(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

LI

ONEDAY

Arcángel termino marchándose al dia siguiente. Dejándome de nuevo sola, y ahora que lo estoy inspecciono cada habitación que fue pintada por los pintores. Nos deshicimos de algunas cosas como donamos cobijas y ropa guardada que ya no se usaba, el mismo Arcángel fue a dejar. Una de las habitaciones en la que estoy hay un piano café, lo toco y esta liso como un piso. Alzo la tapa y toco una tecla, la verdad no se mucho sobre tocar instrumentos Thomas y Francis son muy bueno haciéndolo pero yo soy muy mala, así que jugueteo con las teclas. Mientras lo hago me acuerdo que tengo que salir hacer compras. Dejo de tocar y se ahora solo se escucha el silencio de esta mansión.

En estos días medite la idea que tuve en la cena, como los ángeles contaron algunas de sus historias, se me ocurrió que esta mansión sería un buen lugar. Me levanto y abro el portón, esta lloviznando, miro al cielo nublando y dejo que unas gotas caigan en mi cara. El inmenso césped que se extiende desde la mansión hasta el fondo se ve completamente hermoso como si fuera un campo de batalla.

Los ángeles batallan, ¿Lo harían aquí?

Me voy a mi cuarto para cambiarme por ropa abrigada, y salir al supermercado. Son las cuatro de la tarde y como no tengo un automóvil me toca dirigirme de nuevo a pie. Las carreteras están desoladas, solo estamos yo y mi paraguas rojo. Cuando llego cierro el paraguas y lo dejo afuera. Entro y cojo un carrito. Media hora después decido parar un taxi, ya que la lluvia está más fuerte. Le doy la dirección y veinte minutos después llegamos cuando dispongo a bajarme con las fundas, miro al hombre que está parado afuera mojado por la lluvia. Le pago al taxista y abro el paraguas. Camino hasta él y el taxi desaparece. Mi corazón palpita muy rápido y es de terror. Me regresa a ver y recuerdo esos malditos ojos. Las fundas se me caen y respiro aceleradamente.

Salgo corriendo por la dirección que desapareció el taxi, el hombre me sigue. Corro con todas mis fuerzas, la lluvia empaña mi ropa y mi garganta está muy seca, corro pero me caigo en un charco, me giro y el hombre me mira desde arriba. Es alto, cabello negro, complexión musculosa, mejillas chupadas, esta vez sus ojos no son amarillos si no cafés, y va vestido en un traje negro. ¿Quién es este hombre?

Lagrimas caen de mis ojos y es del terror que siento, además del asco.

-Al fin nos vemos de nuevo jovencita- se agacha y me toma del mentón- porque huyes, acaso estas esperando que incendie algo nuevo- dice con una voz gruesa y amenazante.

Me zafo del su agarre y retrocedo.

-Alejate de mí.

-No quiero. Además porque te escondes- se ríe- antes no me tenías miedo, te acerbas cuando necesitabas mi ayuda. Que bien lo hice ¿no?, para una elfa de la navidad que no se dio cuenta, lo hice estupendo. Todos me creyeron.

Analizo sus palabras. Acaso lo conozco. Imposible. ¿De dónde?

-Yo no te conozco- digo enojada- además tú te apareciste y quemaste mi tienda. ¿Por qué lo hiciste?

-Porque yo destruyo, yo manipulo y yo controlo. Quiero el poder de todo como del cielo, y la tierra. Y hacerles caer a cada uno para que no exista el bien- abro los ojos y pregunto asustada.

-¿Quién eres?- se burla como si la pregunta fuera obvia. Quiero saber, quiero descubrirlo. Porque cuando lo haga tomare venganza por lo que hizo.

-Acaso no es obvio Oneday- se mete las manos en los bolsillos. Niego sin saber la respuesta.

-Eres un ángel oscuro, de la muerte- él niega.

-Ellos trabajan para mí, más bien soy…

-El mismo diablo- termino por él y me levanto.

-Tengo muchos nombres, si, ese soy yo. ¡Bu!- me empuja y caigo nuevamente en el suelo.

-Soy Hades. Lástima que has estado escondida en esa mansión que esta bañada con sangre angelical y así no puedo entrar.

-¿Hades?- digo pérdida- ¿Qué quieres de mí?

-De ti, nada. Pero de todos los ángeles quiero todo, y el cielo. Solo estas en mis planes Oneday como cada uno estuvo. ¡Uy!, como disfrute jugar con ustedes y sus mentes- se carcajea como un maniático.

Me atrevo a preguntar lo que fue capaz de hacer.

-Tu… Santa…

-Aja- dice con una sonrisa demoniaca- siiii, ¡fui yo!, yo tome su lugar elfa y te manipule.

Mi mundo se cae. Todo este siglo que he vivido en la sombra de mis creencias y sueños navideños no vi la realidad. Pego un grito mientras él se burla de lo que hizo. Se agacha y me coge el cabello.

-Yo soy el villano de esta historia. Tengo un mensaje para Arcángel- me agarra el mentón y lo aprieta bien fuerte- aunque sepa el futuro y ya no es un ángel de la muerte, dile que siempre lo seguiré ya sea hasta el mismo cielo o tierra mortal. Y que cada movimiento que el de, lo voy a destruir como a ti- me suelta bruscamente- nos vemos elfa, lástima que el polo norte está dejando de existir- desaparece y yo grito más fuerte porque mi llantos me lo permiten.

Todos hemos sido manipulados por el mismo Hades y nadie se dio cuenta.




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