(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

XXXIV

ONEDAY

La misma pregunta para cada persona especial, ¿Existen diamantes de corazón?, si, ¿Hay manera de romperlos?, si, todos tienen curiosidad por saber quién se las ingenio por crear los diamantes de corazón, para cada persona, claro ellos se encontraron con él, se encontraron con la magia escondida de él.

Dos meses después…

Abro nuevamente los ojos y pestañeo, me levanto de la cama y camino hacia el baño para lavarme el rostro. Me baño, me cambio y desayuno frutas. Acabo de decorar mi apartamento, el árbol de navidad está solo esperando los regalos, el pequeño mantel de forma rectangular adorna la pequeña mesa que es una isla corta y el muérdago en la entrada de la puerta principal está esperando algo fantástico. Que mi vida cambie en un segundo. Pero no

Decido ir a trabajar y a encontrarme como todos los días con Noah.

Noah vigila a su hermana ya que su comportamiento es extraño, y ella no actúa así. Por otro lado, se pasa la mayor parte del tiempo en mi tienda y hace muchas preguntas de mi magia, resultándome un poco extraño.

La tienda ya está abierta así que entro como la dueña que soy.

-Buenos días, Noah- alza la mirada de las fundas de regalo recién llegadas.

-Para ti también, ¿Viniste desayunando?- cojo el cuaderno de ventas y asiento mientras lo ojeo.

-Bueno, tengo una buena noticia para ti- le miro a los ojos y le brillan de alegría. Cierro el cuaderno y lo escucho con atención y muy animada.

-Dímelo.

-Como hemos vendido muy bien en estos días, las ventas han incrementado, el otro día que no estuviste vino la prensa y no vino a verme a mí, sino a ti, la gente que ha estado aquí ese día comprando tubo una muy buena opinión del lugar- la emoción de cómo lo dice hace que me ponga un poco nerviosa y feliz  al mismo tiempo  me sobo los brazos y le digo.

-¿Me perdí la prensa, ósea que no salí en la televisión?

- One, tranquila, el lugar salió en la tele y la opinión de los clientes es lo que cuenta.

-Eso quiere decir que mi lugar es famoso y va venir más gente- digo entusiasmada- no lo puedo creer esto es un gran avance para mí, dios, mi mente ya está imaginando muchas cosas – Noah me abraza también muy emocionado y echo chispas de alegría por esta noticia.

- Estoy muy contento.

- Yo también, bueno para ser honesta en parte por ayudarme mucho – le doy un pequeño golpecito en el brazo y me abalanzó a besarle.

El hace “mm” y yo hago “mua”

**

Como lo habíamos imaginado mi hermoso Noah y yo vendimos muchos juguetes y mi magia fue de mucha ayuda para hacer más replicas, la gente entraba muy animada para comprar regalos a sus hijos u algún otro familiar, fue un caos total. Hasta que un día antes del veinticinco entro por la puerta una persona que me llamo la atención. Alto, cabello dorado bueno con un poco de café se podría mencionar, iba vestido de manera extraña, angelical, estaba viendo los juguetes que había realizado hace unos pocos días atrás, eran unos ángeles de madera sin pintura.

Sigo contando el dinero de lo vendido mientras el sigue visualizando cada estante que hay de vez en cuando le mando una mirada y es porque se me hace un poco conocido pero no sé de dónde, de ¿Escocia? tal vez. Últimamente pasan cosas raras a mí alrededor.

Por un milisegundo siento su mirada posada en mí y yo sigo contando”205”, “206”,etc… hasta que se acerca y habla.

-Bonita juguetería- dice y alzó la mirada y son los ojos más claros que los míos y los de Noah- no voy a comprar nada, solo estaba observando, aunque me llamo la atención los ángeles de madera.

-Debería llevárselos- niega y me sonríe.

-No lo necesito, porque ya he visto muchos hoy en día- se mete las manos en los bolsillos y un nerviosismo se expande por todo mi cuerpo.

-Que mal- digo con una voz un poco baja y fea.

-Tranquila- nos damos la última mirada y se despide saliendo por la puerta principal… lo sigo para verle pero cuando salgo ya no está el hombre.

Tarde extraña noche tranquila y Santa Claus seguro entregando regalos, Noah entra por la puerta de mi habitación, es quinta vez que está aquí.

-Lista para pegarnos una maratón de películas navideñas –añade y procede a colocar el proyector a una esquina del filo de la cama, miro cada movimiento que hace y solo me quedo observando hasta que se saca sus chompa y zapatos y se acuesta alado mío y juntos vemos las películas.

No siento en qué momento me quedé dormida pero me despierto alarmada y todavía está oscuro, busco mi celular para ver la hora y marcan la doce de la noche, me levanto de la cama y acobijo bien a Noah que ronca como hipopótamo.

Me pongo la bata y salgo, camino afuera  y está nevando, miro si hay más regalos de los que ya estaban y no.

-Bueno, es normal no recibir regalos por parte del el un veinticinco cuando puedo hacerme los míos, cierro los ojos y los abro de inmediato, me siento en el sillón que está a la ventana y me acobijo con la manta lanuda.




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