LXXXVII
SARKA
Si este era mi castigo por mi mal comportamiento, debo admitir que salí perdiendo y no gane en nada. He pasado varios meses en este centro psiquiátrico donde capaz merezca estar para siempre pero no es así, hoy es mi último mes, y no sé que hacer con mi vida. Más bien me siento estancada justo como aquella música que suena por los parlantes sin saber va con mi desastrosa vida.
Yo tenía todo, una profesión, un trabajo respetable pero lo eche todo a perder por mis malas decisiones.
-Sarka tienes visita- dice la pasante que ayuda de vez en cuando. ¿Visitas?, quien podría visitar aparte de mi familia, con todos ya me he disculpado aunque no sea suficiente.
De la nada aparece un joven que se me hace conocido pero no sé dónde. Tiene cabello negro un poco ondulado y rasgos asiáticos pero a la vez no tan marcados. Me mira curioso y se acerca hacia mí tomando una silla y sentándose. Anda abrigado y parece un poco nervioso, no se porque me acorde de mi difunto amigo. Varias sensaciones de desconcierto se forman en mi pecho y no que querrá este joven.
-Hola- saluda y le quedo mirando raro con el ceño fruncido.
-Hola- susurro y me acomodo en mi asiento para saber que quiere.
-Soy Tabari – se presenta- el hijo de Thomas y Francis – abro los ojos sorprendida. Me acuerdo de ellos, los vi en la boda de mi hermana.
-¿Qué quieres?- pregunto rápido y alzando la ceja.
-Una historia – interesante, pero conque fin quiere una historia este joven que me desconcierta y a la vez me incomoda. Trago saliva y lo miro confundida.
-¿Una historia?, no entiendo, quieres que te cuente una historia- pregunto imaginándome algunas, aunque ya se me ocurren unas para espantarlo y me deje sola, así no vuelve a molestarme jamás en la vida.
-Quiero tu historia- se acerca más y sonríe con malicia y se cruza los brazos musculosos. Vaya si que se entrena, no mas es un poco más joven que yo. Sarka en que piensas, decido mirar hacia la ventana para no ver los hermosos ojos- me intriga saber que paso contigo- se comienza a explicar – quiero saber como fue tu vida antes de trabajar para tu hermano y después de conocer a Dru, mas todo lo que sufriste con respecto a la loca rubia- le regreso a ver abruptamente poniéndome de pie y le pregunto grosera.
-¿Para que quieres saber eso? aprieto los puños porque me niego a recordar todo el mal que hice y lo peor a mi propio hermano.
-Estoy en la universidad- se levanta estando a mi altura y toma un mechón rojizo de mi cabello y lo vira- y quiero contar una historia así sea fantasiosa para mi ensayo, necesito sacar un diez – me alejo y obvio que le voy a decir que no, mi vida no está en venta.
-¿Qué estudias?- decido cambiar el tema y el parece notarlo. Relaja los hombros y se mete las manos en los bolsillos de su vaquero negro que por cierto le queda bien. ¡Mierda! Me toco los cachetes.
-Estudio periodismo- y más sorpresa esa carrera es la mas chismosa de todas las carreras que conozco.
¿Acaso quieres dejarme mal parada delante de todo el mundo?- niega de inmediato y se sienta ignorándome.
-Acaso no escuchaste lo que te acabo de decir, quiero tu historia para una tarea, estoy a punto de quedarme de semestre por descuido y necesito aprobar, no puedo jalarme el semestre mis padres me matarían.
-Espera- lo detengo- tú vives aquí en Washington -niega – vivo en Francia y tome un largo vuelo con tal de venir a verte diablilla- lo miro enojada por lo que me acaba de decir – pensándolo bien , se que no me las vas a dar así no más, podemos hacer un trato- me cruzo los brazos.
-No pienso venderte mi historia rata inmunda- miro de nuevo hacia la ventana y está lloviendo.
-Sabes imagine que no sería fácil así que vine preparado – saca un pequeño libro de su saco y se sienta- siéntate – me ordena el muy desgraciado y lo ignoro pero él me jala haciéndome sentar en la silla.
Este mal educado.
-Te voy a contar una historia donde una joven después de hacer el mal término perdonada- me siento afligida y subo mis rodillas hasta mi mentón y me las abrazo.
-No es justo que me hagas recordar todo el mal que me hice- admito- no quiero recordar, me siento tan culpable y ahora vienes tu para que te cuente algo que me lastima con todo mi ser.
-Sarka tu también fuiste una víctima- me sonríe con compasión y se acomoda para leer no sin antes decir- todos nos redimimos más cuando sentimos culpa de lo que hacemos. No eres la única creeme.- Con eso miro al cielo nublado mientras escucho la historia.
Tabari volvió cada día por un mes hasta terminar el libro. Desde ese día no menciono nuevamente que quería mis historia para salvar su semestre, más bien me hizo compañía haciéndome sonreír y sacando lados que no sabía que tenía.
Hoy es mi último día aquí en el centro psiquiátrico. Le envié una carta a mis padres para que no vinieran a recogerme, se supone que hoy vería a Tabari para darle mi historia, bueno es algo que aún no sabe.
Guardo la última prenda de ropa en el bolso y me ajusto el saco. Tomo la maleta y salgo del cuarto recordando todos los momentos que he pasado aquí y a que le vez no fueron tan buenos.
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Editado: 07.01.2025