(serie Recuerdos) - Mi Secreto De Navidad 3

LXXXIV

Parte final

ONEDAY

Las almohadas están muy suaves y desprenden un olor a hojas de otoño, me volteo a un lado para abrir mis ojos y ver entrar luz por la raja de una cortina. Pestañeo varias veces y me recompongo levándome las manos a la cabeza. Porque siento que lo presencie ayer fue un sueño. Varios flashes pasan por mi cabeza, como Sarka queriéndome arrancar los pelos, Krampus atacando y yo en el inframundo.

Me levanto pero vuelvo a caer por mis piernas flácidas y me siento un poco mareada, ahorita acabo de recordar que todo lo que paso ayer fue real y lo peor es que termine disparando a una persona, me siento mal por eso.

-Al fin despiertas- Thomas entra por la puerta con una bandeja de comida y justo mi estómago gruñe.

-Cuanto tiempo llevo inconsciente- alza el hombro y sonríe amablemente.

-Un día entero- deja la bandeja alado mío y se sienta en la cama para tomar mis manos.

-Están frías, pensé que estaban calientes por lo mucho que te abrigamos. Apareciste en la nieve desmayada junto a Sarka, tenían ambas mal aspecto. Lo bueno es que nosotros les rescatamos.

-Enserio- afirmo preocupada por ella.

-Si, y despreocupate su hermano ya se está haciendo cargo. Ahora come que pareces pálida y débil- le hago caso y comienzo a comer los panqueques con miel- mientras hablo sigue comiendo- le veo de reojo y asiento con la boca llena- paso algo grave, Hades secuestro a la hija de Grecia y Diocles- escupo la comida y estoy a punto de replicar pero él me detiene- escucha todo- asiento por la extraña sensación de vacío que siente mi pecho, y por un momento me siento culpable- no se puede hacer nada, solo encontrarla con el tiempo, solo esperemos que este sana. Por otro lado Noah volvió al polo norte y se despidió de ti mientras estabas dormida, ahora él tiene un arduo trabajo y me dijo que te mencionara ¨no me busques que yo te buscare cuando sea el tiempo correcto¨- mierda no me pude despedir de mi amigo y eso se pone peor para mí- es hora de que el también se dedique a su vida y bueno Sarka te escribió una carta que espero que la leas- saca un sobre de su abrigo y me la pone en encima del velador- comienzo a llorar- y por ultimo estoy yo, que también quiero decirte algo- me toma de las manos- te quiero mucho, eres como una hermana para mi Oneday- me da un pequeño apretoncito- estoy muy feliz de que te hayas encontrado, que al fin supieras quien eres y donde perteneces. A tu familia que te quiere mucho y que no te va abandonar nunca, a mí por depositarme tu confianza- trago saliva y me limpio las lágrimas con el torso- y sabes que es lo más importante- pregunta con la mirada y yo niego- que aun así estuviste quedándote. Gracias por tenerme presente así no este el señor Black, siempre voy a estar para ti, cuando tú me necesites- me lanzo abrazarlo y lloro.

-Yo también te quiero Thomas y mil gracias por formar parte de mí- en eso entra Dru y me mira cariñoso, en su mano carga mi arco dorado y espera paciente mientras termino mi abrazo con Thomas.

-Bueno tienes otra noticia que puede cambiarte la vida así que les dejo a solas. Ah y no demores que todos esperamos abajo para la última sorpresa más bien es tu regalo de navidad echo por todos nosotros.

Se va y me deja a sola con Dru.

-¿Qué tienes para mí?- pregunto emocionada.

-Este arco lo hice con oro- dice tomando asiento en la cama donde estaba sentado mi amigo- pero también este arco guarda un secreto navideño y depende de ti si quieres que se quede como está. Le pedí permiso a Diocles y a Grecia para abrirlo.

Un escalofríos asustadizo me recorre el cuerpo.

-¿Cuál es ese secreto de navidad mi Dru?- me lo da y abro para sacar un montón de flechas.

-Así como te hizo recordad también te revela tu verdadero ser- me ínsita a seguir rebuscando en el arco y lo termino abriendo completo, lo abro en la alfombra y esta el pedazo de metal de oro formado como un corazón, tomo las flechas y comienzo armarlo dando como resultados unas hermosas alas.

-¡Oh dios mío!- me tapo la cara por lo que estoy viendo y Dru menciona una palabras.

-¿Quieres estar alado mío por la eternidad en los cielos?

-Dru- afirmo con voz ronca, me levanto y asiento.

-Si. Si quiero Dru- y con eso soy atraída por el oro bañándome toda por una luz blanca. El oro traspasa mi espalda haciéndome gritar en eco como si solo yo pudiera escuchar.

No sé cuánto tiempo paso así pero ahora estoy acostada nuevamente en la cama. Me recompongo y siento un peso atrás mío, me levanto y me tambaleo, me observo en el espejo y veo dos enormes alas blancas con filos dorados atrás mío.

-Bienvenida mi angelito bebe - me volteo y miro a Dru parado en el filo de la puerta- hermoso vestido de seda y blanco más que todo- lo toco y es tan suave.

-Soy un ángel Dru- se acerca para limpiar mis lágrimas, después toma mis manos y me jala suavemente consigo.

-Todos están esperando- me sonríe y yo a él. Caminamos por el pasillo y mientras bajamos por las escaleras veo a los demás ángeles recibiéndome, mas allá se encuentra la familia de Thomas y este es un hermoso momento que marcara mi vida.

**

Meses después




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