(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

XLIII

Artemis

-Iris hablemos ¿por favor?- no me gusta rogar lo veo algo ridículo, he visto a muchos reyes derrotados rebajándose a suplicar su vida. Ridículos, pero ahora que, yo soy la persona que está rogando para hablar con la persona que realmente amo, en mi diminuto corazón, lleno de maldad.

-Oye, de verdad sí que eres insistente, me sigues hasta donde vivo para hablar, ya hablamos y no quiero hablar más, estoy cansada de escuchar tanta verdad.

-Linda casa, ¿vives sola? –cambio de tema y le pregunto por qué vive tan lejos.

La estoy haciendo irritarse pero me gusta.

-Si, hace tres semanas que vengo a visitar mi casa.

-¿Dónde estabas viviendo?

- Sola,en mi casa de la playa. Antes vivía con Alicet .

-Oh .

-Ahora ya te puedes ir – mete su mano en el bolso para sacar las llaves y veo que se le cae una pintura, es antigua, que mierda, es un niño dibujado en este pequeño pergamino. Su cabello lo tiene pintado de castaño y los ojos son azules.

-¿Quién es? –Pregunto viendo la imagen.Alzo la vista y veo que está temblando y haciendo puños en sus manos. – ¿Estás bien?

-Yo….yo comienza a sudar por la frente y parece como si se fuera a desmayar –yo…- me arrancha la foto y la guarda en su bolso.

-Vete Artemis –me da la espalda para abrir la puerta, la veo entrar y la cierra fuertemente.

Así que  decido marcharme.

Una semana después

Grecia

Alicet me está colocando lápiz labial, me miro en el espejo y me siento muy desnuda. Solo cargo puesto un vestido negro brillante y lo horrible es que es muy pegado al cuerpo y me llega hasta los muslos.

-Parezco perra – le digo mientras ya está terminado de pintarme los labios.

Se aleja de mí para guardarlo en su caja de maquillaje.

-Claro que no, te vez muy sexi y más para salir un viernes en la noche, vamos a disfrutar a bailar y a beber un par de cocteles.

-Apenas gano el básico, me levanto y ahora me veo del porte de ella.

Escucho unos pitidos y apuesto que son sus amigos. Seguramente han de ser unos modelos guapos y músculos. Ahgg.

-Vamos – me toma de la muñeca y yo alcanzo a coger mi cartera y mi saco-no pensaras bailar con saco, okei – me señala y yo asiento .Claro, acaso quiero que todo el mundo me vea encuerada.

-Claro que si – le digo cuando ya estamos saliendo afuera para entrar al carro del chico. Me fulmina.

-Que hermosas se ven –dice el rubio con ojos verdes y está más bueno que Diocles pero eso no cambia nadita, aun así le sigo queriendo.

-Hola Zac te presento a…Grecia- jaja duda de como llamarme. Me acerco a saludar a Zac .

-Entren, encontraremos a los otros en la fiesta – Alicet se va al asiento  de copiloto y yo me pongo mi saco, después entro en  los asientos de atrás , debo decir que tiene un carraso y más de marca , debería decir el último modelo.

-Ali- me regresa a ver- de verdad puedes llamarme como quieras, siente en confianza por los viejos siglos.- Me sonríe.

-Me gustaría llamarte Grecia a partir de este día- le sonríe y acepto.

Alicet está hablando con el chico, mientras yo veo por la  ventana la hermosa noche despejada .El cielo .Quiero verlo desde arriba, quiero acostarme en una nube, quiero volar.

-Ya llegamos – me dicen ambos .No me he dado cuenta que el garaje de este lugar es afuera, ósea no tiene garaje porque es una enorme mansión .Mis ojos se abren sorprendida y me bajo del carro, Zac y Alicet hacen los mismo.

-¡Que casa! –dice Alicet silbando.

-Si, donde viven puros ricos, me da vergüenza estar aquí.

-No tengas vergüenza-me dice Zac no me  percate que ya estaba alado de Alicet .-¿Entramos chicas? -camino bien abrazada a mi saco y con unos nervios que  me recorre por todo el cuerpo. En los tiempos antiguos, las fiestas de ángeles eran en los bosques, había veces que se celebraban cuando ganaban una batalla o cuando era un día de celebración muy especial.

Ahora, que recupere mi memoria, todo cambio. Entramos y veo a pura gente bailando, me saco el saco y se lo entrego al encargado.

-Creo, que esto va estar genial –dice Alicet –divierte Grecia.

-Jajaj, voy por una bebida – digo.

-Claro, no te emborraches.

-Para mis veintiocho años va a ser la primera vez, si es que me emborracho.

-Eso no importa, si no quieres, no hay problema  no es una obligación. Mejor diviértete.

-Vamos a bailar – le dice el amigo.

Y así desaparece mi amiga, mientras camino por mi bebida me doy cuenta que la decoración es tipo futurista, los muebles parecen ser la última tendencia al igual que los jarrones con rosas rojas.

Llego al rincón y cojo uno de esos vasos rojos que están encima de la mesa, veo que hay agua y prefiero tomar agua.




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