(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

XVII

NOAH

Por primera vez la veo, completamente diferente ante mí, se ven tan vulnerable y distinta. Dru le saca el pañuelo de su cabello y veo sus orejas puntiagudas, su cabello y su silueta. En verdad que es una elfa, pero la más hermosa que he visto en mi vida y la que seguramente me afectara.

Me siento en la cama y le toco las mejillas, están calientes.

-Iré a traerle agua, me acompañas Sarka- dice y ella acepta mientras desaparecen por la puerta. Pongo mis ojos nuevamente en la chica que tengo frente mío, bueno si se le puede llamar chica.

Dru y Sarka llegan después de diez minutos y les digo que me dejen solo con ella. Dru parece un poco indeciso pero después accede. Sarka me guiña el ojo y yo decido esperar hasta que despierte, porque sé que pronto lo hará.

Una hora después de ver el periódico y las nuevas noticas del actual presidente de Washington me digo que es lo mejor que pude hacer, renunciar a algo que no me gustaba para nada.

 Mueve sus brazos y se los lleva a la cabeza, parece asustada por no encontrar su pañuelo en la cabeza. Abre los ojos y me regresa a ver, su mirada es de miedo, parece temerme, se aleja de mí y yo trato de no mostrarme todo serio, tampoco quiero que piense lo peor de mí.

-Buenas noches Oneday- le saludo y ella parece tranquilizarse por un momento.

-Viniste a encerrarme por mentirte- me mira y es una mirada que me incomoda, decido hablar.

 -No. ¿Escucha quiero hablar?, ¿Saber quién eres de verdad?- por favor, no me temas solo quiero arreglar todo esto -la chica es una rebelde, su mirada parece como si quisiera desafiarme y mandarme a volar por los aires.

-Hablar, para que humano. ¿Qué es lo que sabes?- se levanta y es de estatura alta, seguramente un metro setenta y cinco. Su cabello de verdad que es muy blanco como la nieve en Alaska, y sus ojos azules como el mar profundo. Orejas puntiagudas y labios bien rosados, tiene algunas pecas alrededor de su nariz.

-Dru me conto que eres una elfa, ¿Por qué no me lo dijiste?, ¿Por qué no tuviste el valor para pedirme las fotos?. Así no hubieras echo tanto teatro de entrar a la Casa Blanca.

Ella alza los hombros dándole una importancia insignificante a todo lo que estoy diciendo.

-Porque quiero y porque puedo, acaso me ibas a creer cuando te dijera mira humano soy una elfa y las fotos que tienes no te pertenecen. ¿Acaso me ibas a creer?- me acusa con su mirada felina.

Vaya mujer si que tiene agallas para decirme todo eso.

-Quien sabe lo que hubiera pasado, capaz y te creía, vi esas fotos y para nada parecía que estuvieran con Photoshop. Si hubieras ido con la verdad, no estarías en esta situación frente a mí, metiste a tu amigo  en un lio…..- me detiene bruscamente con la mano. Y hace una sonrisa ladeada.

-Él se metió solito en esto y quien sabe lo que tú sabes de él, como ya sabes todo apuesto que sabes que es un ángel de la mierda, y amigo ya no somos.- Se acerca a mi quedándose a centímetros de mi mirada.- ¿Solo dime algo, estas aquí para encerrarme?

-No crees que ya lo hubiera hecho mientras dormías.

-Vaya- se aleja y se cruza de brazos- entonces adiós- camina alado mío. Y la detengo justo a tiempo del brazo y se voltea a verme con una mirada asesina.

-Aun no terminamos.

-Pues yo ya humano.

-Me llamo Noah- se zafa y se pone las manos en la cadera.

-Noah, pequeño Noah. Ya que sabes todo, que tal si nos vemos mañana temprano en la cafetería que esta alado de mi tienda de juguetes- tiene una tienda, sí que me sorprende y me llena de curiosidad.

-Está bien, te parece a las ocho – y ella asiente y se marcha mirándome mal.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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