(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

XXVII

DRU

- Oneday- susurro con una voz débil -Oneday- alzó el tono de mi voz y la hago espantar ella me lanza la almohada enojada. 

- Lo siento- digo y me alejo unos centímetros de ella viendo cómo está, es mejor mantener la distancia. 

- ¿Qué haces aquí en mi departamento?- dice con una voz disgustada. 

- Vine a verte. 

- Tan temprano- regreso a ver la hora y son las siete de la mañana- necesitamos hablar- cierra los ojos y se masajea las sienes. 

- No, no quiero hablar contigo, pensaba que nuestra amistad se acabó ya. 

- No se acabara nuestra amistad- el salvaje torero me sale y me acerco a ella y apunto su clavícula. 

Ella quita mi dedo bruscamente. 

-No me señales Dru que no soy un objeto. 

- Lo siento. Pero me enoja que después de tantos años decidas acabar una amistad solo por tu orgullo y enojo- me paseo por la habitación. 

-Amistad, amistad – se levanta bruscamente- te escuchas, en la parte de la amistad no se deja a los amigos solos, tú me dejaste sola cuando prometiste que ibas a estar ahí para mí, yo sola tuve que recuperar mis fotos. 

- Sola…sola claro que no lo hiciste sola, acaso crees que soy tonto yo vi, yo lo vi, el hada de los dientes estaba alado tuyo. 

- Pero porque yo se lo pedí imbécil- me grita y veo sus ojos y son de rencor y por supuesto orgullo. 

- ¡Lo siento!, lamento haberte dejado sola, lamento haberte lastimado así. 

-Ya es tarde no crees- desvía mi mirada hasta que la suya se posa en la planta de la entrada de su habitación- es tarde no sé si podamos ser amigos, yo estoy… muy confundida por todo esto, por lo que hago, y mis acciones. 

-No me vengas con eso Oneday, yo… no voy a dejar que… que… - me quedo estancado por mis palabras y no sé porque un sentimiento extraño se cruza hasta mi cerebro -no seas orgullosa y perdóname al final recuperaste tu fotos- salgo de la habitación y me siento en el sillón que está en la sala. 

- Que crees que haces paseándote por mi departamento como si fuera tuyo es mejor que te vayas – señala la puerta principal- y no… no pienso perdonarte, esto se acabó entiendes, estoy harta de todo hasta de Sarka que me envía mensajes de perdón- veo su mirada y muestra ese cansancio que no deje que otro le vea. No sabía eso de Sarka, porque insiste, porque estoy insistiendo. 

Me levanto y me acerco a ella. 

-¿Estás segura que ya no quieres que seamos amigo? – pregunto con cuidado. 

Ella me mira y sus ojos azules se cristalizan y se pone la mano en el pecho. 

-Creo que no Dru- se acerca a la puerta y la abre- por favor vete. 

Meto mis manos en los bolsillos. 

-Que ridiculez más grande, no puedo creer que rompas este lazo de amigos que teníamos. No te reconozco- camino hacia la puerta, me acerco antes a ella, le tomo la mano y le acarició.  

Están heladas, sus uñas estás largas y rectas, para finalizar esto le doy un beso en ellas y desaparezco.   

 




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