¿Quién eres?
1900
Thomas
-¿Quién eres? – es lo que logro preguntarle, estamos sentados en una cafetería donde hacen el nuevo café que se está promocionando.
-Como quien soy- responde ella.
-Chica Misterio, quiero saber de qué huyes, porque estoy pensando a dudar mucho de ti, mejor dicho mis personas cercanas- ella cierra los ojos y después los abre despacio. El mesero nos deja los cafés y yo le agrego una cucharada de azúcar.
-Eres mi amigo- dice de la nada.
-Me consideras tu amigo- doy un sorbo.
-Eres el primero amigo hombre que tengo- sonríe.
-Responde a lo que te pregunte, con la verdad si somos amigo. Por favor.- Asiente y toma también un sorbo de café. Con que trataba de evitar mi pregunta, ni loco la iba a dejar suelta.
-Me llamo Connie… Connie Jones, nací aquí en Manhattan – me atraganto cuando doy otro sorbo.
-Connie- repito su nombre, me gusta al fin pensé que no tenía nombre y me equivoque no viene de Corea del Sur.- Naciste aquí, tu no vienes de Corea del Sur.
-Claro que no, mi madre es de allá- confiesa y cruza los brazos.- Mi padre es de aquí, la verdad es que- descruza los brazos y se acerca a la mesa para coger una palillo- soy de clase alta, mi padre es un dueño de una empresa de pescado, que hasta ahora le va muy bien.- Quedo con la boca abierta.
-Connie, no estas huyendo de algo-afirmo y ella me mira profundamente.
-¿Cómo lo sabes?, ya sabias de mi- niego con la cabeza.
-Se te notaba, tus ojos te delataban mirabas a todos lados- se queda callada por un instante y abre la boca para hablar de nuevo.
-Si estoy huyendo de algo y es de mis errores- me confundí.
-Explicate- me acomodo en el asiento.
-Esta bien, como eres mi primer amigo hombre, voy a confiar en ti- sonríe- prometeme que no se lo dirás a nadie o sino desaparezco para siempre.
-Correcto lo hare, confía en mi – regreso mi mirada a todos lado y después a ella.
-Bueno…nací aquí y mi padre puso su empresa de pescado, papa y mama soy muy unidos, se enamoró de ella cuando hacia un viaje de negocios a Coreo del Sur aunque le resulto difícil al inicio pudo salir de esas consecuencias, mi madre vivía en una aldea, esa aldea estaba cerca de donde pescaba mi padre y bueno un día la vio y quedo impresionado por su belleza. Y tú ya entenderás- sonríe- la trajo a vivir aquí le dio una vida mejor, mi madre no tenía a nadie salvo solo a su abuela, pero murió después de que se casara con el paso del tiempo mi madre se acostumbró a este cambio y nací yo fruto de ese amor que se tienen, crecí me pusieron una institutriz, muy dura por cierto- cruzo las piernas y asiento y ella continua- Thomas, me están cazando, bueno mi padre me está buscando, mi mama murió de tuberculosis y papa cambio y me quiere casar con un hombre asqueroso y yo no quiero- me mira a los ojos apunto de lagrimar.
-¿Hace cuanto murió tu mama?- pregunto con cautela sorprendido por todo que me está contando.
-Hace dos años, puedes creerlo mi padre desde ahí comenzó a cambiar, es por eso que quiere deshacerse de mi porque le recuerdo a ella.
-No crees que eres muy dura con él- digo con cuidado tratando de que no parezcan muy duras mis palabras.
-No, yo amo a mi padre con todo el corazón pero para que me case a la fuerza con un viejo esquero y lo peor es que es indio, prefiero estar muerta.
-Por eso huyes…- lamo mis labios-gracias por contarme esto y ¿Desde cuándo huyes?.
-Desde hace cuatro meses, si me encuentran seguro me regresa a casa para que me case con ese desconocido- cruza los dedos- prometeme que no le dirás a nadie – asiento enseguida y me recompongo.
-Y supongo que te están buscando también por papeles.
-Seguro que si, peor hasta ahora no me ha encontrado ninguno- su padre seguro ha de estar preocupado por ella, pero me parece desagradable que la quiera casar sin amor. Y viendo que no creo que tenga necesidad.
-¿Y tienes hermanos?- pregunto más curioso y deja la taza de café de nuevo sobre la mesa.
-No, soy hija única.
-Como llegaste al teatro, mejor dicho a un teatro de bajo rango y que no le va muy bien.
-Lo importante es tener dinero- puede ser peligroso me digo a mi mismo más cuando a una jovencita le falta conocer lo malo que existe - y hasta ahora me va bien, porque nadie me reconoce, me tapo mi rostro y ya está.
-Como ahora- y asiente. –Cuéntame más- le ínsito.
-Mejor cuéntame de ti, tu familia- me pongo un poco mal recordando a mi familia pero ella me conto de la suya y sería injusto, decido contarle lo más significativo para mi.
Y así pasamos el día Connie y yo cambiando palabras de nuestra vida, me alegra que haya confiado en mí, le conté mi amor por Aurora ella término dándome unos consejos y yo a ella referente a la opinión que tiene de su padre. Quién lo diría, que seriamos amigos desde la primera vez que nos vimos.