70 años después
ELPHI
Me encuentro entre dos mundos distintos y nunca lo supe. Encerrada sin conocer una pequeña parte de la vida es lo que me quitaron. Utilizada y cegada por complacerlo es el precio que pago y no lo merezco.
Desde muy pequeña permanecí encerrada en un cofre que resulto se mi morada, y entre mis pensamientos solo soñaba con el día que pueda abrir los ojos. Además lo más extraño que entre mis sueños, está el cielo, lleno de ángeles, habilidades que se extienden más allá de la imaginación. Lo más triste es que, nunca vería ese mundo.
Mi cuerpo, sentía las sensaciones y el presentimiento de que alguien me vigilaba, no desde el momento que abri los ojos y a la primera persona que observe fue a una señora mucho mayor.
Ojos azules y con una sonrisa amable. Lleva recogido el cabello en un moño y vestida entre batas de lana. Sigo recostada en esta cosa que desconozco y mi cuerpo no puede levantarse, no puede impulsarse, quiero gritar pero mi hasta mi boca permanece cerrada.
-Bienvenida querida- me recibe con una voz angelical que enseguida me transmite paz- dejame ayudarte- extiende sus manos para levantarme y yo cedo. Coloca sus manos debajo de mis hombros y me levanta- Uff si que pesas un montón- permanezco sentada, no puedo hacer ningún movimiento- pon tus brazos encima de mis hombros- dice y lo hago.
Juntas nos impulsamos y caemos en el suelo- ¡ahhh!,jajajaj- se ríe por lo que nos acaba de pasar- la imito y nos quedamos viendo sin nada que decir- uy niña lo que vas a pasar- se levanta como si la vida no le pesara a su edad, mientras se arregla su ropa, observo la capsula y es un color hermoso como si me llevaran por los aires que desconozco, extiendo mi mano como si quisiera tocarla- esa es la capsula- me dice la señora, terminemos con esto, trata de incorporaste, te acostare en la cama para que te sientas más cómoda- asiento.
Momento después, estoy acostada en una cama, con sabanas muy blancas y todo a su alrededor es muy suave- nuevamente trato de hablar pero no puedo, no sale nada de mi boca. Por las ventanas de cristales se ven gotas que caen cruelmente del cielo, y eso me pone más triste de lo que debería. La señora dijo que ya regresaba por comida y la verdad no sé que es comida.
No sé nada, solo lo que tonta mente habla.
-Bueno- olfateo un olor que hace rugir mi panza, me llevo la mano de inmediato sorprendida- es el hambre- hago una mueca rara- hambre significa que tienes que alimentarte para sobrevivir así seas una persona muy especial- ¿soy especial? De que esta hablando esta señora. Se sienta en la cama y con un plato entre las mano coge un objeto raro- esto es una cuchara, que se introduce en la boca y después la sacas para que cojas más comida- miro la acción y abre la boca- imitame- lo hago- cierra- lo vuelvo hacer- ahora traga- su sabor es muy rico y quiero mas- vuelvo abrir la boca.
Horas después, con mucha dificultad estoy en otra habitación metida en tina que carga agua, la señora lava mi cabello y cuerpo entero, tocando zonas que me incomodan. Ella trata de explicarme, mi anatomía y yo trato de introducirlo todo en mi mente.
Al final me recuerdo que siempre hay ser aseada.
Me viste entre batas de sedas y peina mi largo cabello, hasta que lo corta dejándome expuesta la mitad de mi espalda hasta abajo.
-Lo tenías muy largo, requería de un corte urgente- trata de explicarse para que no me enoje- pero igual me enoja, y más sin consultármelo- podrías haberte caído con un cabello que llegue hasta el suelo, y más que todo ensuciarse- asiento arrepentida mientras observo mi reflejo en esa cosa de vidrio- es hermoso lo que vez- me brillan los ojos por coincidir con ella- eres hermosa niña, no lo olvides. Debes cuidarte de las personas que pueden arrebatarte esa belleza, más que todo la sonrisa como la que me das ahora.
Sonrió mostrando mis dientes blancos.
De repente bostezo y me estiro inconscientemente.
-Hora de dormir- asiento como muchas veces más- pero será un sueño donde despertaras. Y mañana será un nuevo día, donde habrá nuevas cosas que aprender.
Ya acostada me duermo y sueño con los cielos.
**
Pasaron dos días y mucha información para mi mente. Estoy atrapada conociendo parte del mundo que me rodea atreves de imágenes. Verónica, como se llama la señora, trata de enseñarme, vocales, abecedario y alguna que otra palabras fonéticas gramaticales, y semánticas, que pueda pronunciar, y es muy difícil. Y me avergüenzo mucho.
-Tu puedes hacerlo- recibo apoyo y no sé como se enfada. Tiene demasiada paciencia conmigo.
Abro la boca y trato de pronunciar. La palabra.
-C…ii..el…o- mi voz suena en la desolada habitación.
-Muy bien- se emociona la señora dándome un abrazo- algo es algo- vamos con la otra- asiento feliz.
**
Un mes después estoy hablando no de manera rápida pero algo es algo. Durante todos estos días, la señora me ha enseñado su vida cotidiana y yo la he seguido asiéndola también mía, se viste entre esos vestido florales largos y sacos de lanas, yo también lo hago. Agarro mi cabello en un moño donde no cargo ni un cabello suelto. Se siente comodo, mas que esos vestidos salidos de la nada que no tiene que ver conmigo. Cuando me dijo que tenia que usarlos los tire por la ventana que da al mar, y este se los llevo. Por otro lado estoy aprendiendo a cocinar, y a leer libros para mejorar mi pronunciación.
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secuestro y amor prohibido, dioses griegos y ángeles del cielo
Editado: 31.03.2025