(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

LI

-¿Así que no?- le pregunto con desconfianza.

-No Isabella – su mirada es de confusión y llena de resentimiento, pero que se puede hacer, nada, yo solo mirarlo.

Pero para alentarlo y desaparecer este ambiente frío le digo.- ¿Para que querías verme?- el sube su cabeza y llama a la camarera.

-Por favor tráiganos  un capuchino a ambos.

-A la orden – dice la joven voluptuosa.

-Bien – digo en voz alta.

-Bien, era para decirte que estamos buscando una llave Alicet y yo – los ojos se me salen y me acomodo en el asiento – una llave que te deja entrar al cielo , esa llave es la misma que Diocles dio a Arcángel para que el pudiera entrar.

-Pero, ¿cómo? – estoy confundida trato de aclarar mi mente, seguramente esa llave le ha de ver dado cuando ya no estaba.

-Esa…. se la dio para que le de tu ubicación, ese día, lo que quiero decirte es que nos ayudes, pero para eso quiero que salgas de tu capullo. Sé que te estas escondiendo de Ava, y yo te ayude hacerlo pero ¿no crees que es hora de enfrentarla? enfrentar nuestros problemas, volver, creo que al inicio de la vida.

-Yo no nacía cuando se dio el inicio de la vida, seguramente tu si, y eso- me rasco la cabeza, tengo que pensar bien en lo que Dane me dice.

Después de permanecer unos segundos callados llega el capuchino, la señorita lo deja y se marcha, Dane toma uno para beber.

-Acepto- digo segura de mi misma. Dane pone el capuchino en la mesa y me sonríe.

-En serio, no te olvides de decirle a Diocles que vas a volver a luchar para que te lleve  donde se ocultan.

- Y ¿porque no lo haces tú?

-No creo que este bien, ahí soy el malo, aunque no es de sorprenderse, me tienen miedo.

-Claro pero eso puede cambiar, aunque te digo de antemano que no voy a pedirle permiso a Diocles para volver entrenar, es lo único que te digo.

-¿Cambiar?, algo por lo que he cometido no se cambia, tu sabes cómo es de estresante, estas que te conectes con él para que lo conozcas más a profundo, porque siento que te falta conocer facetas de mi hermano.

-Las personas necesitan una oportunidad y no me lo recuerdes, yo quiero conocerlo mejor, pero estamos creo que distanciados, que solo nos vemos cuando nos conviene.-Dane toma mi mano para darle un apretón.

-La tengo difícil. Solo no huyas, de él. Si llegase a ser lastimado creo que se convertiría en un demonio muy feo, en la cual nadie quiere ver.

-Si – el quita su mano de mi para beber más capuchino.

-Me acorde de tus cartas en este momento, quiero que me acompañes, que las veamos juntos – el me mira temeroso y podría decir que no le gusta la idea de que lo haya invitado.

-Tienes que leerlas tu sola, seria incomodo estar ahí viéndolas contigo.

-Está bien pero podrías llevarme allí entonces- digo en voz baja .No quiero obligarlo a nada.

-Eso suena más fácil. Pero antes quiero conversarte de algo, tú has escuchado alguna vez sobre los diamantes de corazón.

-¿Diamantes de corazón? – digo confundida.-No, ¿debería?

-Mi hermano no te hablo de eso por lo que veo.

-Que, ya me perdí – pongo mis manos en mi cabeza y luego las cruzo.

-Esa es la llave, un diamante de corazón – quedo boquiabierta por tal revelación.

-Hay tantas cosas que saben ustedes y yo no sé ninguna – digo muy triste.

-Bueno Diocles,  me acuerdo que un día  vino y dijo que iba hacer una llave para que cualquier desterrado que sea ángel vuelva al cielo, mi padre al inicio estaba de acuerdo pero después cambio de decisión y tuvo que terminarla a escondidas de él.

-¡Wou!  Yo no sé nada de eso- confieso.            

-Yo debo estar más perdido que tu pero veo que no sabes nada, recuperaste tu memoria pero mi hermano nunca te hablo de eso, nunca te hablo de nada, ni de como estuviste en los cielos – Dane lo dice un poco gruñón.

-¿Esa llave, que hace exactamente? – pregunto muy perdida, no conozco al hombre que ame en el pasado y al que estoy volviendo supongo que amar. Mis manos me tiemblan y siento un nudo en mi garganta, es de dolor, de que Diocles no confía en mí.

-Abre el cielo, sería un peligro si un desterrado lo tiene como Ava , ya sabes los que son muy malos .

-Que más hace- digo de la desesperación.

-Volver al pasado, ir al futuro, detener el tiempo, confundir los cielos, ponerlos negros y destruir el universo – me dice. Aunque exagera en la última parte.

-Yo te ayudare a buscarla, voy a regresar a entrenar, voy a derrotar a los que son malos – cierro por un momento mis ojos asimilando cada palabra que me dijo Dane cada recuerdo mío, mi vida, mi estrella de la mortalidad, de pronto se me viene a la cabeza, también los viajes en el tiempo que hace Dane y Diocles.

-Artemis -levanta la cabeza, porque rara vez lo llamo así -¿a un viajas en el tiempo?- le pregunto, pero su reacción es de seriedad.




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