(serie Recuerdos) -1900 - 2

Capítulo 35

 

Picnic

Francis

Un día como hoy esta para recordarlo… Renata, Erick, Thomas, mi hermano y mi persona nos vamos de picnic a una montaña, vaya si que tuvimos que madrugar todos, cuando estaba cerrando con llave mi apartamento Camilo apareció para venderme una de las estradas de Béisbol, donde los Gigantes de San Francisco jugaban, pero le dije que no estaba interesada en esos juegos así que se lo vendido a la vecina después de eso como me vio con unas cosas de picnic se nos unió.

Con Erick conduciendo con su camioneta y con la música de fondo Stand by me su copiloto es Camilo, atrás vamos los cuatro, claro mi hermano y yo en el medio Renata me gano la ventanilla y Thomas también él va alado de mi hermano, en si vamos como papilla,  le regreso a ver  y me quedo viendo su pelo que le ha crecido más de la cuenta, debería darse una cambio de look o no , que digo se ve genial así, cuando se acomoda me giro y me doy cuenta que mi hermano me está babeando la blusa de lana en el hombro, le empujo y el me mira fulminándome.

-Estas babeándome-le digo limpiándome la blusa, Renata se ríe.

-Tú también eres otra, amiga. Recuerdo la vez que te quedaste dormida en el cine en mi hombro y dejaste caer unas tremendas babas- se carcajea diciéndolo en voz alta Renata. Miro a Thomas  avergonzada y el sonríe no más.

-Mentira-lo niego y pongo la basura en la funda que esta frente a mí-no recuerdo que eso haya pasado.

-Claro que paso, mira Thomas ella está mintiendo lo recuerdo clarito…

-Ya está bien lo admito pensé que lo habías olvidado Renata- le doy un pequeño piñizco disimulado en el brazo.

-Ay… está bien me callo- y Jack se ríe.

-Cuanto falta, me quede dormido por tanta música rockera suave, pónganse una movida.

-No-chillo-estamos bien con la música.

**

Cuando llegamos estacionan el automóvil, todos ponemos los pies en el tierra y por un momento me arrepiento de venir con converse, Thomas ayuda a sacar las cosas de la parte trasera, mejor todos ayudamos, y nos encaminamos a subir la pequeña montaña.

El sol esta radiante con un cielo despejado las nubes forman figuras extrañas, Renata pone un mantel en el suelo y yo le ayudo con eso, en cambio los chicos se encargan de colocar y de  armar  una carpa que trajeron.

-No debiste traer una carpa Erick -le reprocha Renata y este le regresa a ver un poco  disgustado.

-La traje porque me dio la gana y es para cualquier persona que quiera descansar -le replica y mi amiga se queda con la boca abierta.

-Y quien va a entrar acostarse en la carpa – mira a todos hasta a mí, cuando estoy a punto de ser buena onda, Camilo se me adelanta.

-Yo, así que no seas tan amargada Renata, es muy buena tu idea Erick, ¿Verdad? – Este asiente- porque yo ayer no dormí casi nada por estar alistando cosas para mi tienda.

-Ridículos – dice en voz baja mi amiga. Así todos nos ocupamos de otras cosas para no seguir peleando.

Jugamos. Voleibol, como juegos de mesa, contamos anécdotas hasta la hora que nos diera hambre después Thomas nos contó un poco de su época  y las distintas cosas y reglas que habían por ese tiempo. Camilo lo miraba raro ya que hacia caras como si significara ‘‘Y a este tipo que le pasa’’ por otro lado  ni loca me gustaría vivir en esas época donde apenas estaba comenzando el cambio. Para finalizar comimos y descansamos sin darnos cuenta que nos quedamos dormidos, cuando me desperté me dio un ataque de risa por ver a Renata muy cerca de Erick es así que desperté a todos y reaccionamos que ya era muy tarde mejor dicho re tarde.

Renata salto y se avergonzó al fin y al cabo que día más hermoso. Por no omitirles que mientras íbamos bajando la cuesta Camilo se cayó de nalga.




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