NOAH
Mismos ojos, misma mirada, misma forma de labios, dos diferencias, mujer y pelo blanco, en cambio yo pelo negro y hombre. Somos familia, mi antepasado está parado frente a mí.
Tantas veces me la cruce para no darme cuenta de nada, ¿Vengo de elfos? No entiendo. Una punzada helada siento en mi estómago, movimientos de querer vomitar. Estoy a punto de desmayarme.
-Noah, ¿Estás bien?- pregunta Dinora preocupada. Me trae una silla para que me siente y una vaso de agua.
La bebo y estoy me cago del pánico por lo que estoy experimentando. ¿Cómo puede pasarme esto acaso no tengo una vida normal?, ¿Mis padres son mis padres?
Me soba la espalada y levanto mi mirada para verle bien. Parece una abuela tierna sin la edad que aparenta, ¡Rayos! En que piensas Noah. Me rasco la cabeza por mis pensamientos estúpidos.
-Ya estoy mejor- digo y ella se sienta frente mío
-Te pusiste pálido, lo entiendo debe ser difícil. Tu vida cambio mucho, pero lo importante es que tú sigas siendo una buena persona.
-¿Quién eres?- pregunto con voz temblorosa.
-Soy tu tatarabuela, pequeño Noah- y es así como me termino vomitando y desmayándome del shock.
**
Pestañeo mirando el blanco del techo liso. Pero todo cambia cuando me reincorporo y veo dos personas a Dinora y un hombre mayor con barba blanca puntiaguda.
-¡Al fin despiertas muchacho!- dice el viejo con una voz grave- cuando me entere que mi bella esposa te dijo una parte de la verdad no midió tu reacción- le mira de reojo gruñéndole mientras ella parece arrepentida.
-Debí observar mejor tu cara, estabas pálido creo que fue un gran shock. Lo siento Noah- se sienta en la cama y me toca los cachetes. Sus manos están calientes y suaves.
-¿Cómo estas ahora?- pregunta el señor desconocido y talvez conocido ahora.
- Bien- alejo mi cara de las suaves manos- yo…estoy nervioso- admito.
Y asiente.
-Lo imagino, ¿Sabes quién soy?- pregunta curioso, niego mintiendo y sabiendo quien es.
-Soy tu tatarabuelo- se pone las manos en los bolsillo para mirame atreves de los ojos.
-¿Cómo es posible?- digo más perdido que nunca.
-Porque tu padre es mi descendiente, es como la tercera generación de nieto que tengo y tú eres el último junto a Sara y Sarka. Solo que él nos olvidó y te alejo de nosotros de tus antepasados.
-¡Que!- exclamo sorprendido. Mi padre sabía y nunca nos dijo nada.
-Si, pequeño- dice Dinora- tu padre nos olvidó, nos apartó ignoro nuestros deseos de querer estar en su vida- una lagrima se le resbala por la mejilla y se la limpio. Rayos.
-¿Cómo es que tengo antepasados elficos?
-Santa antes de morir bendijo el linaje elfico de los que se convirtieron en mortales para que uno de ellos sea lo que ya sabemos- dice entusiasmada- y nos escogió a nosotros, tu padre creo que en el fondo lo sabía cuándo no saliste igual a él, ordenándote y controlándote no iba a ocultar para lo que estas echo .
Un escalofríos me recorre el pecho y no es felicidad si no miedo. Miedo de algo nuevo. Miro a mis tatarabuelo y me sonríen muy cariñosamente. Y eso me asusta y a la vez me gusta.
#8347 en Fantasía
#3228 en Joven Adulto
amor verdadero, navidad blanca y oscura, elfa y angeles buenos y malos
Editado: 10.11.2024