(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

LXXV

SARKA

Yo soy buena.

Lo soy ¿verdad?

En mi pasado yo era una desequilibrada mental, consumía drogas a mis dieciocho años, el mundo me valía madres, claro tener padres ricos que te lo dieran todo no bastaba nunca bastaba más aun teniendo un padre que se postulaba por última vez a la presidencia. Exceso de control, demasiada gente falsa, mas la política a mi alrededor, y muchos villanos. Quien diría que yo sería una.

Joshua era otro chico de dieciocho tan bueno, amable y muy educado de padres que se amaban mucho. Qué envidia le tenía, me hice amiga de él. Yo lo termine destruyendo, lo lleve por mí mismo camino hasta que un día…

-Noooo. Joshua no lo hagas.

El frío y el viento no ayudaban a mi cuerpo. La nieve cayéndonos a los dos en nuestras cabezas y empapando la ropa. Eso nos ponía vulnerable a los dos más cuando él estaba por suicidarse.

Extiendo mi brazo. – Por favor no lo hagas, por mí, por lo que quieres- me mira con ojos desequilibrados, su cara esta pálida, y la expresión que tiene en este momento me destruye por completo. Su mirada triste es vaciá, y solo con dolor.

-No puedo, me destruiste Sarka- extiende ambos brazos como si estuviera en un crucifijo. Mi piel se pone de gallina de inmediato, doy pasos pequeños amortiguándolos con la nieve. El sigue viéndome y negando- eres una mala persona, el diablo vive alado tuyo y se ríe en tu cara, víctima de manipulación. Adiós Sarka- grito tan fuerte que me lanzo a cogerle de donde sea pero ya es demasiado tarde, él cae al vacío.

Abro los ojos por la pesadilla que se repite constantemente en mi subconsciente. Respiro entrecortadamente llevándome la mano al pecho, aprieto muy fuerte los dientes. Me repito ¨Solo es un sueño Sarka, ¨No hay Joshua, no hay muerte¨

-No, no la hay- miro hacia el frente y me espanto del susto.

-¿Quién eres?- susurro con una voz amortiguada.

-No nos conocemos ¿verdad?- se levanta, es una mujer alta con cabello rubio y ojos azules. Esta vestida de negro, muy descotada esa vestimenta.

-¿Quién eres?- vuelvo a insistir con la pregunta.

-La mala, la odiada, el espejismo que solo me permite poco segundos- sonríe desquiciadamente, mostrándome los dientes perfectos que tiene, y ahora tiene unos ojos bien amarillos. Como paso esto.

-¿Qué quieres?- le pregunto alejándome de su rostro.

-Venganza. Y te voy a usar para llegar ellos. Ahora mirame que no tengo mucho tiempo- pone ambas manos en mis cienes y las aprieta muy fuerte haciéndome gritar por dentro pero no por fuera.

Fui un objeto de crueldad dice mi verdadera yo.




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