(serie Recuerdos) -1900 - 2

Capítulo 31

Nervios no correspondidos

Francis

Seguí llamando a los señores Black pero nada, nadie coge el teléfono, y es algo que molesto por completo a Thomas, paree como si hubieran desaparecido del mapa. Trate de buscar a Victoria en la redes pero no aprecia y el señor Black, ni siquiera en páginas reconocidas salia.

Me lavo las manos y me pongo a pensar en la otra vez que Thomas me vio tocando el piano me puse muy nerviosa verlo ahí parado sonriéndome, yo presionando cada tecla, que aparecía en mi cabeza, la melodía sonando a cada rincón de la casa de Paolo. Fue especial y divertido ya que Paolo se puso un poco celoso temiendo que lo reemplace, estoy segura que él pensaba que era Gay pero lo negué de inmediato.

Prometí llevar a Thomas algunas de mis presentaciones cuando haga mi regreso triunfal, también estoy pensando en contratar a alguien en que me ayude a manejar mi negocio de panes, en realidad quiero volver.

-Nos vamos- aparece asomándose por la puerta de baño.

-Si- le pongo la bufanda de lana y él se coloca el gorro que mi hermano le presto.

-¿A dónde quieres ir primero Thomas?- le pregunta Jack colocándose los guantes y los zapatos.   

-Quiero ver como cambio el Central Park- salgo atrás de él y mi amiga Renata aparece y le presento a Thomas, ella queda sorprendida por su cordialidad  y educación.

-Necesitas compararte un auto- menciona Renata cuando ya estamos en el Central Park.

-Lo sé – admito- pero son muy caros- regreso a ver hacia atrás a Jack y Thomas, juegan algún juego extraño que desconozco seguro es de su época.

-Debo decir que es muy guapo- me giña el ojo y yo le vio incomoda- ya te lo lanzaste.

-¡Que! Claro que no, solo somos amigos, además creo que imposible, él, él… es diferente- le digo caminando más deprisa.

Le indico cada cosa que hay en el Central Park a Thomas y el queda más maravillado con la belleza que me parece repetitiva.

No ..lo puedo creer, cuanto ha cambiado, el mundo, recuerdo que este era un camino lleno de tierras y de caballos- estamos solos ya que Jack y Renata se fueron a subir a unos de los barquitos.

-Si…imagino lo distinto que debe haber sido, ahora mira es puro árboles, aunque a veces es un poco peligroso- le confieso y esta se voltea a verme – pero no te desanimes tu sigue vislumbrando de la vista y contándome las cosas que cambiaron.

Seguimos caminando y este se acerca a puesto de Hot Dog-¿Qué es eso?- pregunta viendo la vitrina de las salchichas. Rio.

-Quieres uno- le digo al señor que me  unos dos y esta los prepara enseguida Thomas se queda fascinado, me sonríe con una mueca chistosa, coge el Hot Dog y yo también el mío y le pago al señor.- Vamos comelo- le ínsito y lo mastica degusta cada bocado.-¿Que te pareció?- le pregunto nerviosa.

-Tiene buen sabor- y sigue masticando hasta que nos acercamos.-¿Aun la gente viene a patinar en navidad?- regreso a verlo cuando ya estoy a punto de terminarme el mío.

-Debí traerte esta navidad que paso, lo siento- me disculpo como se me pudo pasar por alto- pero si, la gente viene hasta el árbol de navidad se ve lleno de colores y guirnaldas.

-Es fantástico, yo no sabía salir mucho a patinar para serte sincero pasaba en esa época, pegado a una máquina de escribir.

-Mmm, en serio, que mal y Thomas, ¿Tienes hermanos?- el niega.

-Mi hermana murió cuando yo era pequeño al igual que mis padres- me detengo lamentándome por esa pregunta.

-Lo siento… yo no debí preguntarte- se voltea.

-Tranquila, ya estoy mejor- bota  los restos en la basura – y camina hacia mí- fue hace mucho- asiento.

Mi hermano y Renata viene corriendo a nosotros y me dicen que si estamos listos para  seguir recorriendo la ciudad.

-Si – decimos al unísono.




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