Conflictos
1900
Thomas
-Quiero verlo- digo asustado- el día de hoy el clima esta de lo peor el cielo está muy gris y los truenos son muy fuertes, es seguro porque ya está próxima la nieve.
-No puedes joven Thomas, él no quiere que entres y lo veas en ese estado.
-No lo entiendes él es muy importante para mi… aparto al mayordomo y entro bruscamente. Me acerco al señor Black y lo veo muy pálido, su cama está muy fría, y es como si nevara aquí dentro de esta espaciosa habitación.
- Grover- digo informalmente, el alza su mirada.
-Thomas, no debiste entrar te puedo hacer mal- niego, no lo creo. Me sonríe y toma de mi mano.-Oh mi pequeño remolino lleno de locuras, estoy muy agradecido de verte- la tristeza me invade.
-¿Qué es lo que le pasa?- pregunto aturdido y mirando que traen un toallas para ponerle en la frente.
-Estoy muriendo, creo que mi hora se aproxima- me sonríe débilmente y tomo una de las toallas para pasársela por la cara.
-Estarás bien – no quiero que muera, no, otro sufrimiento más, aún recuerdo cuando murió mi hermana. Le seco con cuidado el sudor y tomo su mano nuevamente para limpiarle.
-Thomas, mirame- me dice pro yo me niego ya que me resulta muy doloroso.-Thomas mirame – dice nuevamente y el me alza el mentón. – Debes continuar con tu vida- cuando estoy a punto de hablar un relámpago estalla en los cielo y la luz se va.
-Recorcholis- me levanto- iré a buscar velas, esperame aquí.
-Noo Thomas, quedate- susurra débilmente. Me volteo y se siento nuevamente encima de su cama.
-Me quedare- tomo su mano y la aprieto.
-Hijo- me llama y esa palabra me remueve el piso y hace que estalle de felicidad- hijo mío- me dice de nuevo- quiero que tengas cuidado, algo malo está apunto de… no lo termina – por se escucha unos disparos. Esta vez si me levanto alarmado.
-Thomas no salgas – veo que el señor Black se levanta y me detiene del brazo.
-Usted vuelva a la cama está muy débil- me acerco a él para que me haga caso.
-No, Thomas mereces tener una felicidad y no la tuviste con esa mujer pelirroja pero la tendrás si te marchas de este mundo- me quedo viendo confundido, capaz está delirando.
-Tiene que descansar- otro disparo se escucha y esta vez gritos- me desespero. –Tenemos que oírnos de aquí. Me apresuro abrir la puerta y el señor Black me da órdenes de que salgamos por la puerta que conduce al comedor. Le ayudo cuando salimos veo un frondoso césped y un camino de piedras.
-Debes irte – me dice con dolor en su boca.
-No lo dejare- los disparos se hacen más próximos y esta vez decido ponerlo en mi espalda veo que su cuerpo está débil y ligero, corro bajo la lluvia y más relámpagos truenan. Cuando me detengo para descansar. – ¿Señor Black conoce algún lugar seguro?- le pregunto pero él no me responde. Veo unas vallas de madera y le coloco con cuidado- Señor Black – lo muevo con cuidado pero no, es demasiado tarde, el corazón me palpita y lágrimas cae por mis ojos- no, no me deje por favor – acaricio su cara y como magia, algo comienza a brillar alrededor suyo, pequeñas lucecitas blancas como diamantes le recorren.
Me asombro tanto que no sé que ocurre. Pestañeo a cada rato y el señor Black desaparece en mis narices como polvo, muevo la cabeza confundido y buscando el cuerpo de Grover pero nada, me levanto y corro de nuevo hacia la mansión. Estoy confundido y no sé que está pasando.
Connie aparece por la puerta con un paraguas, buscando a alguien.
-Connie- digo y ella me regresa a ver asustada.
-Thomas, hay algunos cuerpos tirados en el suelo- desvió mi cabeza y miro al mayordomo y dos empleadas en el suelo sangrando.
-Necesitamos ayuda- digo- ¿Qué haces aquí?- pregunto.
-Me citaron aquí- confiesa.
-Que- le miro y la aparto cuando escucho otro disparo ambos caemos en la hierba que da a la escalera.