Lo nuestro es maravilloso
Thomas
Lo de ayer fue hermoso, ¿no crees?- le regreso a ver a la cara y ella se recuesta más en la cama tapándose con las cobijas.
-Fue asombroso- le destapo y veo su senos, le pongo la mano en uno de ellos y la piel se le pone de gallina.-Thomas, lo hice bien, capaz no me porte como las chicas de tu época al hacer el amor.-Pego una carcajada.
-Que dices, las mujeres de mi época también eran salvajes en la cama, así que no te compares, tu eres única Francis, y siempre lo serás, tu y yo somos únicos y esto lo vuelve maravilloso- me acerco a besarle.
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-La banda Parachute suena en la radio, justo en este momento estoy contenta- me dice Francis mientras lava las tasas para servir el café.
-¿Cómo se llama la música?- suena bien, muy romántica también.
-Forever and Always, te la dedico- dice sonrojada y escucho atentamente la letra y sonrió tiernamente.
-Francis te quiero – se lo digo sin pensarlo y ella me regresa a ver.
-Yo también Thomas.
-Te parece si salimos a caminar por la tarde.
-Te parece mejor si te llevo a un restaurante donde canta una chica hermosas canciones.
-Me parece bien, te paso viendo- ella me regresa a ver cuándo guarda los sartenes que usamos para calentar el pan integral.
-Pero si tú no tienes carro. ¿Además dónde vas tan seguido?- pregunta con curiosidad achicando los ojos.
-Pero… - evito lo que estaba pensando en secreto- está bien, yo, yo… te he de contar muy pronto, dejame por lo menos pasarte viendo en un taxi para que no tomemos un bus o el metro- se levanta y asiente.
-Gracias.
-Bueno, te dejo porque tengo cosas que hacer – me despido de ella con un beso en la mejilla y ella me mira por un momento triste.
-Nos veremos- dice y yo tomo mi saco y mi sombrero. Salgo del edificio y veo el auto negro que siempre me espera, abre la ventana la mujer y me saluda con la mano.
-Que esperas para entrar- me dice y yo cruzo la calle no sin antes mirar hacia la ventana de Francis, para ver que no esté ahí. Y no lo está, me subo al auto y este arranca de inmediato, así comienza mi día.
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Llego justo a tiempo, Francis sale con un vestido floreado de color rojo y con una guitarra en la mano, le abro la puerta de mi asiento para que entre al taxi.
-Te ves muy hermosa, acaso vas a tocar la guitarra- ella niega con la cabeza.
-Me la pidieron prestada, unos amigos van a estar ahí Paolo y Renata. Ella canta. – Abro los ojos como sapo y le regreso a ver sorprendido.
-Hablas en serio- esa no fue una pregunta más bien una afirmación- Renata sí que se lo tenía bien guardado.
-Lo sé, lamento no haberte contado pero es que era algo de ella y hace meses que no voy a verla cantar, hoy también invito a Erick, Camilo también va estar y no se quien más que yo conozca. Pero lo bueno es que le va a dedicar una canción- sonrió.
-¿Y tú cuando me dedicas una canción en piano?- ella cierra los ojos y también sonríe, los vuelve abrir cuando estoy a centímetros de sus labios.
-Algún día- es lo único que dice, yo le planto un beso fugaz y nos acomodamos para escuchar en la radio del taxista a Enya – Only Time, otra de las cantantes que me cautivo de esta época, su música es genial y cálida.