(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

IV

Abro mis ojos y el cansancio me invade, el reloj pegado a la pared de mi habitación  muestra que son las once de la mañana recién. Como no tengo trabajo, no le doy importancia. Así que me revuelco en la cama. Sé que no fue un sueño porque lo senti  tan real, ángeles en mi apartamento en este mundo que está loco como yo.

Me siento en la cama y veo mis objetos navideños, algunos tienen magia había olvidado darles uso, pero ahora que voy a otro lugar, ¿Podre hacerlo?. Me levanto y decido entrar al baño para ducharme.

Cuando salgo toda regia, alguien toca el timbre y decido abrir.

-Thomas- sonrió y él entra.

-Estarías dispuesta hacer cambios- parece emocionado-tengo una propuesta-me cruzo de brazos y lo escucho.

-¿Cuál es?

- ¿Qué pasaría si traslado tu tienda a Washington?- abro los ojos y suelto los brazos. Un sentimiento de tristeza me invade.

-A estado aquí por muchos años, no creo que sea correcto. No quiero que vaya a otro lugar, es algo que aprecio de mi abuelo- Thomas cae decepcionado y asiente. Pienso en lo que me dijo la anterior vez y decido obedecer.

-Prefiero mantenerla cerrada hasta que regrese- me vuelve a ver.

- ¿Estás segura?-  pregunta preocupado y asiento.

-Está bien, confió en que harás un buen trabajo- sonrió.

**

Así como el verano acaba acción de gracias llega. Guardo por adelantado algunas cosas de mi apartamento como las del cuarto y la sala aún me falta todavía la cocina y el baño. Pero eso después. Me miro en el espejo y cargo puesto un vestido verde que es flojo diseñado como si fuera una campana. Decido ir con el cabello suelto y ponerme una diadema alrededor. Tomo mi bolso rojo, donde aparecen cosas mágicas. Claro tienes que hablarle, me acerco hasta el cierre abierto y le digo.

-Necesito chocolates- mis nervios me hace pedir cosas raras como comida. Me como una y pitan por mí. Tomo mi abrigo de lana negro y las llaves para irme.

Thomas decidió pasar viéndome para llevarme a la casa de Jack ya que no conozco. Cuando llegamos al lugar esta armonioso, hay niños corriendo a los alrededores, lucecitas amarrillas están por todos lados como adornos y el árbol de navidad recién armando está en centro de la sala. Que pronto.

-Oneday- me recibe con una sonrisa Francis. Luce un vestido morado, tiene una apariencia de no haber envejecido nada en todo este tiempo, increíble. Una vez leí que los productos coreanos son los mejores, y por lo que noto lo son.

-Hola a todos- agito mi mano saludando y ellos me quedan viendo. Me siento como una intrusa. La mujer llamada Renata se acerca a mí y me saluda con un tierno abrazo, después vienen más y más hasta que llega Victoria.

-Hola- me saluda con un abrazo igual y siento su pancita de embarazada.

- ¿Que tal estas?- la última vez que la vi fue cuando abrió su tienda de antigüedades que a resultado ser un éxito.

-Muy bien, con muchos antojos- se soba la panza y atrás de ella aparece Camilo.

-Bienvenida One- me saluda con un beso en la mejilla. Típico de él.

-Guao serán padres- digo emocionada.

-Sí, es nuestro primer hijo-  asiento sorprendida.

-Lo intentamos mucha veces pero, ella tuvo….tú ya sabes- dice Camilo tomando una bebida de la mesa- lo importante es que todos estemos bien. Y cuenta,  ¿Que has hecho en todo estos años?

Me siento y Thomas me guiña el ojo. Francis va atrás de él para decirle algo. Veo el lugar y pienso en mi respuesta.

-Vendiendo cosas de navidad- admito y es la verdad, mi vida es tan monótoma y aburrida. Noto que no hace mucho caso a mi respuesta.

-Bueno, bueno señoras y señores- todos regresamos a ver por los aplausos que da Thomas de repente- ahora Francis tocara el piano – todos se ponen felices.

Miro como se mueven sus dedos, todos parecen felices detengo mi mirada en el hijo de Francis, Tabari y esta enorme, seguro está en la adolescencia, y en brazos esta el más pequeño, es un retoño bien bonito, igual al papa.

Después miro a los hijos de Erick y también están grandes, todos formaron una familia, al igual que lo harán Jack y Eduardo con sus respectivas parejas.

Ellos aparecen después que Francis deja de tocar el piano, Jack nos llama para que pasemos a la mesa, es una enorme de forma rectangular, un señor se acerca a Francis y le abraza.

-Paolo es bueno tenerte aquí- habla en voz alta y se la  lleva para estar un momento a solas. No sé como sentirme o hacer, todos aquí se conocen muy bien, tienen un lazo fuerte y por primera vez me siento como si quisiera algo así. Las manos se me ponen heladas.

-Oneday- me llama Thomas de repente y lo regreso a ver – toma asiento- me dice amablemente. Y lo hago, alado mío se sienta una chica pelirroja con pecas en su cara y ojos azules.

-Ella es Amelia, la hija de Erick y Renata- me sonríe en modo de saludo y yo le regreso la sonrisa.

-Es tinturado tu cabello- me lo toca y yo me alejo sorprendida.

-Lo mismo pensé la primera vez que la vi- menciona Francis.




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