(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

LVI

Iris

Salí temprano de la casa de Santiago para dirigirme a la casa de Artemis, no sin antes pasar comprando un pequeño pastel y café. Pare ser honesta la mayoría de las tiendas están cerradas así que me toco buscar en lo más profundo alguna pastelería abierta.

Cuando voy llegando a pie hacia su casa el me espera afuera, miro al cielo y la nieve no para, sigue cayendo, hace un frío miserable.

-¡Artemis!-grito sonriente y el corre hacia mí para abrazarme.

-Estaba preocupado, ¿dónde estabas?, ¿por qué tardaste tanto?- después coloca sus manos en mis mejillas y me acerco a besarlo.

-Fui a comprar pastel y venia de una cena lo sabes bien.

-Vamos – me agarra de las manos para ir a su casa.

Dejo el pastel y el café encima de la mesa y me quito el abrigo. El enciende la chimenea.

-Capaz el café ya está frío- me acerco a él que está en cuclillas mirando el fuego y le abrazo por el cuello. -Feliz navidad.

-A ti también feliz navidad Iris.

-Que es lo que te regalaron- mira mi cuaderno de dibujos sobre la mesa.

-Un cuaderno para dibujar- se vira hacia mí y me conduce hacia el sofá.

-Yo también tengo un regalo para ti pero temo que no te guste.

-Yo no tengo nada para ti, solo mi presencia- me aterro ante la idea de no haberle traído nada pensé que no era necesario.

-No importa, me gusta que mi regalo seas tú, aquí, conmigo.

Se acerca al cajón de la cómoda y saca unos guantes negros- me pongo feliz.

-Me encanta Artemis- me pongo melancólica.

-Si, los compre por que tus manos siempre están heladas.

-Típico- me los pone.

-Gracias- se acerca para besarme.

**

Artemis y yo la hemos pasado muy bien, de lo bien y siento que en todo este tiempo sin haber tenido sexo o hacer el amor con alguien me ha dejado necesitada.

¡Dios! me empuja con fuerza en la cama y yo siento que quiero gritar de la excitación.

-Más… más rápido – le digo.

-Mi amor- dice gimiendo- lo hago con toda mis fuerzas- se ríe.

Ya cuando estoy a punto de llegar al paraíso le muerdo en la parte de la clavícula.

-Te amo Artemis – le digo y él se viene conmigo.

Y así los dos gritamos como nunca.

Grecia

Un mes después

Estoy peleando con una chica rubia alta, debo decir que es buena porque me va derrotando. La empujo con mi pie y ella vuela por los aires.

-Finalicemos por hoy- me dice agitada.

-Bien- le respondo.

Dejo los palos encima de los otros y me dirijo a la cascada para bañarme. Cuando estoy a punto de desnudarme aparece Diocles.

-¡Dios!- pego un pequeño grito.

-Sigue en lo que estabas.

-¿Qué haces aquí?- decido no desnudarme.

-¿Tu qué haces aquí?, porque yo estaba antes señorita. Aunque me gustaría que los dos entremos al agua.

-Sigue queriendo – le digo riéndome. Decido sentarme en el césped y el hace lo mismo pero alado mío.

Se pone serio y cruza las manos.-Lo siento Grecia, por todo, por gritarte, por hacerte sentir mal- su disculpa me llega hasta el corazón y decido perdonarlo.

-Disculpa aceptada Diocles- ya paso mucho tiempo así que es mejor que estemos bien.

-Pero, ¿en serio?- se pone inquieto- ¿te has vuelto a ver  con…. Henry?

-Es compañero de trabajo- le respondo calmadamente.

-Yo te amo...mucho.

-Lo sé, y yo  no sé lo que siento Diocles. Estoy muy perdida.

Me toma de la mano-no te apresures en nada, yo también estoy muy confundido si ya no sientes nada por mí, lo entiendo. – Agacha su cabeza y luego la alza- Isabella, te dejo en libertad- me sorprendo por su confesión.

-Diocles- le digo, con una mueca de tristeza.

-Te dejo en libertad, porque te amo y no quiero atarte a nada-siento un nudo en mi garganta y quiero llorar.

-Quiero que seas feliz, quiero que todo sea tranquilo para nosotros, para mí, para mi hermano para las demás personas que conozco.

-¿Porque te portas así?- el corazón me late de pánico de lo que vaya a decir.

-Isabella me voy a ir por un tiempo- y las lágrimas caen sin cesar.

-¿Dónde?, ¿Cuánto tiempo?- le pregunto asustada.

-Por un largo tiempo.

-Y Ava, tu papa, el cielo.

-Por eso me voy para yo mismo encontrar la solución- se acerca a mí y me abraza. - Te voy a extrañar mucho y no te ates a mí, puedes enamorarte nuevamente y Ava no te va hacer daño. Alicet e Iris van estar contigo.




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