¿seria mi novia, señorita?

23

Ya había pasado una semana desde la operación de Melissa. Su recuperación fue asombrosa. Como Christopher era un hombre totalmente sano, el cuerpo de Melissa no rechazó parte de la médula ósea donada por mi novio.

No quería irme del lado de mi familia pero el trabajo no podía seguir esperando. Christopher ya debía volver. Michael, su socio necesitaba cerrar algunos tratos importantes con la firma de Chris, por lo que decidimos volver con la esperanza de que fuera muy pronto el reencuentro.

Melissa estaba feliz cuando le contamos acerca de la boda y me pedía, más bien, me exigía ser la dama de honor. Por supuesto así sería. Ella es mi mejor amiga y siempre pensé en ella para ocupar el puesto.

Todavía no habíamos podido organizar nada. Estaba claro que era muy pronto. No porque mi relación con Christopher haya avanzado a pasos agigantados quería decir que nuestro matrimonio también debía hacerlo.

Todavía me era raro cuando pensaba en ello. Hacia sólo tres semanas que éramos novios de manera oficial y ahora íbamos a casarnos. No era que estuviera arrepentida ni nada, era que aún estaba incrédula ante la situación.

-¿Qué piensas mi amor?

-En todo lo vivido últimamente.

-Te entiendo. También me pasa. Pero prometimos volver pronto, así que no debes de preocuparte por ello.

-Lo sé, es que aunque ahora mi hermana ya se recuperó y todo, aún así no quisiera dejarla.

-Ya veremos más adelante. Lo importante es que se recuperó y podrá vivir su vida como debe ser.

-Y todo gracias a ti amor -le di un abrazo mientras estábamos sentados en el avión de regreso.

Estar en sus brazos era una sensación de calma enorme para mí. Aunque ya lo había dicho antes y sobre todo a Chris, estaría siempre agradecida de lo que hizo por mi hermana.

-Y bueno futura señora Adams... ¿Qué le parece si comenzamos a pensar en una fecha para nuestra boda?

-La verdad ni me he puesto a pensar en ello -confesé.

-¿En serio? Pensé que si. Con eso de que a las mujeres les fascina el tema 'boda'.

-Sí, pero no me pongas en el mismo saco. Sabes que soy diferente a las demás.

-Lo sé. Y es por eso que me encantas.

-¿Cómo lo haces?

-¿El qué?

-Siempre sabes que decir y cómo decirlo para ponerme nerviosa.

-Es porque te amo Ash y ya te conozco perfectamente.

-Yo también te amo mi amor.

Nos acercamos como si quisiéramos estar más unidos aún. Chris me hizo dar vuelta y quedar a espaldas de él, por lo que me abrazó por detrás y colocó su cabeza sobre mi hombro y me daba besos en la mejilla y la nuca.

-No quisiera volver a trabajar. La pasé muy bien en estas mini vacaciones junto a ti.

-Yo tampoco quisiera volver pero sabes que Michael te necesita. Además que cuando le cuentes el motivo del viaje y sobre nuestro matrimonio te aseguro estará sorprendido.

-En eso te apoyo. Él jamás pensó que yo pasaría por esto y ahora ves. Nos encontramos en la misma situación.

-Quizás pudiéramos salir de nuevo los cuatro. Esa noche la pasé muy bien.

-Yo también. Ya hablaremos con ellos para salir otra vez. Lo prometo.

-Gracias amor.

-¿Y eso por?

-Por ser perfecto -dije mirándolo a los ojos y siendo sincera al cien por ciento.

-No creo serlo pero... por ti seguro lo intento -me lo dijo sonriendo e hizo como siempre, que me derritiera de amor-. Te amo.

-Te amo -le respondí.

Nos mantuvimos abrazados durante todo el vuelo de regreso. Prácticamente hasta dormí por un momento entre sus brazos. Sólo me di cuenta que habíamos llegado cuando sentí que me daban un ataque de besos por todo el rostro para despertar.

-Despierta dormilona -dijo Chris.

-¿Ya llegamos?

-Sí nena. Ven -me ofreció su mano para levantarme y así salir juntos.

Mientras íbamos bajando debimos llevar con nosotros las pequeñas -aunque no tan pequeñas- maletas con la ropa que Chris compró tanto para él como para mí.

-Vamos, te llevo a tu departamento.

- De acuerdo -dije todavía con algo de sueño.

Luego de bajarnos del avión y subir al auto de Chris que nos esperaba junto a Michael en el aeropuerto, comenzamos el rumbo a mi departamento. Chris parecía lapa al lado mío -lo cual no me molestaba-, porque veníamos sentados en el asiento trasero mientras su socio manejaba.

Al igual que como Chris predijo antes, Michael estaba totalmente sorprendido cuando le contamos y por supuesto nos felicito. Prometió además que hablaría con su novia Rachel para que salieras nuevamente los cuatro.

Estábamos llegando a mi edificio y al estacionar Chris me ayuda a bajar y nos encaminamos a mi puerta. Michael nos espera en el auto.

Luego de unos minutos, al llegar frente a mi departamento nos despedimos y nos prometimos ver al día siguiente en la oficina. Habíamos llegado temprano pero en el camino, le dije a Chris que quería el resto de la tarde para mi sola.
Necesitaba descansar y estaba segura que con él a mi lado por ahora no podría. Por suerte me entendió y nos despedidos. 
Una vez adentro fui directamente a mi ducha. Necesitaba relajarme un poco y un baño era perfecto para el momento. 
Al terminar de hacerlo, fui con mi toalla puesta alrededor de mi cuerpo a mi dormitorio para ponerme algo más cómodo. Sólo escogí un pantalón holgado y una polera de tirantes, además de mi ropa interior, esta vez de color negro.




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