(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

IX

Cuatro años después

Veo de lejos a  mi hermanastra convertida en una joven totalmente grande, supe que falleció su abuela, quería acompañarle en su dolor pero no creo que sea adecuado estar frente a ella en estos momentos tristes -aparto el paraguas de mí y  lo cierro, la lluvia cae sobre mí y hace que me sienta fresca, veo a lo lejos que llega mi madre acompañada de mi padrastro al cementerio, este le abraza con fuerza  abraza a mi hermanastra y yo abro de nuevo el paraguas y desaparezco.

Comienzan a brotar lágrimas de mis ojos, por sentir remordimiento de no estar en el funeral, tampoco en el de mi abuela estuve de parte de madre, así que cada año en su cumpleaños voy a visitarla al cementerio a dejarles flores de olivo, sé que era sus favoritas y de paso voy al lugar donde fue su hogar al igual que al mío.

En estos años he tenido cien llamadas de mi padre de esas solo he contestado dos veces donde sale a reprenderme por arruinar mi futuro, mi vida. Él no sabe que vivo en Seattle ni de mis recuerdos del pasado en absoluto no sabe nada. Deambulo por el lugar donde vive mi amiga Jade y  me detengo frente a su casa grande. Me acerco a la puerta y toco el timbre suena fuertemente haciendo que salte, espero que haya alguien en la casa.

Jade se casó con un hombre estadounidense que conoció cuando estaba de vacaciones, él es mulato, pero tiene unos ojos enormes, son de color verde esmeralda y mide un metro ochenta y cinco, cuando me invito a su boda me quede impactada por que ella se casó antes que yo pero en el fondo estaba feliz, recuerdo cuando me dio un vestido largo, para ser su dama de honor, era de tiras piel pálido, estilo plisado. Habían seis damas de honor yo era la tercera, la primera fue su hermana Dafne, la segunda era su prima Rose y claro las demás eran unas amigas de la universidad en la que ella estudiaba. Cuando lanzo el ramo yo no estaba preferí sentarme porque sabía que nunca me casaría ya que iba ser inmortal hasta que el tiempo lo decida y vuelva a tener mis supuestas "alas".

Antes de todo esto Jade se graduó de la carrera de Marketing y trabaja en una empresa de Marketing y Publicidad, por lo que supe hace un par de meses Jade estaba embarazada de cuatro meses, de gemelos. -Noto que la puerta que da a la calle se abre y es Jade, brinco de felicidad y me acerco para darle un abrazo amistoso, ella también me abraza y nos abrazamos como hermanas que nunca se han visto, lo primero que vi en Jade era su panza note lo rápido que había dado a luz y no vi la noción del tiempo que feo de mi parte.

Me hace pasar, veo el jardín decorado con flores de tulipanes y una mesa de vidrio con sillas blancas de metales en el césped, a la izquierda esta estacionado un carro azul Mazda CX 3 seguramente ha de ser de su esposo o de ella. Después cuando llegamos a la entrada de su casa me abre y me hace pasar, por dentro tiene una decoración tradicional. Es acogedor. Caminamos por el pasillo ancho y entramos a la sala, veo el gran ventanal que llega  hasta el suelo y vislumbra el jardín, a los lados están las cortinas de visillos. Me dice que me sienta cómoda- sonrió-  nos sentamos y  puedo notar la dureza de los cojines.

-¿Cómo estas Isabella? -me pregunta enseguida.

-Estoy bien, un poco triste acabo de venir de un funeral.

- ¿De quién fue el funeral? –pregunta muy triste.

 -De la difunta abuela de mi hermanastra, ¿Te acuerdas de ella?

-De tu hermanastra si me acuerdo, como no olvidar a la niña consentida - lo dice en tono burlón.- Lo siento Isabella sé que no puedo decirle a tu hermanastra pero te lo digo a ti mi pésame espero que algún día se lo digas de mi parte - me dice y dudo que vuelva a verla, se me complica.

-Si gracias, pero dudo que pueda - hago una mueca.

Cambio de tema.

-Veo que ya diste a luz. ¿Cómo están tus hijas o hijos?-le pregunto para saber de qué sexo los tuvo.

-Nacieron niñas, están sanas y grandes ya después de cinco meses haberlas traído al mundo. Ven para que las conozcas- me responde feliz.

Subimos a la segunda planta donde las escaleras son de madera, a la derecha hay un pasillo largo y a los costados hay dos cuartos grandes y recuadros colgados de paisajes giramos a la izquierda y entro  aun cuarto seguramente es donde duermen las bebes.

Les observo, una está durmiendo y la otra esta despierta jugando con sus deditos, la bebe despierta y me doy cuenta enseguida que tiene los ojos del padre son tan hermosas.

-¿Cómo vas con Dane?, veo que sigues joven no has envejecido nada pareces de veintiuno como para que tengas veintiocho años. ¿Cuándo dejaste de envejecer? -me pregunta burlándose así que le lanzo una mirada asesina.

-¿Envejecer?, no me he dado cuenta yo me veo igual- le reprocho.

-¡Claro que no!, mírate- exclama.

-Yo, es difícil, mi vida es tan aburrida viviendo con Dane, el trabajo me tiene estresada, enterarse que he sido un ángel es totalmente anticuado pero creíble, practicar con espadas eso es lo que cambia de mi vida aburrida, se vuelve más divertido.

Le cierro la boca y miro por la ventana a ver si asoma el esposo de Jade pero no, él sabe que soy inmortal, cuando le contamos Jade y yo mi secreto se desmayó y despertó en una hora, cuando lo hizo fue difícil que no quiso saber nada más de lo que era aunque siguió siendo  mi amigo, ¡es algo bueno! ¿no?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.