(serie Recuerdos) -1900 - 2

Capítulo 43

¿Quiero saber qué pasa?

Francis

Me volteo de un lado para otro, en la cama, me rindo. Decido levantarme. Me pregunto si se estarán divirtiendo, Camilo le hará bromar bebidas como alcohol, ¡rayos! Ya son más de las dos de la mañana y no vuelve. Voy a la cocina y me tomo un vaso de agua y decido ir a husmear al cuarto de mi hermano, veo que está dormido como tronco, reviso la otra cama y esta vaciá, me siento y me acuesto, su almohada huele al perfume del shampoo, suerte que no huele a moco.

Escucho que la puerta principal se abre y me levanto inmediato, cuando me quede dormida, reviso el celular de mi hermano y marcan las cuatro de la mañana. No lo puedo creer. Salgo deprisa y lo veo ahí apoyado a la isla.

-Hola, nena- me saluda y me pongo un poco roja, nunca en mi vida me había llamado nena. Bufo.

-Estas borracho- me acerco a él y lo huelo- wau sí que disfrutaste- digo cruzándome de brazos.

-Claro, solo se vive una vez – se recompone y se va a sentar en el sillón. Yo lo sigo y le quedo viendo.

-¿Quieres agua?- le pregunto, por como esta necesita un buen baldazo de agua fría.

Niega con la cabeza.

-Decidí vivir, no quiero que me pase como la última vez. Que me fui de mi tiempo sin vivirla al máximo- me asombro por sus palabras y siento un poco de tristeza, sé que debe ser difícil esto.

-La próxima llevame y nos emborrachamos los dos- le digo aunque no va recordar esto en unas horas después de caiga en coma.

-Lo harías, porque se te ve que eres una chica discreta que no le gusta las fiestas- me asombro y me siento frente a él, encima de la mesita de madera.

-Es por mis ocupaciones, pero antes si disfrutaba, creeme.

-Pues para la proooxima te vienes conmigo- asiento aunque dudo que pase de nuevo.

-¿Y alguna chica se acercó a ti?- pregunto, y la curiosidad me invade, espero que diga que no, acabo de confirmar que este hombre me interesa y me importa más de lo debido.

-Si, bailaron, hicieron bailes medios raros- mueve los brazos y se levanta de la nada, yo me siento donde estaba el.

-¿Cómo bailaste?- pregunto y quiero saberlo todo.

-Se sintió sucio, no era como en mi época – me ríe en voz baja. Y veo una mano extendida frente mi.

-Bailarías a la antigua conmigo- alzo la mirada y le sonrió, y asiento.

-Espera – saca su celular y busca….busca hasta que suena la música de la anterior vez. Me sorprendo y hace que los pelos se me pongan en punta.

Me vuelve a ofrecer la mano y esta vez la acepto, me apega a mí y está muy cerca, pone su cabeza en la curva de mi cuello. Me late el corazón muy rápido.-Bajo mis brazos hasta la mitad de su espalda y así bailamos, muy juntos.

Espero, no, más bien ruego que esto no recuerde Thomas cuando despierte.

Se aleja de mí y me sonríe, toma una de mis manos y me da una vuelta, sus ojos profundos me miran y yo me avergüenzo sonriendo.

-No dejes que nunca muera la magia- dice y veo la silueta de  el  en el piso, la luna aún se asoma y está muy brillante.

-No cambies, se tú mismo- le digo y me cerco a plantarle un beso en su mejilla. Después el cae encima mío y lo sostengo.

Cae en coma, así que lo llevo arrastrando hasta la cama.

 

 




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