(serie Recuerdos) -1900 - 2

Capítulo 20

                                   Salida 
2010 
Francis


Erick me invito al cine al inicio me quería negar, pero viendo lo amable que es conmigo acepte, es una persona tranquila, amigable y mas sociable que yo, por lo que me conto  es que lleva dirigiendo la biblioteca cinco años ya que ninguna de su familia quería hacerse cargo por sus ocupaciones también, me conto que tiene una hermana que vive en Londres, y que no la ve mucho, seguro se ha de sentir feo no ser tan cercanos. 


Cuando termina la película nos dirigimos para compartir una tarde de comida china, después me lleva a pasear por la ciudad, haciendo que vea las cosas sorprendentes que salen en otoño. Y así termina mi tarde, abro la puerta del apartamento y me encuentro con una mujer sentada en mi sofá favorito, mi hermano le sirve un café que seguramente esta azucarado. 


-Buenas noches- saludo y la mujer se para al verme. 


-Hola- me saluda la mujer de pelo negro y hago memoria para recordar en donde la había visto. 


-Usted, me parece conocida- digo, dejando mi cartera en el perchero. 


-Si,  la anterior vez me presente en tu panadería, para comprar. Soy Victoria.-Hace una cara de confusión y dudando de que si fue buena idea estar aquí. 


-Victoria- digo recordando por completo.- En que te… puedo ayudar- me siento en el otro extremo del sillón y ella coge la taza de café, mi hermano también se sienta pero alado suyo y yo le quedo viendo de mala educación. Se levanta enseguida y se sienta a mi lado. 


-Ella vino para verte- dice mi hermano contento y fascinado por la mujer. Veo que da un sorbo y después deja la taza encima de la mesita que tenemos frente nuestro. 


-Disculpa si me presente así, se que es degradable de mi parte señorita- porque tan formal, ni que estuviéramos en un lugar lujoso. 

-El señor Black, desea verte mañana- confiesa y abro los ojos. 


-Paso algo- pregunto confundida. 


-Esta enfermo- pone cara de tristeza, veo su vestuario y parece ser caro, porque va vestida muy formal. 


-Mañana, ¿a que hora? - me acomodo en el asiento y regreso a ver a mi hermano que parece confundido. 


-A las siete de mañana te pasara recogiendo un carro lujoso- abro los ojos, no se dan cuenta que tengo una tienda que atender, que extraño todo esto.  


-Victoria, solo por eso estas aquí, bien pudo haberme llamado o mandarme un email, es muy raro esto. 


-Todo es raro- sonríe- pero confía en nosotros, de verdad me da gusto verte, conocer a nueva gente es increíble y más de este tiempo- agrando mis labios por las palabras que dice, acaso estuvo dormida, que tanto se perdió, estuvo en coma. Muchas cosas pasan por mi cabeza. 


-Gracias por informarnos esto personalmente. 


-No hay de que- se levanta- esta de un día salir, me gustaría ser tu amiga y que me enseñes esta ciudad, ya que no soy de aquí.- me levanto igual que ella y veo que tiene una gran confianza. 


-Claro- digo sonriéndole. 


-Te vemos mañana – camina a hasta la puerta- por cierto ese juego que tienes de armar rompe cabezas, es de un circo que necesita ser armado y colgado.- Regreso a ver el rompecabezas que ha estado guardado por un año ya que es un regalo que me dio Renata y nunca lo arme. 


-Tu…- cando estoy a punto de preguntar si rebusco en mis cosas ella niega. 


-Para nada, solo que se ve desde aquí, que necesita ser expuesto, ese mágico, aquel circo que una vez existió- cambia su cara y parece de enojo.-Adiós- y sale por la puerta de manera elegante, mi hermano y yo nos quedamos sorprendido por lo que acaba de pasar. 

                                       ** 
El elegante carro Mercedes negro estuvo aquí y yo me vestí con un vestido floreado y una chaqueta de cuero por lo menos para verme presentable, claro llevo unos botines de taco que seguro por la tarde los pies me van a comenzar a doler. 


Me subo al carro y así paso durante una hora sentada, veo que va por un sendero lleno de árboles, enormes, el sol ilumina con una tenue luz, pego mi cabezo al asiento y el corazón me palpita de los nervios, cuando llegamos , me bajo del carro y piso  el suelo que esta lleno de piedras, visualizo la enorme mansión antigua, miro alrededor y el paisaje es hermoso , el pasto es muy verde y hay muchos árboles bien cuidados, flores de distintas especies le adornan  y el camino por el que entramos es tan largo. 


Me giro y miro a la Victoria y al señor Black vestidos sofisticadamente de negro, ambos se podría decir, el señor Black lleva un gorro de esos que datan de tiempos antiguos y su traje es de muy fino, por otro lado Victoria esta vez lleva cogido el cabello en una coleta y va muy maquillada, su  vestido es negro y apegado. 

 
-Bienvenida Francis- dicen ambos y un escalofrío me recorre por todo el cuerpo. 
 




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