(serie Recuerdos) -1900 - 2

Capítulo 73

Estoy hablando por ti

Francis

Tomo asiento y le pongo flores a la tumba de mis padres, regreso a ver a Jack y me toma de la mano.

-Ya los perdonamos, así que no lo pienses de nuevo hermanita.

Asiento y apretó su mano. Levanto la mirada y lo veo estacionar el carro. Viene hacia nosotros.

-Al  fin te encontre- dice emocionado. Y mi hermano me suelta y se despide de nosotros.

-Estoy orgulloso por ti, ¿cómo supiste que estaba aquí?  

-Como no saberlo, eres una pianista reconocida, no te das cuenta que también te toman en cuenta los paparazis.

-Pensé que no me rodeaban, pero ahora me doy cuenta que si- camino sobre el césped y vuelvo a ver la tumba de mis padres.- Les traje flores.

-Es muy grato de ti, después de todo lo que tuviste que pasar, sé que los amaban a los dos, en lo más profundo- lo regreso a ver- lo sabes, tu misma lo sabes.

-Lo se Thomas, lo sé. Te quería pedir algo- decido cambiar de tema.

-Dime.

-Me llevas a casa.

-Claro- ambos caminamos hacia el carro, sonriendo descaradamente.

Estoy feliz por lo que hiso, revelar al mundo una parte suya (aunque fuera una pequeña mentira), pero que se podía ser, si revelaba que venía de otro mundo le crearían loco. Ahora una nueva vida para él comienza y me gustaría saber que es lo que desea de mí ahora.

-Thomas- digo en voz baja, y él me regresa ver como preguntando que pasa.-Feliz año nuevo.

-A ti también.

**

Hoy es sábado, ha pasado una semana desde que no veo a Thomas, pero una buen día para ver a Victoria e integrarla a mi grupo de amigos, Thomas me hablo de lo que paso con ella y la idea que tenia de convertirse en actriz, suena emocionante cuando lo dice pero es duro, y  quiero lo mejor para Victoria. Aquí nos encontramos ambas en mi antiguo trabajo en un día de Enero friolento.

-No puedo hacer- dice cuando la masa se le ha pegado a las manos, olvide mencionarlo, como tenía que buscar un trabajo Thomas le negó que volviera a la empresa al menos por ahora, ya que es muy indecisa, y le recomendó que probara otros cosas como hobbies que descubriera lo que ella quiere.

-Claro que se puede- le ánimo, le agrego más harina de trigo a la masa- ahora mueve y remueve- le digo, y ella toma un suspiro.

-Está bien, sabes siendo honesta esto tampoco es para mí, Thomas debería entenderlo, que cuando yo estaba al mando en la empresa era la mejor, era lo que podría hacer- la escucho y sonrió irónicamente.

-Pero él una vez me dijo que no era lo que querías, una vez mencionaste el circo, y se dio cuenta que es lo que amas. Pero ser dueña de un circo lleva trabajo más construir uno,  y buscar a los trabajadores con habilidades especiales- digo, pensando en todo el trabajo que le tocaría hacer si quiere esa vida.

-Me gustaría trabajar para alguien, soy buena por los aires, ya lo mencione- juego mientras pongo los huevos en el recipiente de mantequilla.

-No trabajes para alguien, estas en el siglo 21 y puedes conseguir algo más que eso- le doy un consejo bueno y ella asiente.

-Tienes razón- le miro un poco triste por sus sueño.  Enciendo la batidora y bato.

Minutos después se escucha un portazo que  a mí y a Victoria nos hace saltar.

Regresamos a ver.

-Ustedes, no me lo creo- dice la mujer rubia con cabello ondulado y ropa más cara que la mía.

-Sofía. ¿Qué haces aquí?- pregunta Victoria a la defensiva y sale de la barra para ir donde ella.

-Tu ni me hables, me diste la espalda aceptate que mi Thomas este con esa zorra- abro los ojos por sus palabras, me saco el delantal y voy corriendo hacia ella, justo en el momento que me regresa a ver le planto una dolorosa cacheta.

-Ni te atrevas hablarme así, eres de lo peor Sofía- le replico su brusco comentario. Se lleva la mano a la mejilla.

-Pienso destruirlo, y tú – mira a Victoria- ni tú – después  me mira a mí - me van a detener. Le lanza un sobre grande de color amarillo.- Y por ciento que fea pocilga- se merece una más fuerte, por un momento quisiera jalarle de los pelos. Pero soy más madura que ella y me comporto. Al final se marcha.

-Ábrelo- digo un poco angustiada.  Y Victoria obedece.

-No lo puedo creer, que ven mis ojos- son fotos de ellos dos desnudos, fotos que daría vergüenza publicarlas en una revista.

-Que descarada, no se acuerda que yo se lo presente, si piensa que va vender estas fotos está equivocada- menciona furiosa.

-Y ahora- digo y de la nada y Camilo entra a la panadería con unas cajas de jugos.

-Hola chicas- dice y Victoria se da la vuelta para seguir haciendo  su pastel, sin saludar a Camilo.

-Hola- digo sin ánimos.




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