(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

LVII

ONEDAY

Pensé que todo ya estaba resuelto, pero no. El maligno hombre nuevamente apareció y esta vez para romperme.

-Si se han estado viendo sin ti, ahora todos se conocen entre si, pero ¿Dónde quedas tú?

Fue un golpe bien duro. Thomas no lo menciono, Arcángel tampoco lo hizo y Dru es el peor de todos, ni hablando de Noah. Justo cuando estaba levantándome y diciéndome a mi misma ellos se preocupan por ti, te quieren, me dan ese puñal. Dolor, solo dolor recibo, y yo me di cuenta que quiero ser amada de verdad, quiere un amor apasionado, quiero cariño.

La ira es un sentimiento poderoso y que puede sacar lo peor de nosotros.

Sentada en las gradas de la mansión Black, cargando este sentimiento miro en las profundidades del bosque, me abrigo a mí misma con mis brazos y la llovizna que está comenzando a caer a inicios de mayo me empapa toda, mi cabello se pega a mi cara y cuello, al igual que mi vestido rojo. Escucho unas voces arriba de la mansión, me levanto con cuidado, se hace más fuerte, están cerca. Son los amigos de Arcángel, ja pero yo no quiero verlos, porque puedo herirlos con mis palabras y viendo que ellos son ángeles pueden hacerme cualquier cosa. Que paranoica.

En esta posición bajo las gradas mojadas y me giro para irme corriendo hacia el bosque, eso es lo que llamo destrucción hacia mismo. Alejándome otra vez de todos. Me interno entre los arboles mojados, y la tierra que esta ensuciando mis zapatos de bailarina.

Me caigo sobre un tronco empapándome de tierra mojada, me recompongo y noto mi raspado en la rodilla y en los codos. ¡Rayos! Una gota de sangre cae en el suelo y veo de donde mi está saliendo sangre, me toco la nariz, y esta empapada de este líquido rojo, recorre hasta mis labios y ahora más seguro que parezco una asesina santa.

Me siento en el suelo, cansada de todo. Creo que estoy rota, porque nada me ayuda, ni la terapia, ni conocer nueva gente, ni mi fuerza de voluntad. ¿Qué es lo me pasa?, porque siento que todo esto es una mentira. Me llevo la mano al pecho y comienzo a llorar de nuevo. Yo era feliz, lo era. Me levanto y sigo adentrándome al bosque hasta la salida final de esta mansión.

Ahora no quiero ver a nadie.

Llego a las rejas negras y son enormes, nuca había estado en esta parte de la mansión, las toco y abro la principal, da a una carreta vacía sin postes de luz, pero aun de tarde. Escucho a lo lejos que alguien llama mi nombre, pero yo ya estoy de salida. Cierro la puerta y justo en ese momento pasa un taxi, corro y lo hago parar. Me subo y el conductor me queda viendo.

-¿A dónde?- no tengo ni la menor idea, donde puede una persona dolida.

-Quiero ir a casa, a casa de verdad- digo sin sentido y la lluvia cae más fuerte.

Una extraña mano aparece tomando la mía del costado izquierdo.

-Al polo norte- dice esa voz oscura. Me regreso a verlo y él me sonríe. Me zafo de su toque y miro al taxista, seguro preguntándose estas personas están locas.

-Vete- digo con una ronca y fría.

-Nunca- dice el en mi oído- el taxi da a toda marcha y una fuerte voz femenina me llama.

Me volteo para ver quién es, y es Iris.

¡Oneday!- grita preocupada viéndome desaparecer en el taxi con Hades, se lleva las manos a la cabeza y el resto de su grupo aparece. Pero ya es demasiado tarde porque Hades me tiene y me lleva a mi casa, del que nunca debí haber salido.

Todo saldrá bien- dice nuevamente en mi oído, le miro a los ojos y ahora son cafés, nariz puntiaguda, labios típicos rosado, y quijada llena de barba, de lejos las mujeres pueden caer a sus pies porque Hades es apuesto, griego y un ángel caído, pero nunca sabrán que es el que gobierna el inframundo y  se lleva las almas de los pecadores.

Un brutal sonido hace al taxi detenerse y Hades sonríe cruelmente, dirijo mi mirada igual que el, adelante y esta ahí mi dulce tormento. Dru detuvo con un golpe de mano al taxi en la parte delantera. Sus alas están abiertas y va vestido de blanco, sube su mirada y coincide con la mía. Después de tantos meses aparece, esta cambiado cabello largo que le llega hasta las cienes y mirada furiosa.

Reacciono y miro al conductor y su cabeza esta caída hacia delante con los ojos cerrados, seguro esta inconsciente, mejor.

-Ni te atrevas a salir Oneday- Hades me regresa a ver y está tranquilo, será verdad o esta detrás de una máscara- si quieres ir al Polo Norte claro, sabes que ellos no pueden entrar porque está bajo mi dominio- mis manos comienzan a ponerse más heladas de lo que ya están.

Hades sale del auto y lo desobedezco, salgo también. Dru camina a pasos rápidos hasta nosotros y le propina un puñete en la cara a Hades. El resto de sus amigos aparecen de la nada y tratan de detenerlo. Pero sigue, y sigue y Hades solo brinda su sonrisa macabra.

-¡Ya basta Dru!- ordena Diocles y le aparta del ángel caído.

La llovizna nos baña a todos nosotros y mi cuerpo necesita abrigarse porque siente el frío, restriego mis brazos mirándolos a todos mientras discuten, Hades me mira de reojo y con su mano me empuja hacia más alla de la carretera.

-Oneday –grita Dru intenta atrapar mi mano, esta justo por hacerlo pero mi orgullo me gana y la aparto, miro hacia atrás y un agujero brillante aparece de la nada.




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