(serie recuerdos)- Recuerdos de Dioses - 4

IX

ELPHI

-Antonie y yo cocinamos. Preparamos un gran banquete para los tres – miro al hermoso hombre que me pone nerviosa. Rayos, trato de sonar tranquila pero fallo. Doy pisadas chuecas por las bolas del césped.

-¿Antonie cocino?- parece sorprendido y asiento emocionada- me enseño mucho.

-Bien ya quiero probar todo entonces- sonríe con ternura mientras abre la puerta para que pase nos dirigimos a la mesa y abre la boca al mucha comida sobre la mesa .

Doy brincos y me siento en una silla. Antonie carga una bandeja de frutas rojas que desconozco.

-Señor, bienvenido- saluda agachando su cabeza acción que me deja mas perpleja. ¿Debo hacerlo yo también?, lo sigo llamando señor y hasta ahora no se su nombre.

Toma asiento, donde se ve como un rey que le falta su corona y se sirve un poco de vino.

-Gracias, acompáñanos Antonie ya que esta jovencita también lo hiso- abre los ojos como renacuajo y asiente sonriente.

-La verdad amo estoy mas que sorprendido, es la primera vez que me siento a la mesa con usted.

-¿En serio? – le pregunto mirándole a los ojos y él se pone tenso mientras asiente.

-Y la ultima querido empleado- le comenta mientras da bocados justo al platillo de espaguetis que prepare.

-Ese lo hice yo- se detiene al masticar- espero que sepa bien- me sirvo un poco de agua. Además, seria bueno repetirlo constantemente, y que Antonie nos acompañe muy seguido, no solo una vez- casi se le salen los ojos por lo que digo, traga primero y toma mas vino mientras me fulmina.

-¿Cómo que te tomaste muchas atribuciones desde que Vanessa no esta?- suelta esas palabras y algo en mi pecho se infla, quito mi mirada de la suya y miro a la ventana- quiero que sepas que Antonie es un empleado, y que solo me hará caso a mi- no lo mi miro, no lo miro- ¿Entendiste Elphi?- pregunta suavemente, sin enojo ni bruscamente. Asiento y mejor disfruto de este pequeño momento mientras se pueda.

El vuelve a su comida mientras Antonie me agarra la mano como consuelo- no se preocupe señorita, solo soy un empleado más- y con eso comemos en silencio, cosa que me atormenta.

**

Desde la comodidad de mi habitación miro la ventana y el despejado paisaje anochezco. Una gran estrella brilla y pido un deseo que jamás se cumplirá.

Quiero ser libre

Golpean la puerta, y cierro la ventana para sentarme en mi sillón y hacer como si terminara mi pintura, done se ven destellos de alas cristalinas entre el mar y el cielo.

-Pase- susurro y el señor entra con su rara vestimenta que me hace suspirar en mi mente porque en la vida real me trago mis suspiros.

-Elphi- me gusta como suena mi nombre de esos labios- necesito hablar contigo- se ve serio y se que no vendrá nada bueno de ahí. Mierda.

-Si, lo escucho- se sienta al filo de la cama y le pasa la mano al cobertor de plumas falsas.

-Yo te necesito- ay, abro los ojos mientras trato de ver mas allá de él, descifrar esas palabras por el tiempo que no responde, mi corazón late muy rápido- necesito tu ayuda- se corrige mientras me ignora con la mirada– quiero conseguir algo y tu tienes el poder para ayudarme- ahora si me regresa a ver pero no con esa calidez de atesorar algo si no como de ¿Maldad?.

-Esa ayuda tiene que ver con herir a la gente- se levanta y en segundos esta parado frente a mí y eso aterra.

-Si, quiero lastimarlas y tu vas a salir herida también- respuestas que no quiero escuchar. Aprieto mi pincel en mi mano que parece se va romper.

-Yo no soy mala señor- se ríe falsamente y me ignora para abrir de un portazo la ventana que cerré.

-No te mientas a ti mismo querida, todos son malos, nadie es Santo, nadie es perfecto para no cometer el error de equivocarse, siempre va existir algo que hará que esa persona sea mala.

-¡Yo no lo soy!- grito levantándome enojada- no existe nada en mi para herir a la gente…

Me detiene.

-Claro que lo eres, las emociones lo son, y tu tienes emociones que son egoístas- me mira a los ojos enojado y la vez eufórico- acaso no te has dado cuenta, eres egoísta contigo misma por no permitirte nada, no quieres sentir nada. Y lo peor que aun te falta por buscar. ¿Quieres conocer el mal del mundo que te rodea para que veas a las personas?, ¿Qué algunas son peores?, como monstruosas - me sostiene los hombros muy fuerte sacudiendome y yo trato de quitar sus garras de mi.

Lo rasguño….

-Pero también hay gente buena- respondo ahogándome con mi propia voz- los que aman, los que se sacrifican por las personas que más quieren…..

-El amor no existe Elphi- me tira a la cama bruscamente mientras el trata de salir de la habitación.

-Si existe -grito como nunca y se detiene para verme sobre el hombro, mi voz se queda ronca. Y más aun se va quedar seca cuando intente probar algo que me dan ganas de hacer. Lo leí en los libros y me lo dijo Vannesa. Peor yo voy a retarme.

-Estas equivocada, la maldita humanidad….- yo brinco de la cama para empujarlo contra mi sillón favorito, se queda sorprendió y de manera rápida lo hago. Beso sus labios, tomando su quijada de manera fuerte. Ambos nos miramos a los ojos. ¡Rayos no se que mas hacer!

Me empuja desprendiéndome de la suavidad de esos labios. Se levanta y me aterra lo que vaya hacer por su enorme altura.

Ahora estamos muy cerca uno del otro- no existe solo el deseo de ser corrompidos- menciona ronco- ¿Tu quieres ser corrompida Elphi?

Me pregunta y no se la respuesta. Yo solo quise probar algo que dicen en los libros que leo, pero mi corazón late muy deprisa y estoy que tiemblo a causa de mis acciones.

-No- murmuro. Él se tensa y veo que aprieta los puños y su mentón se pone duro.

-Bien, nunca mas lo vuelvas hacer- se acerca a mi oreja y me quedo estática por lo que dice- porque la próxima no habrá escapatoria - y con eso sale de la habitación dejándome sola. Con mis sentimientos revoloteados, confundidos y perdidos.




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