(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

LX

-Dime que si vamos charlar Babi – me urge hablar con ella.

-Si Isabella pero ahora disfrutemos- comienza con sus palabras que no parecen  de aliento y yo estoy con una vergüenza, ¡Dios! estoy disfrazada de conejita.

-Debo admitir que te ves muy bien, sexy.

-Jajajaja- me carcajeo, entramos al lugar donde es la fiesta o lo que sea. Esto parece un bar. Donde hay personas disfrazadas de distinta manera.

Y así comienza mí noche, mi gran noche.

Diocles

-Sigue llamando- me insiste Alicet.

-No me contesta- adonde habrá ido Grecia.

-Creo que hicimos mal en descolarla – dice Iris. Ella por lo que veo se ve mejor que la última vez, está feliz de estar con Artemis.

-Nosotros nos vamos- se levanta y toma la mano de su ahora enamorada y desaparecen en nuestras narices.

-Arcángel, ¿ya te vas? – le pregunto.

-Si nos vemos mañana descasen chicos- así no más y Grecia, nadie se preocupa. Solo Ali.

-Chaito- se despide Alicet de Arcángel.

-No me contesta – me rindo.

-Localízala, me preocupa, ella no es así, ya es la una de la mañana y nada.

-Voy a ser eso.

Minutos después presiento la energía de Grecia y Alicet decide acompañarme.

Aparecemos en una bar lleno de gente disfrazada.

-Wou que es esto, y no me invitaron- miro con mala cara a Alicet.

-Grecia está aquí- digo enfadado.

-Ah de ser, vamos a ver.

Entramos y veo a pura gente bebiendo, besándose y bailando muy apegados, busco Alicet con la mirada y veo que se deja llevar por la música me acerco a ella un poco furioso.

-Concéntrate, búscala para irnos de aquí lo más rápido posible- le digo molesto. Ella asiente disculpándose con  la mirada y regresa a ver a todos lados al igual que yo.

-No hace falta seguir buscando, ahí está- dice con la mirada sonriente.

Me volteo y la veo bailando encima de una barra. Me sorprende casi me da un paro  cardiaco y más ver a la  prima de Grecia, Babi.

No me di cuenta en que momento comencé a caminar pero cuando ya estoy enfrente  de ella le grito su nombre, ella no parece escucharme, extiendo mis manos y la tomo por las piernas para ponerle poca abajo sobre mi hombro.

-Dioooo…clesch- esta borracha ¡no lo puedo creer!

-Grecia me decepcionas- camino hacia Alicet y ella me dice.

-¿Qué le pasa?- como si no lo notara.

-Esta borracha-digo obvio- podrías llevar a Babi al lugar en el que se está hospedando.

-Claro, por lo que veo si que disfrutaron.

-Está en sus treinta y viene a emborracharse- digo serio.

-Diocles, no es para tanto –  menciona Alicet a la ligera.

-¡No es para tanto!- le fulmino con la mirada- es una mujer grande no debe estar haciendo estas cosas de niña mimada.

-Mejor voy a llevar a Babi- dice Alicet arrepentida- pero exageras- dice cuando ya está más de cinco pasos de mí.

-Adiós- digo aunque no lo haya escuchado.

Dejo a Isabella sobre la cama, se quedó dormida muy rápido, veo su habitación y sigue igual no ha cambiado nada, camino hacia el escritorio y miro el cuadro de fotografía donde aparece ella y Henry. Parece que son novios. Me pongo un poco triste y siento un arrepentimiento de lo que le dije hace tiempos.

Me volteo a verla y decido acobijarla y dejarle en paz para que duerma. Después me voy.

Grecia

Me retumba la cabeza, el dolor es infernal es como si estuvieran cayendo rocas del cielo. Me siento en la cama y veo Alicet entrar por la puerta con un plato de comida.

-Bueno día- me saluda con una sonrisa.

-Buenos días, yo, no recuerdo que paso ayer- digo confusa y pone la mesilla con el plato de comida en mis piernas.

-Que no mas harías- dice soltando aire.

-¿Cómo llegue aquí?-le pregunto y ella me mira preocupada.

-Diocles te trajo.  Digamos que fui con él a donde estaban ustedes dos divirtiéndose y bueno parecía decepcionado de ti- se sienta y se ríe un poco. - Aunque para mí fue divertido verles a ambas vestida de conejitas- se está burlando de mi- miro mi ropa y aún sigo con el disfraz.

-¡Por Dios Babi!, ¿qué paso con ella? – Alicet parece relajada, ni me acorde de mi prima.

-Tu relax, yo la lleve donde se estaba quedando.

-Estoy segura que ella tampoco ha de recordar algo, bebimos y no fue adecuado ya que yo no soy así, no me reconozco- me tapo la cara de la vergüenza.

-Todos caemos en algo alguna vez.

-Y será la última- digo asegurando con mis palabras.




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