Te fuiste
Te fuiste
Francis
Como una mañana fría a finales de noviembre, veo su rostro. No tiene barba se la depilo ayer, se ve fenomenal, y esos churos parece un hombre griego de esos antiguos solo le faltaría la diadema dorada porque inteligente ya lo es, me recuesto sobre la almohada para apreciarlo mientras duerme, decido tocar su mejilla y escucho al fondo la música, se nota que mi hermano está feliz, ya que ahora tiene novia, Robbie Williams- Supreme, es un buen tema para empezar el día.
-Buenos días – me saluda Thomas atrayéndome hacia él para abrazarme.
-Buen día, cariño- yo también lo abrazo.
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-Estas bromeando Jack – le miro sorprendida- estas muy romántico esta mañana- ahora suena una canción romántica de Sarah Connor - Just One Last Dance quien lo imaginaria mi hermano todo un romántico empedernido.
-¿Crees que a mi novia le guste?- me pregunta y Thomas le da unos golpecitos en la espalda.
-Tranquilo va ir todo bien.
-Estoy nervioso, y si me equivoco mientras estamos bailando esa canción, sabes que trate de practicar por eso estaba escuchándola- me rio.
-Aunque me doy cuenta …..- se queda pensando.
-¿De qué?- pregunto.
-De nada, va ir todo bien- termina diciendo. Thomas termina de desayunar, se levanta y toma las tazas para lavarlas.
-Hermanito, te diré esto, cuando amas alguien no te das cuenta de sus fallas en este caso sus pasos de baile, te he visto practicar y lo haces bien, te va ir super en esa fiesta- me sonríe y se acerca abrazarme. Giro la mirada hacia Thomas y el me guiña el ojo.
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-¿Ya te vas?- pregunta y me mira mientras cierro la panadería.
-Si – le digo- le prometí a Paolo que él me daría unas lecciones de piano.
-No quieres que te vaya a retirar cuando salgas- asiento y se acerca para plantarme un beso en la frente.
-Y tú no tienes que ir a tu escondite – le digo sin hacer en modo de pregunta.
-Mi escondite, claro que no- le miro con los ojos entrecerrados.
-Mentiroso, bien que te escapas para ir no se a donde rayos.
-Pronto lo sabrás y no olvides el paraguas- lo tomo del piso, olvide que lo había dejado ahí mientras cerraba.
-Tienes razón, no te olvides a las diez pasas por mí.
-No lo olvidare- me alejo de él caminando y me giro por un momento para verlo. Ahí está vestido con unos pantalones jean, con su camisa de cuadros y su enorme abrigo de lana de color café. Se ve tan sencillo y me doy cuenta que estoy locamente enamorada. Él solo me sonríe.
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Bajo por las escaleras con Paolo.
-No olvides ponerte un vestido de infarto, este va ser un gran debut para ti- hace unos meses me menciono que me uniera un concurso de piano donde grandes famosos de este género iban a estar, concurse, y para rematar gane, me volví famosa por un momento ya que todos me elogiaban, y felicitaban. Esto me dio a reconocer que el piano es mi pasión y que era hora de triunfar, cueste lo que cueste. Paolo decidió ayudarme a realizar mi sueño, debo admitir que es un gran amigo.
-No lo olvidare amigo, eres el mejor- decido abrir el paraguas.
-Donde estará Thomas, dijo que pasaba por ti a las diez de la noche y no aparece. Lo buscamos con la mirada y no hay rastro de él.
-Ahí está- dice Paolo después de diez minutos de esperarlo. Le saludo con la mano y él me sonríe devolviéndome también el saludo. Cuando camina unos pasos para cruzar la calle pasa lo peor. Mi corazón se rompe como un cristal.
Mis ojos lo vieron, vieron en ese momento su pesado cuerpo…. Paolo sale corriendo y yo me quedo inmóvil mojándome. Reacciono y salgo corriendo a la carretera la gente se amontona y veo sangre a su alrededor.
-Paolo, llama a emergencias- le grito y este me hace caso, me arrodillo y trata de decirme algo-Thomas quedate conmigo, por favor, no me abandones. ¡Thomas!- sus ojitos están por cerrarse.
-Fra…Fra… te amo – es lo que termina de decir antes de caer inconsciente en mis manos.
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Lagrimas bañan mi cara, miro el largo pasillo en donde se puede ver la puerta en la que Thomas está siendo operado, sufrió daños en su cabeza, es lo que nos dijo la enfermera.
-Hermana – pone su mano en mi hombro, regreso a verlo, al igual que todos mis amigos que están preocupados. Me acerco abrazarle.
-Va estar bien – me dice Erick y Renata se une al abrazo, salen más lágrimas de mí, lloro con una fuerza.
-Tranquila- me abraza Camilo. Me arrastra hacia los asientos duros como una tabla y todos se sienta con una cara triste y una preocupación que nadie se la puede creer, Jack mi hermanito está muy triste, y yo estoy peor. Mi oído se agudiza y escucho unos pasos, esos tacos. Miro desde el suelo y son rojos, alzo mi mirada a la mujer que está entrando.
Va vestida elegantemente de rojo, regresa a ver a todos mis amigos, Camilo se acomoda en el asiento y yo me paro, ya que ella luego me regresa a ver a mí, me inspecciona.
-No te acuerdas de mí- dice y siento haberla visto pero olvide. De donde la conozco, no puedo ni recordar en este momento. Así que niego con la cabeza.- No lo imaginaba – dice y se aleja haciendo sonar esos tacos. Tan fría, tan dolorosa como una dama de hierro.