(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

LXXI

NOAH

Mismos ojos, misma mirada, misma forma de labios, dos diferencias, mujer y pelo blanco, en cambio yo pelo negro y hombre. Somos familia, mi antepasado está parado frente a mí.

Tantas veces me la cruce para no darme cuenta de nada, ¿Vengo de elfos? No entiendo.  Una punzada helada siento en mi estómago, movimientos de querer vomitar. Estoy a punto de desmayarme.

-Noah, ¿Estás bien?- pregunta Dinora preocupada. Me trae una silla para que me siente y una vaso de agua.

La bebo y estoy me cago del pánico por lo que estoy experimentando. ¿Cómo puede pasarme esto acaso no tengo una vida normal?, ¿Mis padres son mis padres?

Me soba la espalada y levanto mi mirada para verle bien. Parece una abuela tierna sin la edad que aparenta, ¡Rayos! En que piensas Noah. Me rasco la cabeza por mis pensamientos estúpidos.

-Ya estoy mejor- digo y ella se sienta frente mío

-Te pusiste pálido, lo entiendo debe ser difícil. Tu vida cambio mucho, pero lo importante es que tú sigas siendo una buena persona.

-¿Quién eres?- pregunto con voz temblorosa.

-Soy tu tatarabuela, pequeño Noah- y es así como me termino vomitando y desmayándome del shock.

**

Pestañeo mirando el blanco del techo liso. Pero todo cambia cuando me reincorporo y veo dos personas a Dinora y un hombre mayor con barba blanca puntiaguda.

-¡Al fin despiertas muchacho!- dice el viejo con una voz grave- cuando me entere que mi bella esposa te dijo una parte de la verdad no midió tu reacción- le mira de reojo gruñéndole mientras ella parece arrepentida.

-Debí observar mejor tu cara, estabas pálido creo que fue un gran shock. Lo siento Noah- se sienta en la cama y me toca los cachetes. Sus manos están calientes y suaves.

-¿Cómo estas ahora?- pregunta el señor desconocido y talvez conocido ahora.

- Bien- alejo mi cara de las suaves manos- yo…estoy nervioso- admito.

Y asiente.

-Lo imagino, ¿Sabes quién soy?- pregunta curioso, niego mintiendo y sabiendo quien es.

-Soy tu tatarabuelo- se pone las manos en los bolsillo para mirame atreves de los ojos.

-¿Cómo es posible?- digo más perdido que nunca.

-Porque tu padre es mi descendiente, es como la tercera generación de nieto que tengo y tú eres el último junto a Sara y Sarka. Solo que él nos olvidó y te alejo de nosotros de tus antepasados.

-¡Que!- exclamo sorprendido. Mi padre sabía y nunca nos dijo nada.

-Si, pequeño- dice Dinora- tu padre nos olvidó, nos apartó ignoro nuestros deseos de querer estar en su vida- una lagrima se le resbala por la mejilla y se la limpio. Rayos.

-¿Cómo es que tengo antepasados elficos?

-Santa antes de morir bendijo el linaje elfico de los que se convirtieron en mortales para que uno de ellos sea lo que ya sabemos- dice entusiasmada- y nos escogió a nosotros, tu padre creo que en el fondo lo sabía cuándo no saliste igual a él, ordenándote y controlándote no iba a ocultar para lo que estas echo .

Un escalofríos me recorre el pecho y no es felicidad si no miedo. Miedo de algo nuevo. Miro a mis tatarabuelo y me sonríen muy cariñosamente. Y eso me asusta y a la vez me gusta.




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