(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

XLV

DRU

Me siento en  la banca que está mostrándome el parque, niños corriendo por doquier, plantas creciendo poco a poco y la luz del sol dándome en la cara me hace pensar en toda la historia de Arcángel, la de Diocles y la de Thomas. Hace unos días me presente en su puerta.

Toco el timbre de la casa rustica de piedra, joven sale abrírmela. Que bueno que me vestí como civil, sin alas y ropa masculina me hacen ser un mortal común, atractivo por fuera pero angelical griego por dentro.

-Si- el chico me mira extraño.

-Soy Dru, estoy aquí para ver al escritor Thomas Lowell.

-Ya lo llamo si gusta esperar en la biblioteca, por favor me dice. Lo analizo de inmediato y su aura es blanca, un ángel de lo guarda lo está cuidando interesante..

-Claro- me hace pasar a la biblioteca y se va dejándome ver la cantidad de libros unos son de primera edición del anterior siglo, libros griegos también hay aquí como la teorías de dioses griegos, lengua y escritura, mucho de la cultura griega y esto lo vuelve más interesante. ¿Qué sabe Thomas?

-Dejame adivinar eres Dru- su voz es gruesa y muy antigua. Claro del siglo pasado, va vestido mejor que yo, estilo tweed es de mi estatura y esta en buena forma, si lo reto a una batalla me ganaría, obvio que …

Bueno a lo que vine.

-El mismo de las montañas de Grecia criado en antaño después de Cristo- le extiendo mi mano y el la recibe boquiabierto.

-Guao, estoy …..estoy no sé que decir. Bienvenido a mi hogar.

-No digas nada, perdón por interrumpirlo que sea que hayas estado haciendo.

-Nada del otro mundo- deja a un lado el libro que traía consigo, miro el título y es de psicología oscura de Steven Turner. Humm interesante, justo lo que se vive en ambos mundos.

Dejando a un lado ese pensamiento me lanzo hablar con este hombre que Oneday adora.

-Estoy aquí por Oneday, ella me gusta- admito al fin mis sentimientos, tuve que hacerlo después de la discusión que tuve con Jack Frost, pero ya está lo admito me gusta la elfita. Lo admito pero a la persona equivocada y se que pronto Oneday también lo va a saber, solo necesito tiempo.

-¿Te gusta? – Asiento- tendrás que demostrárselo, aunque ella…

Le interrumpo.

-Estoy seguro que siente algo, pero somos muy tontos en admitirlo. Es inexplicable, pero quiero ir al grano- se cruza los brazos hasta el pecho y se sienta.

-Entonces hazlo- me mira ceñudo.

-Hay algo oculto entre las sombras, y pertenece al mundo de los ángeles nos rodea, a cada uno de nosotros, te rodeo a ti cuando vivías en 1900- con esto llame su atención.

- ¿Y que es esa sombra? – pregunta curioso.

-Un ángel malo.

- ¿Sabes quién es?- niego, Arcángel no me dejo verlo, pero estoy seguro que el sabe ya que lo vio todo.

-No pero debes estar alerta, ya que tu vienes del pasado y tu historia se entrelaza con mi mundo y con el mundo de Oneday. Trayendo consigo el destino – abre los ojos y me mira chistoso.

-Dru, que tratas de decirme.

-Que ….. – Vergüenza pero alla vamos – Oneday me pertenece, es mi destino, debemos estar juntos.

Se carcajea.

-Si Oneday te escuchara se reiría como nunca, ella sabe esto – niego.

-Y no debe saber, su historia con Noah no debe pasar porque no están destinados… - me paso la mano por el cabello- ¿crees en el destino? – le pregunto.

-Si lo creo, por eso Francis y yo estamos juntos.

-Me alegra escucharlo. Porque te voy contar lo que paso cuando llego a D.C y quiero que no me odies.

Tomo asiento el me escucha.

Fue relajante hablar con él, me escucho, me comprendió, su empatía me hiso sentir libre… ahora aquí sentado en esta banca esperando a la segunda persona me hace pensar, puede alguien como el pertenecer a este mundo, aun que lo haya visto en ese vistazo hacia el futuro, todo puede cambiar.

Le veo caminar y esta vestido de manera informal, todo de negro como si asistiera a un funeral, pero eso muy pronto terminara pronto lo veremos brillar con colores que indican felicidad como calidez. Solo que el aún no lo sabe.

-Noah- me paro y nos quedamos viendo con la mirada en alta por un buen rato, él quiere ver a través de mi como yo ya vi a través de su alma.

-Dru- dice mi nombre y solo espero que no se desmorone nuestra amistad.

**

Nos sentamos en la cafetería que el escogió algunos guardaespaldas esperan fuera, una mesera atiende su pedido, y yo digo que no quiero nada.

-Te escucho ya que mandaste a alguien a que hablara por ti- alzo la ceja y no me arrepiento – a mi parecer poco respetuoso.




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