mía. Sonreí ante mis pensamientos.

-Adoro cuando sonríes.

Me sonrojo. -Gracias.

-¿Ashlee? -pude notar que quería preguntarme algo pero no estaba del todo seguro.

-Dime -dije y lo observé.

-¿Es verdad lo que me dijiste hace un rato?

-¿A qué te refieres?

-A eso de que te darías una oportunidad con el amor.

-Pues sí -respondí segura-. Estuve pensando en lo que me dijiste y tienes razón. Creo que ya es tiempo de hacerlo -Asintió y sonrío-.

No volvimos a decir nada y sonó el timbre indicando que habíamos llegado a nuestro piso. Salimos del ascensor. Y cuando estaba por dirigirme a mi escritorio, noté que una mano rodeó mi muñeca para detener mi paso. Me hizo girar y quedé mirando a esos ojos azules que me mataban.

-Me gustaría ser tu oportunidad -dijo rompiendo el silencio.

-Christopher yo... -no me permitió seguir hablando ya que colocó un dedo sobre mis labios.

-No me respondas nada. Déjame demostrártelo. No me agrada ver tristeza en tu rostro.

No sabía que hacer ni que decir. Lo que Christopher me acababa de decir me tomaba por total sorpresa. No pensé que me diría aquello, aunque en realidad he sido bien idiota como para no darme cuenta. Con lo que hemos pasado los últimos días creo que era clara señal.

Como me observaba atento, sólo pude asentir y sonreír. Estoy confundida, a la vez algo asustada. Me abrazó y pude sentir como la calma llegaba a mi cuando siento sus brazos sobre mí.

 


Christopher

-Adoro cuando sonríes.

Pude notar que se sonrojó. Y como siempre, me encantaba. -Gracias.

-¿Ashlee? -necesitaba decirle algo pero no sabía como pudiera tomarlo.

-Dime -dijo y me observaba muy atenta.

-¿Es verdad lo que me dijiste hace un rato?




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