LXXIII

NOAH

Pasaron los meses y ahora estamos a inicios de octubre, las hojas naranjas y rojas son rotas por mí, en si son muy delicadas su textura y tamaño están hechas para ser destrozadas por mi mano. Me siento a mirar el puente de Manhattan y el oscuro atardecer nublado.

El día que Oneday me dio esta magia navideña me sentí distinto. Me refiero que nunca pensé que iba a ser difícil controlarla ya que ese día me fui de boca por mover varios objetos voladores, y que decir de las muchas galletas que hizo para que yo las probara y para rematar de la nada saco un traje rojo de Santa Claus, de la nada. Cada día me sorprende Onaday.

Con que me vendrá ahora. Mientas la espero observo a la gente, ancianos, jóvenes, niños y me digo el esmero y duro trabajo que me espera cuando vaya al Polo Norte. Así es lector, voy a vivir en el Polo Norte. Pero lo malo es que estaré solo.

-¿Qué tanto piensas Noah?- subo mi mirada para ver a la chica de ojos de color mar.

-En todo lo que se vendrá- respondo.

-Sabes estoy feliz de que esto ya no sea un secreto navideño- sonríe y me extiende la mano- ahora llevame a observar la nueva juguetería.

Tomo su mano y juntos paramos un taxi. En la radio sueña una música relajante y Oneday se ríe. Pero es una risa de felicidad, se le nota en la cara, le sigo el juego y también me rio, el conductor nos queda viendo extraño y que más da.

Pagamos al taxista que seguro salió espantado por nuestra risa.

-Guao- Oneday se tapa la boca con la construcción que termina en noviembre por ahora podemos ver que ya está muy avanzado, las paredes son de un ladrillos especial pintadas de rojo y la puerta es de una reluciente madera. Arcángel abre y nos recibe emocionado.

-¡Llegaron!- exclama. Oneday se lanza a sus brazos mientras yo meto mis manos a los bolcillos. Miro el cariño que ha surgido entre ellos y me alegro porque al fin esta mujer es feliz.

-¿Quién es ella?- dice una voz gruesa y reconocida. Dru sale vestido de blanco y Oneday también se lanza pero esta vez a su boca. Mi corazoncito todavía está un poco dolido pero trato que no me duela porque se que ella esta con quien corresponde.

Arcángel se acerca y me abraza.

-Bienvenido Noah- me da palmadas en la espalda y yo estoy feliz por estar en mi nuevo hogar.