Por Fin
Thomas
Aparco y me bajo del carro, me ajusto mi saco de lana, que bueno que vine con uno largo, me acomodo la bufanda y mis guantes, cruzo la calle y entro al famoso estudio. Cuando entro personas me saludan, me llevan a camerino para que me aliste y saco de mi abrigo las escrituras antiguas, por lo menos las que valen, las observo primero, y recuerdos de cuando use una máquina para escribir viene a mí. Me siento y abro la escritura que parece marchita como una flor. Leo cada parte de mi letra, por un momento quiero encontrar al que hiso esto, ser tan falso, tan cruel y ganar provecho de todo lo que no le pertenecía.
-Thomas, es hora- regreso a ver a la chica que lleva un micrófono pegado a sus labios, por suerte está apagado.
-Ya voy, me saco mi abrigo y mi bufanda, me miro en espejo y mis risos están sueltos, mi cabello ha crecido, está más o menos como lo solía tener, el terno gris me queda bien y me doy ánimos, como a la vez siento que Francis estaría haciéndolo, estaría como siempre estuvo.
Minutos después me explican un par de cosas del estudio, todos están listos, el lugar esta vacío sin gente solo la presentadora y yo estamos y me siento nervioso. Y la acción comienza.
Mientras la entrevista sigue con preguntas casuales, simples y fáciles de responder, la mujer que es pelinegra, hace la pregunta del millón.
-¿Por qué crees que tu tatarabuelo es el verdadero creador?- cierro mis ojos y cruzo mis manos al igual que mis piernas, y las pongo en el filo de esta.
-Porque tengo evidencia- digo sin más-tengo los escritos, tengo las ideas anotas, como el hecho de que no quería que hubiera romance en el libro, o como el hecho de que quería que muriera el protagonista, pero era un idea descartada según los escritos.
La mujer pestañea a cada rato y se acomoda en el asiento.
-¿De dónde vino toda esta idea?- pregunta- ¿porque tu tatarabuelo escribiría un libro de misterio que por esa época se podría representar por obras teatrales?- y otra pregunta.
-Porque quería probarse así mismo que podía, que era ingenioso e imaginario con lo que creara- digo mi verdad, recordando de porque quise ser escritor.-Porque amaba los libros desde que su hermana murió, desde que perdió a su familia- digo sintiéndolo en mi corazón, cada sentimiento que surgió por ese tiempo, ese momento especial para mí.
Ella asiente y sonrió.
-Damas y caballeros les presento al tataranieto de Jack Goulding, el verdadero autor del misterioso libro que ustedes conocen, es verdad hay evidencia, y si quieres aclarar tu mente te invito al museo donde se guardara esta reliquia de escritura.
Sonrió y regreso a ver a los asiento. Mi alma se detiene de un susto. Que hace aquí Sofía, esta media enojada, aterrada.
Cuando terminan con la entrevista, me levanto y agradezco a la gente de trabajo. Me despido cordialmente y me dirijo a mi camerino para abrigarme con mis cosas. Y salir rápido a buscar a Sofía, pero los flashes me inundan en ese momento y bajo las escaleras, la gente con micrófono aparece para que hable, me preguntan muchas cosas, ahora el mundo sabe la verdad, pero de esta parte que puede resultar falsa, pero era la única manera de seguir. Y me siento tranquilo porque reclame algo que me perece. “En tu cara editor traicionero”.
Camino y aparto los micrófono gentilmente para no hablar-ahora no por favor- digo- y otro micrófono aparece y digo finalmente- bien lo soy, por fin se ha revelado esta verdad y el micrófono rojo se aleja de mí , y yo me aparto, cuando miro hacia delante… una hermosa mujer me queda viendo, tiene el cabello blanco como la nieve, sus ojos son azules y su vestimenta me parece tan navideña y extraña, me sonríe y me guiña el ojo, pero no es un guiño coqueto si no es algo como…más grande te espera.
-Siento como si tuviera que elegir – digo en voz baja y corro para esquivar a las cámaras y micrófonos.