LXXXII

HADES

Recuerdo que alguna vez observe mi reflejo en un espejo y no me gusto lo que vi. Hasta me llegue a preguntar quién es esa persona que tiene dos ojos, una nariz, labios bien formados, con un cuerpo que puede moverse. Cabellera negra que parece la cola de caballo domado. Si. No, mejor el cabello negro como la noche oscura y sin luna donde no brillan las estrellas, donde los mortales caminan tranquilos y por ultimo unos ojos bien amarillos para verles las hermosas mentiras y el pecado que dejan.

Pero me di cuenta que las personas cuando ven mis ojos salen espantados justo como a mí me gusta, pero por otro lado cuando los cambios a unos naturales como el café y muestro mi extraordinaria sonrisa las mujeres se derriten, porque están viendo algo falso que no encaja pero que tiene que usarlo como traje para no llamar la atención además de mi hermoso cuerpo.

Ja, todo es falso. Hasta yo. Salvo lo único que hice que no es falso. Lo que acabo de hacer cambia la vida de muchos como la del cielo y no lamento su perdida.

Ahora para disfrutarla al cien por ciento necesito terminar con una última cosa, con este ángel que me trae hasta dolor de cabeza.

-Arcángel- saludo sentándome en mi trono, miro el cadáver de Ava y como disfrute ver su muerte. Grecia me observa mientras lanza el arma con el que disparo varias veces a la perra. Sus amigas hacen lo mismo y desaparecen.

-Antes de que te vayas, mis lamentaciones- la detengo con mis palabras y me regresa a ver. Yo solo sonrió cariño.

-¡Que!- dice muy perdida la angelita.

-Vete Grecia- se mete Arcángel y le detengo con la mano. Este desgraciado bien que lo sabe solo que no quiere revelar el dolor a una madre.

-Lo siento- limpio la primera lágrima que sale de sus ojos, ella quiere agarrarme pero yo soy más hábil y la mando a volar de nuevo al mundo de los mortales- Elphi es mía.

-Eres un maldito desgraciado- dice Arcángel- mientras me dedico quemar a fuego el cuerpo inerte de Ava- como pudiste hacerle eso.

-Tu no vengas a reprocharme, bien que lo sabias y lo peor que dejaste que lo hiciera- miro su enojo – despreocupate que no pienso tocarle hasta que este mayorcita- me da un golpe.

-Recuerda que yo nunca voy a estar de acuerdo con lo que hiciste, y ayudare a mi familia a buscar a Elphi así me tarde muchos años o siglos- sonrió de lado.

-Intentalo, porque vas a fallar. La escondí muy bien y ni el más remoto poder hará que la encuentren, ni me la quiten- saco mi furia al decirle esto- así que mejor silencio y busquemos al usurpado de tu hermano si quieres estar ahí para tu familia.

Me mira enojado como si quisiera clavarme una daga en el pecho pero que pena ni me detendrá.

**

Media hora después pasamos por el purgatorio de varias personas hasta encontrar al mini traidor que quiso quitarme mi trono, Euphoria piensa que puede correr pero no se da cuenta que está en el mismo infierno más bien ya debería conocer si ha pasado un buen tiempo conociendo todo.

-¡Euphoria!- grita el ángel. De la nada hace aparecer una lanza y se la lanza pero su hermano la esquiva mientras corre.

Como me divierte ver a estos dos. Como perros y gatos. Camino lentamente mientras observo la preciosa pesadilla, los recuerdos del traidor apareciendo de la nada. ¡Ups! cuando su mama se decepciono de él o cuando se enteró de la traición o más aun la traición a su hermano por poder.

Arcángel lo atrapa y ata sus manos con una cuerda brillante, seguramente perteneciente del cielo.

-Esto termina aquí- Euphoria se comienza a reír como loco, su apariencia no es la misma que fue en antaño cuando se le veía joven y bien parecido ahora luce como un viejo lleno de canas y arrugas que le hacen ver feo y por poco se le están cayendo los dientes.

-¡Basta ya!- digo hastiado de la situación- no te cansas de huir- me paro alado de estos dos.

-Estuve a poco de tener tu reino- responde con los ojos bien abiertos- solo faltaba poco si no fuera porque te liberaron- me comienzo a reír y Arcángel le pega una cachetada.

-Mi inframundo nunca te pertenecerá así que date por derrotado, además tus días de gloria acabaron- me arrodillo y tomo su quijada abruptamente- más bien deberías estar suplicando- le suelto haciendo golpear su cabeza contra el cemento que pisamos.

-¿Puedo llevármelo?- pregunta Arcángel y niego.

-Nunca, el me pertenece desde el día que el mismo se cortó la garganta con su navaja, desde el día que fue desterrado y desde siempre.

-Hades, es mi hermano- le regreso a ver enojado.

-¡Hermano!, el que te traiciono y te dio la espalda Arcángel. De aquí no sale más que bien carbonizado. Tienes diez minutos para despedirte- dicho eso me retiro dejando a los hermanitos y con la cruel mirada de Arcángel. Lastima.

**

ARCANGEL

Nos queríamos pero la envidia nos separó y ahora ya no nos queda nada, salvo olvidar.

-Era un paraíso, era un hermoso paraíso con un monstruo como gobernante- menciona Euphoria nostálgico pero dudo que transmita esa emoción o ¿si?