(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

XXXI

Semanas después  – dos días para la boda

Grecia

-Ahora vamos con la filosofía.

-Genial, que me vas a decir de aquello.

-Que tiene muchas palabras – me rio.

-Chistosa.

**

Ya falta poco para mi casamiento, ya encontramos el lugar de flores de lavanda, mi vestido es muy simple y me alegro.

Alicet e Iris me ayudan con todo, ese día no va a ver nada de cena.

-No puedo creer que en dos días me caso.

-Estamos muy feliz por ti – dice Alicet mientras cose una prenda, eso de coser no se le da muy bien pero que puedo decir,  lo intenta.

-Vienes al cielo, necesito que mires tu vestido.

-Claro Iris.

Artemis

-¿Qué es eso?- pregunto con mi pulso acelerado.

-¿De dónde vienes? – miro como afila la daga que está en sus manos.

-¿De dónde mierda sacaste eso Ava?- vuelvo hacerle la pregunta más enojado.

-Ay...tranquilo, me ayudaron a realizarla, alguien muy malo, es del mismísimo infierno. Un ángel la hizo para mí. Ella se casa en dos días no es cierto.

-Veo que no perdiste tiempo - me siento en el banco que está enfrente de ella- dejemos esto yo no quiero hacerlo.

-Ni te atrevas a decir eso Artemis - me amenaza con la daga – si escapas de esto, mato a Iris – el corazón se me para, maldita loca, obsesionada con mi hermano.

-Tú- me levanto y me acerco a ella – no te atrevas a tocarla o si no te la veras conmigo y no te va a gustar.

-Yo soy capaz de todo, desgraciado, voy a matarla y punto final.

-Yo no lo voy hacer, me retracto de esto– me alejo de ella y cuando estoy a punto de desaparecer me clava la maldita daga en mi abdomen, duele como el mismísimo infierno ¿cómo es esto posible?   esto no me puede herir, soy un ángel – ¿qué crees que haces?- me arrodillo en frente de ella.

-Crees que soy tonta, esta daga esta bañada con sangre infernal, esta bañada de mi maldad, acaso crees que no investigue, sé que las dagas simples no nos hacen daño, ni cualquier otra cosa material, sé que somos inmortales  y necesito que la persona que quiero matar muera, lo voy hacer de muchas maneras. Te guste o no….  si quieres que Iris y tu hermano hasta tu padre, vivan, tienes que estar de mi lado Artemis.

-Tú estás loca, nunca debí unirme contigo, fue mi error. Lo lamentare por el resto de mi vida – me saco la daga que tengo apuñalada en mi estómago rápido antes que llegue por completo a mi esa energía,  se  la lanzo y desaparezco.

Aparezco acostado en el césped de un algún extraño lugar, me duele la cabeza y siento el dolor en mi estómago, me miro la herida  y veo cómo se va cicatrizando. Esa daga va a matar a Grecia.

Me levanto ya estando mejor y decido ir a ver a mi  padre y hablar con Diocles de lo que va hacer Ava.

**

-Padre- miro a la persona que amo mucho aunque no lo crean.

-¿Artemis? – seguro se pregunta qué hago aquí, no soy de muchas visitas.

-Vine a verte – me acerco a él para darle un enorme abrazo, quiero que me abrace como nunca lo necesito, tengo miedo de todo.

-Me alegro hijo mío, espero que no te estés causando problemas.

-Yo de eso queria hablarte, yo- cuando estoy a punto de contarle todo Ava aparece con la daga que me apuñalo y me mira muy feo, da espanto. Me alejo de mi padre sin quitar la mirada de Ava. Ella se acerca a paso ligero.

-Queria decirte – me tiemblan las manos –que me perdones por todo, de verdad te amo padre.  Yo  soy malo, he  sufrido mucho – me señalo a mí mismo y Ava no deja de mirarme, que triste que mi padre no se dé cuenta. - Solo queria venir a decir eso.

-Oh hijo, tranquilo.

-Tengo que irme – le digo lo más rápido  posible, no quiero que Ava mate a mi padre.

-Me gusto tu visita – le sonrió y desaparezco con Ava al mismo tiempo pero estando separados.

-¿Qué crees que haces?- le agarró del brazo bruscamente pero ella se zafa enseguida. 

-¡Nada, cobarde! , me ibas a delatar no es cierto – se acerca y me planta una fuerte cachetada.

-Estás loca, no vuelvas hacer eso, tú ibas a matar a mi padre ¡loca!, no quiero hacerlo no quiero matar a nadie ya he matado pero ya no más y no a Grecia.

-Lo vas hacer y punto final.

-Tú y tus malditas venganzas, Ava estas obsesionada con mi hermano y no te das cuenta.

-Y que, no me importa si Diocles se casa con Grecia los mato a ambos.

-No te atrevas a tocar a mi hermano.

- A ti ni siquiera te importa tu hermano, ni Grecia.

-Tú no sabes nada – desaparezco no queriendo ver su maldad.Necesito paz y solo  a una persona me la puede dar.

**

-¿Te pasa algo? – Iris me pregunta y yo no sé qué responderle, me siento muy estresado con todo esto, no sé qué hacer.

 -Yo…. – me señalo a mí mismo parándome del asiento y me acerco a ella –yo quisiera que en este momento que me des un abrazo, necesito un abrazo con mucho amor y quiero que sea tuyo.

-Si, Artemis – se acerca a mí y me abraza con fuerza, es una sensación exquisita y reconfortante.        

–Te quiero mucho – se pone rígida y se desprende de mí.

-¿Que dijiste?- arquea una ceja seguro es  de sorpresa que  hermosa se ve así.




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