(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

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Al día siguiente Sarka y yo vamos a desayunar, el cielo esta oscuro donde amaneció con una nevada muy agradable. Observo la ventana y decido acercarme. Me pongo una chompa y mi gorro. Las botas pisan la nieve y hace un frío del demonio. Toco la nieve con las manos y un flashback me hace recordar mi niñez donde alguna vez que arme un muñeco igualito como el de la película de Jack Frost en la que se convierte un muñeco de nieve.

-Recuerda que esto es como un homenaje a Jack Frost- dijo el ser que atesoraba. Mire los ojos de mi padre y supe que cada nevada de navidad lo iba armar, pero después de su muerte las ganas y la emoción se me fueron.

-Ey, ¿Qué haces ahí?, ¿El desayuno ya está?- la voz de Sarka me regresa a la realidad. Pestañeo, y miro que está dejando de nevar. Cuando estoy a punto de entrar, me quedo estática como una piedra, va bien arreglado, lleva guantes negros de esos finos, zapatos brillantes y negros, bufanda roja y saco gris como su terno. Sus ojos miran hacia mí y cierro la puerta atrás mío. Todos los empleados están parados haciendo la bienvenida.

-Es bueno tenerlo aquí- dice uno que no conozco.

-Gracias- los guardaespaldas que le siguen están esperando en la entrada, busco para ver si esta Dru, y doy justo con su mirada y parece atemorizado, negando su contacto visual hacia mi enseguida.

-Buenos días con todos- saluda- estoy aquí, porque ayer encontré unos dulces en mi mesa- miro los caramelos que le deje ayer- me parece muy curioso ya que estaban envueltos de un papel que parecía único. Y no tengo la menor idea de quien me los dejo, busque en las cámaras para ver quien fue pero sale error de imagen. Me gustaría conocer a la persona que lo hiso, sería un placer en felicitarlo.

Pestañeo por lo que dice, mi corazón late a mil, mis manos están siendo dolidas por los puños que estoy formando, y los pelos blancos seguro se están alzando por lo que hice.

- Ruego me disculpe- dice un hombre que parece ser el encargado de la cocina- pero nadie en la cocina hace caramelos, no sabemos quién los hiso. Además nadie entro me hubiera dado cuenta.

-Bueno, parece que alguien entro a mi habitación- dice con una sonrisa amable-y cuando lo descubra tendrá una buena recompensa, porque no había probado algo así jamás en mi vida- me regresa a ver, sus ojos azules parecen oscurecerse en este lugar desvió su mirada intimidadora que me da y me cruzo de brazos.- Ya nos veremos sigan con su desayuno- dice y sale por la puerta escoltado.

-¡Que desayuno!. Ya está levantado, nos toca limpiar- dice Sarka- la señora Potter nos va hablar si nos ve aquí- me jala de las manos y me saca del lugar.

-Pero tengo hambre- le digo mientras nos dirigimos a la bodega.

-Desayunamos después- dice y yo gruño.

**

Paso una semana y mi trabajo consiste en estos días en limpiar los espejos, y la bañera de las habitaciones ocupadas, la lista esta extensa, no puedo creer que las empleadas hagan esto deberían ser más remuneradas, seguro ganan una miseria aquí.

He tratado de hablar con Dru pero siempre pasa alado de ese hombre de trajes, y por la noche cuando me escabullo no está, esta noche intentare otra vez o si no me daré por vencida con él. Miro mi celular un rato y miro si tengo un mensaje pero no hay ninguno.

Pasos se acercan en el pasillo y lo guardo enseguida. Una chica rubia, vestida de manera informal me queda viendo, la analizo y brinco del susto es Diana, ¿Qué hace aquí?

-¿Yo te conozco?- me pregunta enseguida, y niego con la cabeza, trato de esquivarla pero ella me detiene- me pareces muy conocida, esos ojos se parece a una chica- bajo mi cabeza disimuladamente.

-Imposible, yo trabajo aquí y no he salido de aquí en un buen tiempo.

-Diana- escucho una voz gruesa, lo miro y está aquí, me suelto de ella.

-Lo siento, la señorita me retuvo- digo y salgo corriendo. Bajo las escaleras apresuradamente y mis manos tiemblan. Sera que si me reconoció, será que se lo va a decir, rayos todos esto es un desastre en que te metiste Oneday.

-¡Carajo!- se me sale de la boca.

-Vaya palabras One- aparece Dru de la nada y me hace asustar.

-Tú, tú. Apareces de la nada, después de días. ¿Cómo te atreves a dejarme sola?. Se supone que somos un duplo.

-Lo siento, yo de verdad lo siento. Tenía que hacerlo.

-Hacerlo, como es que te volviste un escolta del presidente- le fulmino inexpresiva.

-Quería estar cerca de él para vigilarlo ytenía que hacerlo, No te enfades conmigo. Además traigo buenas para ti.

-Es enserio, que buenas me puedes traer siendo un escolta o lo que sea que seas- digo cruzándome de brazos.

-Se dé un lugar secreto, es donde hacen las investigaciones, capaz pueden estar ahí tus fotos. Escuche que es un secreto, y que nadie más lo puede saber, ya que esto pondría en alerta a los ciudadanos.

-Que mal puede hacer un elfo, ¿dime?- le miro decepcionada. Sus ojos me marcan arrepentimiento.

-Quizás pueda ayudarte a encontrarlo, tus fotos son importantes, ¿no?




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