(serie recuerdos)- Recuerdos de Dioses - 4

XVI

HADES

El sonido de mis zapatos son muy fuertes al pisar el suelo. Y la luz de sol a las primeras horas de la mañana hace que sienta que me estoy quemando de verdad. El comienzo verano en el mundo mortal atroz.

-Préstame un trapo Antonie- ordeno a mi empleado mientras caminamos entre el gentío y comenzamos a subir la cima donde se encuentra el castillo.

-Mi señor temo de lo que vaya hacer- limpio el sudor de mi frente y me detengo abruptamente.

-No la voy a lastimar si es lo que te preguntas- le miro serio y sigo con mi caminata.

-Pero señor, yo creo que es correcto dejarla experimentar, apenas ha sido dos días desde que huyo, ella podría regresa sola por su cuenta.

Me volteo nuevamente pero esta vez serio.

-No quiero desperdiciar tiempo Antonie, quiero cumplir ya mi plan. Necesito su respuesta y si no lo va hacer la voy obligar y tu no me lo vas a detener, así que cállate la boca.

Asiente temblando. Continuo mi marcha y paso entre la gente que camina como tortuga admirando lo antiguo.

Si Antonie me hubiera preguntado que se siente estar aquí le hubiera respondido aterrador, ya que nunca he pisado este castillo donde un día vivieron mortales que tuvieron un trágico final, pero mas que todo donde un día Diocles y Grecia se amaron de verdad entre su noviazgo antiguo. Así que mi temor es que si el ángel esta aquí podría tener una conexión con alguno de su especie con alas.

Esa seria mi ruina.

Acelero dejando Antonie lejos de mi entro y miro entre las personas buscándola, como loco. Ella es diferente entre toda esta gente llena de mujeres y hombres, su cabello debe resaltar al igual que su silueta, alta, elegante y como si pareciera frágil o mas bien lo es. Y mas que todo es porque miro su brillo angelical, donde ella no lo veo yo si. Sonrió desquiciadamente por mis adentros.

Subo al segundo piso hasta que detengo abruptamente otra vez para regresar a ver el cuadro, entre ellos esta los ángeles del cielo, los padres de Elphi, lo amigos de ellos, volando por cielo de Grecia. Es un cuadro pintado con muchos colores pálidos, mezclando mucho el blanco con el celeste. El corazón me late rápido.

-Elphi- susurro esperando que escuche mi voz en su mente- regresa a mi, por favor.

La gente comienza a pasar alado mío emocionados y curiosos por algo, a lo lejos se ve una ventana enorme y rectangular indicando un paisaje pintoresco. Me acerco despacio y miro siendo empujado por las personas. Ahí se ve dos figuras emocionadas, una cantando y la otra tocando la guitarra ante una pareja de casados. Renazco esa silueta.

La voz de Elphi cantando me deja aturdido, o es la canción que parece traspasar mi alma. Ella comenzó a danzar como una bailarina que ni sabia que tenia esas cualidades. Parece emocionada cantando a los extraños. Nunca la había visto sonreír así, como si no tuviera cadenas ni la misma monotonía de siempre.

Que esta pasando…

¿Como aprendió esa canción y de donde la saco?

Elphi creo que me estoy cuestionando muchas cosas, cosas que no quiero admitir ni responderte si me llegaras a preguntar. Parece que quieres ser libre después de todo.

Pero mi avaricia y poder es mas grande. No vas a corromperme.

-Es hermoso como canta, señor- Antonie aparece lado mi emocionado y derramando lagrimas que desconocía que este enano podía sacarlas- solo mírela, ella quiere ser libre mi señor, solo acceda y ella lo ayudara de la mejor manera, créame.

-Acaso estar en el mundo mortal en el pasado te trastorno- niega.

-No pero, recuerde actué como elfo mientras usted usurpaba algo que no le correspondía, pasamos mucho tiempo en el mundo mortal, mas que todo usted disfrazado de Santa. Aunque no deberíamos haberlo echo.

Algo acusatorio de su parte. Lo mandaría a quemar en la hoguera por sus pecados pasados pero me contengo.

-Antonie eres mi empleado, y perteneces al inframundo no a este mundo- digo serio alzando mi tono de voz, me mira de reojo triste y vuelve a mirar al ángel.

-Solo piénselo -con eso desaparece dejando rastro de llamas sin que la gente se de cuenta porque siguen concentrados con el ángel siendo un mortal.

Decido aparecerme delante de ella como un dios griego que soy. Esta vez no va escapar, no de mi y mi furia que yace encerrada dentro de mi pecho. Bajo los escalones apresuradamente, entre el gentío de mortales que estorban con cada pisada que dan.

Espero que termine de cantar y la llamo por su nombre haciendo que ella se tense. Y la acompañante se sorprende por mi presencia intimidante.

-Bella, bella canción- aplaudo sin humor- ah ah ah ahora se te fue la sonrisa querida-camino despacio invadiendo su territorio-ella se aleja y la extraña parece reaccionar pero la detengo con mi mano- ni se te ocurra meterte- la empujo hacia el césped y empieza a pedir ayuda pero antes que alguien la escuche la detengo y se queda estática . Elphi se asusta y niega.

-¡Por favor!, ¡por favor!, no lo hagas Hades.

-Entonces para..deja de huir. Si no quieres que pase esto regresa a mi- extiendo mi mano y ella tiembla derramando lagrimas.

-Nunca- grita-¡nunca te ayudare!- me grita mas fuerte y comienza a huir nuevamente de mi. Eso me pone furioso .EL viento comienza a soplar fuerte haciendo te todo se mueva por lo aires, llevándose consigo muchas cosas que no me importan.

-Elphi- grito su nombre. Comienzo a correr tras ella mientras la chica desconocida comienza a moverse asustada.

Todo es un caos la gente sigue cruzándose por mi camino, les hago a un lado bruscamente sin impórtame sus quejas, sin importarme nada.

Pero es demasiado tarde cuando veo a mi Elphi chocar con las personas que son mi tormento.

Angeles, uno de ellos desterrado.

¡Mierda!




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.