(serie Recuerdos) - Recuerdos de mi vida 1

LXXII

Unos días después

Iris

Piensa, piensa, vas a sobrevivir, cada esta vez más cerca.

-Ángel Guardián- me llama Marcos.

Me tardo en responderle, porque los sentimientos me invaden hoy, será que Artemis va entrara al cielo o mejor dicho querrá volver después de tener una vida aquí en la tierra, en Seattle.

-¡Iris! – Marcos pone su mano para despertarme de mis pensamientos profundos así que decido responderle.

-Si- le miro a los ojos.

-Toma- me da un arco y un saco con flechas. - Son fabricados por mí.

-Gracias- le digo amablemente.

-De nada- han pasado varios días desde la boda de Ali, seguramente ya regreso de su luna de miel, quiero saber los detalles.

**

-Hola Iris- Grecia me saluda,  trae a mí un flashback de cuando la conocí.

-Isabella McEwan Grecia…. – me quedo callada para saber su segundo apellido.

-De Atenas – es una broma.

-¡Es enserio!- le digo sarcástica. Ella cruza los brazos. Debo admitir que es una chica valiente y su belleza le hace resaltar justo como para ser  reina de los ángeles en los cielos.

- Soy Isabella su significado referente al amor es ‘‘amar y ser amada,  me gusta mi nombre porque necesito ser amada por las personas que son importantes para mí pero se me complica demostrarlo ya que primero tengo que darme cuenta de lo importante que soy para el mundo hasta para mí. En el  mundo hay millones de personas distintas, ya sean  personas malas o personas buenas,  que daño le estamos haciendo a nuestro mundo’’- en cambio me sale con este comentario raro.

-Y eso…- continuo- yo queria saber tu segundo apellido.

-Te lo digo porque fueron mis primeras palabras, de un inicio y finalmente aquí comienza el fin de esta historia. Isabella MacEwan Grecia Summer. Antes de ‘‘Grecia’’ era Sol Summer. Pero lo cambie como ya sabes.

-Sol Summer – me gusta -nunca supe tu segundo nombre y apellido sé que lo cambiaste por Grecia pero a mí me encanta.

-Mmm si es bonito- me sonríe.

-Si tengo una hija en el futuro la llamare Sol- le digo avergonzada.

-¡No seas ridícula!- cambia de posición y ahora pone sus brazos atrás suyo- aunque si lo haces…gracias por pensar en mí.

-De nada- caminamos ambas por el césped presenciando el lago de aguas cristalinas.

-¿Y cómo te va con Artemis?-cuando estoy a punto de responderle ambas caemos sobre el lago por suerte no es de aguas profundas. ¡Diablos! estoy completamente mojada, alzo la cabeza para ver quién nos empujó.

-Ava- dice enojada Grecia.

-Ava – responde– Ava- se acerca a nosotros y sin impórtale mojarse.- Comenzó nuestra batalla- lo dice con odio y rabia.

Toma a Grecia del cabello para sumergirla en el agua y ahogarla yo le pateo y le mando a volar.

-¡Grecia párate! – le tomo del brazo y la jalo conmigo para salir de aquí y pedir ayuda.

Comenzamos a correr y ella habla como si estuviera tratando de respirar.

-Nuestros amigos están en la cascada- yo asiento y corro con más fuerza. Una mujer con cabellera negra y ojos cafés nos detiene con sus habilidades haciéndonos caer al suelo.

La mirada que tiene es feroz, mejor dicho diabólica.

-Rafaela- dice confundida Grecia.

-La conoces – regreso a verla afirmando mis palabras.

-Si- se levanta y se para frente a ella.

-Tanto tiempo- responde sacando sus alas blancas.

-Estas con ellos – Grecia retrocede y me mira.

-Siempre estuve con ellos, ¿soy falseta verdad?, por pretender ser tú amiga, por ayudarte. ¡Qué horror!  La bondad nunca fue para mí- debo admitir que a la loca le queda bien la vestimenta de cuero.

-Ja- dice Grecia.-Malditos ángeles malos.

Yo permanezco callada por que no sé que aportar a esta charla ridícula.

Grecia

Detengo su mano justo a tiempo, si no lo hubiera hecho, su mano estuviera junto a mi mejilla. Alzo mi rodilla y le golpeo el estómago, Rafaela recibe el dolor y cae en el piso de tierra, es hora de usar mis habilidades la arrastro de un lado a otro con la mano.

-¡Tenemos que irnos! – dice Iris. De lejos miro a la pequeña ángel que es mi enemiga.

-Ava – grita Rafaela- llama a los demás- seguramente llamara a mas ángeles para atacarnos es hora de usar el plan así que dejo de molestarla y me lanzo a correr con Iris.

**

-¡Dios!- grita ella, miro a Marcos atravesándole una espada a un ángel que nunca había visto. Nos regresa a ver.

-Ellos están aquí- sin reaccionar mis ojos ven la rapidez de una lanza hacia una persona.




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