NOAH
Empaco la ropa que voy a dar caridad sé que no es mucho pero servirá para las personas que lo necesitan. La idea vino cuando trajeron todas mis pertenencias de la mansión en la que vivía, pero ordene que solo saquen lo mío como trajes de marca, zapatos hechos a la medida, y corbatas que hacían estorbo en mi pequeño armario. Así decidí donar a la caridad.
Tocan el timbre y me acerco abrir. El chico de cabello blanco y ojos azules me sonríe.
-Noah, tengo una buena noticia para ti y espero que lo aceptes porque es una idea excelente. Ellos quieren ayudar, y yo como soy bien curioso pedí que también me incluyan en esa ayuda.
-¿De que estas hablando?- lo dejo pasar y cierro la puerta.
-No cierres ellos aparecerán- mira su reloj barato que tiene estampitas de diamantes de corazones. Lo miro ceñudo y decido abrir de inmediato la puerta- en dos minutos.
-¿Quiénes van aparecer?- pregunto a la vez mientras me poso en el marco de la puerta cruzado de brazos.
-Los dos reyes del cielo. Ahí están- extiende los brazos- pasen, pasen- dice el chico de cabello blanco. Ahora que lo pienso no se su nombre y lo conozco casi tres semanas, el me pidió que solo lo llame chico de cabello blanco. Extraño y curioso.
Miro a las dos personas que aparecieron de la nada y reconozco de inmediato a la joven de cabello ondulado y café. Esta vestida con un vestido blanco y de manga larga a su lado le acompaña un hombre de mi estatura, y de complexión musculosa, también vestido de blanco solo que más formal. Grecia y ….
-Grecia- digo su nombre y ella se acerca a saludarme, la persona alado suyo la deja mientras él se acerca a saludar al del cabello blanco.
-Noah, es un gusto verte – su abrazo es muy reconfortante, cálido y brillante a la vez es como si esta vez desprendiera una energía pura.
-El gusto es mío- me quedo un poco estatico y ella me toca los cachetes como lo hace mi madre cuando quiere darme cariño- estas muy cambiado lo veo en tus ojos y eso me alegra mucho, se que aun te falta mucho por recorrer pero creeme valdra la pena. Se desprende de mi y según yo, su esposo se acerca y me extiende la palma de la mano para que le salude y con gusto la recibo.
-Noah- me presento ambos nos quedamos viendo muy curiosos. Cambia su expresión y aprieta un poco mi mano.
-Soy Diocles, esposo de Grecia.
-Lo imagine- me suelta y se cruza de brazos parándose recto.
-Iré al grano estamos aquí para hablar contigo.
-Claro, si gustan sentarse – digo y los hago pasar a la sala donde pequeños muebles de color rojo adornan mi apartamento.
El chico de cabello blando ya está sentado como si fuera el de dueño de la casa y sonríe descaradamente.
-Bueno Noah, es mejor que me presente- nos sentamos todos mientras presto atención al chico- me llamo Jack Frost y soy un ser mitológico de la navidad- abro los ojos de sorpresa, frunzo mi frente, y lo miro de pies a cabeza. ¡Jack Frost está sentado en mi sofá y es un ser mitológico!, escuche bien. – Por dios tu cara hombre, relajala, tampoco es para tanto pensaba que ya sospechabas pero veo que no- Diocles y Grecia se rien bajo y niegan la cabeza.
-Como se te ocurre ocultarle tu nombre, Jack- dice Diocles dándole una pisada en el zapato.
-Bueno queria que lo averiguara- ni por la misma nieve que nunca caerá en un desierto me lo imagine.
Ambos le reprenden mientras yo le quedo viendo raro. Desde cuando mi vida se ha vuelto un caos.
Minutos después del desorden. Diocles se aclara la garganta.
-Estamos aquí porque tenemos una propuesta, escuche que eras muy cercano a Oneday – asiento e imagino que estas personas ya conocen a la chica de la que estuve enamorado o eso creí.
-Si, ella éramos…
-No hace falta decirle, si te duele- dice Grecia con empatía.
-La verdad, ha pasado por mucho Oneday y queremos ayudarle, pero creo que no estará de acuerdo. Así que me gustaría que fuera algo aparte, algo significativo para nosotros, para ti, para ella y amigos cercanos- escucho con atención de hacia dónde quiere ir Diocles con esta conversación. Me acomodo en el sofá y jugueteo con mis dedos.
-Que estas tratando de decirme. Solo para aclarar ella no me ha llamado en un buen tiempo y no sé si quiera aun saber de mi- digo la verdad, en todo este tiempo que estado solo Oneday no me ha llamado, y eso me ha puesto triste y a la vez desesperado. Porque siento que lo que teníamos se desmorono por mí.
-Quiero poner una tienda de juguetes, una tienda donde va estar rodeada de protección, mágica navideña y angelical- alzo la mirada y Grecia toma la mano de esposo.
-Tenemos ahorros guardados, y la verdad es innecesario para nosotros, porque no pasamos mucho tiempo entre los humanos, y sería bueno utilizarlo. Esta vez podría ir bien Noah, ¿No crees?- dice ella.
Miro a Jack que está viendo hacia la ventana, unas gotas la empañan por la llovizna que está comenzando a caer. Me cruzo de brazos y los miro.
-Me parece una idea excelente. Pero no sé si estará bien con otra tienda. Dejo la tienda de New York, que ha estado casi por 100 años o más, después se fue a D.C obligada con su misión y la mudo alla, y no fue fácil para ella. Y si esta vez eso la destrozo.
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amor verdadero, navidad blanca y oscura, elfa y angeles buenos y malos
Editado: 10.11.2024