¿seria mi novia, señorita?

22

Christopher

Estaba comenzando a despertar. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que estaba en la habitación, pero me alegraba. Sólo quería estar con Ashlee.

De pronto entre mis sueños y mi realidad sentí que la puerta se abrió pero no sabía quién pudiera ser. Pude sentir que daban pasos pequeños y con cuidado de no despertarme. Se acomodaron a mi lado.

Tras un breve momento en silencio, alguien me tomó la mano con mucha delicadeza y le daba algo de calor. Podía reconocer esa mano en cualquier parte. Era Ashlee quien vino. Comenzó a hablar.

-Amor, no sé cómo podré agradecerte esto que hiciste por mi hermana. Jamás pensé que tuviéramos que pasar por esto. Estoy agradecida de ti, de haber permitido que yo entrará a trabajar a tu empresa. Estaba tan feliz ese día. Había conseguido lo que tanto anhelaba. Necesitaba el empleo para poder ayudar económicamente a mi madre y así mantener con bien a mi hermana y a ella también. En tan poco tiempo has cambiado mi mundo en 180º. No pensé que llegaría a sentir tanto cariño por ti que no sé como definirlo -momento de silencio, donde aproveché de despertar y la observé. Estaba con su cabeza apoyada sobre la unión de nuestras manos-. Estoy inmensamente feliz a tu lado. No sé como pagarte todo esto.

Moví un poco la mano con tal de que ella lo sintiera. Lo hizo y levantó la cabeza y me miró.

Aún con lágrimas en sus mejillas y un poco de maquillaje corrido seguía siendo hermosa.

-No debes pagarme nada, lo hice porque te amo -le dije.

-¿Me-me amas?

-Sí Ashlee. Te amo desde el minuto uno que entraste a mi vida y me aceptaste de formar parte de la tuya. Gracias a ti he sido más que feliz en tan poco tiempo.

Le sonreí y ella lo hizo también, agregando que se limpió unas lágrimas que cayeron.

-Chris yo... también te amo. No pensé que estabas despierto. En tan poco tiempo has cambiado mi mundo en 180º. No pensé que llegaría a sentir tanto cariño que ahora sé es amor absoluto. No sé como agradecerte esto que estas haciendo por mi.

La observé fijamente como ella a su vez me observaba a mí. Era como si nos dijéramos todo con la mirada. Era feliz al verla feliz. Se había convertido en mi vida. En mi todo. No había sabido de una alegría similar a la que sentía cuando estaba con ella. Antes de entrar a pabellón había tomado una decisión pero la respuesta final era Ashlee quien debía tomarla.

-Si hay una manera y aunque no es la situación ideal quiero pedirte una cosa.

-Si dime ¿qué necesitas? ¿Debo llamar a una enfermera, te sientes bien?

-No, no es nada de eso. Me encuentro bien.

-Entonces dime ¿qué puedo hacer por ti?

-Solo necesito y quiero me digas que sí.

-No entiendo.

-Ashlee... como te dije no es la ocasión ideal ni el momento preciso pero quiero pedirte que... seas mi esposa ¿te quieres casar conmigo?

Abrió los ojos como platos de manera inmediata y sin querer abrió también la boca en señal de incredulidad. Levanté mi mano hacia su rostro, se la cerré y le acaricié la mejilla. Estaba como en un total trance.

-¿No dirás nada? -pregunté expectante.

-No sé que decirte cariño, me tomas por sorpresa.

-Sólo dime que sí.

-¡Por supuesto que sí! ¡Acepto ser tu esposa!

Como todavía no podía levantarme del todo bien, mi intención de hacerlo se vio interrumpida pero Ash lo entendió y fue ella quien se acercó a mí. Logré quedar semi-sentado mientras recibía a Ashlee en mis brazos.

-Te amo Christopher. Te haré el hombre más feliz del mundo. Te lo prometo.

-Ya lo soy, te lo aseguro.

Se separó de mí y nos volvimos a acercar, esta vez para besarnos. Comenzó siendo un beso suave que poco a poco fue tomando forma a algo más significativo. Mi necesidad de tenerla por completo para mí era imposible de resistir más pero me vi en la obligación de contener mis ganas ya que todavía me encontraba en el hospital.

Sus labios eran tan adictivos. Dulces y suaves pero esta vez con un toque salado debido a sus lágrimas que caían y terminaban en su boca.

-No llores por favor -dije una vez que me separé de ella y le limpié sus lágrimas.

-Es de felicidad Chris. Junto a ti nunca lloraré por tristeza.

-Haré que lo cumplas. Quédate siempre junto a mí.

-Lo haré.

-Ahora dime ¿Cómo va todo con tu hermana?

-La verdad espero que bien. Apenas saliste de pabellón el doctor Phillips nos dijo que te habían trasladado a una habitación y quise venir a verte de inmediato. Mí madre se quedó esperando por noticias de Mel.

-Cariño. Agradezco que hayas venido a verme pero no debiste dejar sola a Ellen.

-En un momento más iré con ella otra vez. Quería asegurarme que tú estabas bien.

-Como ves ahora lo estoy y sobre todo porque mi chica aceptó casarse conmigo.

Mi comentario hizo que Ash sacara una sonrisa. Y me encantaba saber que era yo quien la provocaba. 
Si no fuera porque estaba en el hospital estaría gritando de alegría porque mi hermosa novia aceptó ser mi esposa.

-No quisiera dejarte sólo pero necesito regresar con mi madre.

-No te preocupes por mi. Yo estaré bien. Lo prometo.

-De acuerdo. Te vengo a ver más tarde.




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