Thomas
Tú, estás viendo un cambio
Veo el palito que está pestañeando y no se me ocurre nada para escribir, estoy en blanco. Me rasco el cabello y me lo ato en una cola, debo contarle que me ha crecido como un cavernícola.
-Ey Thomas- entra Camilo por la puerta- esta Francis- niego con la cabeza.- ¿Dónde está?
-En sus prácticas de piano para su concurso- le digo la verdad.
-En verdad, no sabía- se acerca y pone una tarta encima del mostrador, los empleados le saludan y luego vuelven a lo suyo.-Me alegro por ella, espero que me invite al concurso- dice y por un momento, no creo, capaz me invite a mí. No, que estoy diciendo.
-No lo sé, capaz….. no lo sé – vuelvo a decir y decido apagar la laptop por mi falta de ideas.
-Seguro lo hará, capaz invite a sus amigo, le traje tarta de fresas, puedes probarlo.
-Gracias, más tarde recién acabo de desayunar,
-Está bien, oye no sé si quieras ir a una fiesta, que va dar una amiga, p por lo que veo en tu cara te falta diversión- arqueo una ceja.
-No creo que ese sea mi sitio- guardo los pedidos en la caja.
-Claro que puede ser, piénsalo, mejor dicho paso por ti hoy a las ocho de la noche – cuando estoy a punto de negarme el sale corriendo por la puerta y le veo subirse a su motocicleta.
-Piénsalo- me dice muy coqueta Susana y Román se carcajea.
-Por lo que veo tu eres un hombre diferente- pone el trapo sobre la mesa para limpiarla.
-Siempre lo fui- les digo sonriendo.
**
Por la noche, me visto de manera normal, me pongo unos pantalones azules que compre en una tienda donde venden ropa usada y una camiseta negra y para finalizar un gorro, me pongo unos converse, después agarro mi billetera y salgo de la habitación.
-¿A dónde vas?- pregunta curiosa Francis, le veo y está comiendo en el sillón mientras ve una película.
-¿Qué película estás viendo?- le pregunto. Y me siento alado de ella y me recuesto estirando mis piernas.
-Yo pregunte primero- le regreso a ver y miro que tiene una poco de yogurt en los labios, me acerco a ella lentamente y le paso el pulgar por donde esta y luego lo chupo. Ella me mira asombrada y se pone roja, pega un salto y se va a la cocina para sentarse en la isla.
-Voy a salir con Camilo- digo y me regresa a ver veloz.
-Que- asiento y escucho que timbran y me acercó abrir la puerta antes que ella. Me da una mirada asombrada.
-Camilo, bienvenido – nos damos un apretón de manos y el entra.
-No puedo creer, adonde lo quieres llevar, lo vas arruinar, él que es todo tranquilo, imagino que es para una de tus fiestas clandestinas- le amenaza con el dedo.
-Tiene que vivir, mujer, no es un niño- me regresa a ver – lo sé- me dice y me pregunto qué sabe.
-Qué cosa- se ríe y se apoya al marco de la puerta.
-Que eres del pasado, el otro día a Renata se le escapo- Francis pega un pequeño grito.
-La voy a matar, como se atreve – pone las manos en las caderas.
-Tranquila- le digo y regreso a ver a Camilo- no le cuentes a nadie por favor que seas el último en saberlo- y el asiente.
-No soy chismoso como Renata- Francis se sienta y pregunta de manera audaz.
-¿Puedo ir con ustedes?
-Lastima, noche de chicos, así que bye – sale y yo le sigo.
-Nos vemos Francis- me despido y veo que hace una mueca y cierro la puerta.