(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

LXXI

Diocles

-¡Grecia!- escucho que pronuncia ya varias veces su nombre.

-Por qué repetirá su nombre - dice Iris.

-Isabella está muy pálida, no será que comió algo que le hizo mal- replica mi hermano.

-Voy a traer agua para cuando se despierte- sale del cuarto Iris. Me siento al otro lado de la cama y le tomo la mano.

-Las espadas y demás herramientas ya están hechas – alzo la vista y el tiempo se acerca.

-Fueron muy responsables- le digo a mi hermano.

-Cuando estés listo podemos ir al cielo-Iris entra con un vaso de agua.

-Aun no despierta- digo, lo coloca encima del viejo velador.

-Lucen cansados, es mejor que se vayan a casa- les miro y parecen muy felices.

-Bueno – accede mi hermano y da por olvidado el tema.

-Bien – digo, y se despiden y ambos desaparecen.

Me acuesto no sin antes darle un beso en la mejilla, aprieto más fuerte su mano y  me pongo a pensar hasta mientras en un plan de cómo  ir al cielo o como hacer una entrada, me encuentro nervioso.

Grecia

Abro mis ojos y me acomodo en la cama, veo a mi costado que esta Diocles profundamente dormido.

-Grecia- dice mi nombre una persona que está sentada en una a silla frente a nosotros. Esta todo oscuro y no logro ver quién es. Pego un pequeño brinco.

-¿Quién eres?- digo en voz baja.

-Te espero afuera- me dice y  busco mi celular pero no logro encontrarlo. Bebo el agua que dejaron encima del velador.  Me apresuro a levantarme y salir en cuclillas, después bajo por las escaleras- ¡Dios estoy es Atenas! – me paso la mano por el cabello por suerte el dolor de cabeza mitigo.

-Afuera de donde – me digo a mi misma ya que hay la salida principal y la de la cocina que da al jardín. Voy por la segunda opción pero primero voy por unas sandalias.

Cuando abro la puerta una mujer esta parada de espaldas mirando el panorama nocturno.

-¿Quién eres? – vuelvo a preguntar.

-¿Cómo te encuentras? después de que te desmayaste te duele algo- acaso está preocupada por mí.

-No me duele nada solo fue una recaída de tanto estrés.

-No es bueno- se gira y me quedo quieta de la sorpresa.

-¡Tú!- digo en voz baja.

-Yo- me sonríe – viene por lo que te hablo tu antiguo hermanastro- en total, la cara se me cayó al piso.

-Hermanastro, ¡Gerónimo es mi hermanastro!- afirmo sorprendida.

-Si- confiesa, cruza los brazos.  

-Cómo… puede ser tu hijo…. él, me quiso matar- le reclamo.

-Eso quedo atrás, debería disculparme por él- se pone la mano en el pecho. - Los siento Grecia, lo siento por todo el sufrimiento que has recibido.

-Soy Isabella, ahora lo sabes- le contesto muy fuerte y camino por los alrededores del césped.- Para que apareciste, tú me dejaste, no fuiste buena madre, nunca. No ves hasta tu hijo te salió malo que quiso matar a su propia hermanastra. Que gran secreto señora pero pensándolo bien usted ya no es mi madre. Yo tengo otra madre como otro padre- digo recordando mi infancia. Y no que estaba muerta, al final resulto mentira lo que dijo Euphoria.

-Una madre que ya no quiere verte y un padre con el que perdiste contacto por ti. Es muy egoísta ¿no es cierto?- también me manda sus palabras en la cara.

-Bueno uno no puede elegir a la familia que quiere.

-Gerónimo fue desterrado por sus maldades, Euphoria se encargó de ello, se volvió cercano a la chica… que se llama Ava, claro yo no puede ocuparme de él por mi egoísmo. Les abandone a ambos soy una pésima madre. ¿Él te hablo de los pergaminos?

-Menciono algo de eso- le respondo enojada y sorprendida por la revelación.

-Ten cuidado cuando entres al cielo ya no es como antes, esos pergaminos están en un cofre. Tienes que tomarlo antes que Euphoria.

-¿Por qué? – digo despreocupada.

-Porque encontraras las respuestas sobre las dudas que tenías.

-Solo viniste a decirme eso- le miro con mala cara – jaja no me importa el pasado- me rio con sarcasmo en su cara.

-Claro que te importa, los recuerdos son difíciles de tomarlos a la ligera, nos nacen dudas. Soy una diosa, te confieso……y como diosa es lo único que puedo hacer por ti.

-Y por ¿Gerónimo?- le reclamo más enojada.

-Negocie su libertad, es libre hace, poco lo fue, tuve una charla con él. Le dije que tenía que alejarse de Ava porque si estaba con ella lo ejecutarían cuando Arcángel o Diocles tomen el trono.Tenía que obedecerme o sino yo mismo me encargaría de llevarlo.

-¿Es un ángel desterrado aún?- me nace la curiosidad.

-Si, pero es libre ya no lo estarán buscando.

-¿Con quién negociaste?- le sigo preguntando.




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