Marcos nos espera sentado en una mesa redonda, noto que trae consigo un arco.
-Llegaste puntual, amigo- le habla Iris.
-Claro, hasta traje conmigo el arco que dejaste botado.
-No lo deje botado- le reprende y yo me siento alado de él.
-Descuidada- se lo da y ella lo toma. La señora viene a tomarnos la orden y luego se marcha.
-¿Y cómo va el cielo? – le pregunto cruzando los brazos.
-Bien, Diocles es el nuevo rey de ahí.- Lo imaginaba no aparecido ni para saludar. Descarado.
-¿Y Artemis?- Iris no ha sabido nada de su enamorado en semanas tampoco. Le he dicho que tiene que subir para que lo vea pero no quiere.
-Le devolvieron sus alas blancas. Ya no es un desterrado y Arcángel va a vivir entre los mortales. Es lo único que se, además de que se llevó un funeral para los que murieron.
-Los cremaron supongo- menciona Iris y el asiente. La mesera viene con los tacos, y yo me pongo feliz por comer.
-Ahora, comamos- devoramos la exquisita comida mexicana.
**
Abro el cofre y trae consigo muchas cartas y papeles además de unos dibujos muy viejos.
-¿Qué es?- pregunta Iris curiosa.
-Vamos averiguarlo, a descubrir lo que pensaba Atenas- le respondo.
Hubo una vez, solo una en la que sentí que podía vivir tranquila, en la que no me preocupara por nada, lo daría todo, lucharía contra viento y marea, peliaría contra todo mal, pero no fue así. Cuando la sostuve en mis brazos supe que ella debería ser diferente a mí, diferente a su hermano, diferente a todos, pero en qué sentido, en lo más bueno. Pero al enterarme que no podía volver a pisar tierra nunca más tenía que ofrecer un sacrificio, ella lo era.
Atenas es un mundo diferente a otras ciudades, en la que te surmejes por lo curioso.
**
-Ya- insiste Iris otra vez, estos días ha estado viviendo conmigo ya que no queria quedarse sola en la casa.
-No- le grito. Pongo la prueba encima de la mesita. Espero otros cinco minutos. Y lo tomo para ver. ¡OMG!.
Salgo del baño sorprendida, pálida, tengo una mezcla de miedo con felicidad.
-¡Yyy!- me sonríe.
-Estoy embarazada- grito y se lanza hacia mí para abrazarme y yo estoy en shock.
-Cuando vuelva tienes que decírselo.
-Si es que vuelve- me suelta y le miro a los ojos.
-Él va a volver. Vamos Ali nos está esperando para mostrarnos su nueva casa y sorpresa- me veo mi abdomen plano. No puedo creer que no me haya dado cuenta.
**
-Grecia, él está aquí- después de un largo mes aparece. Iris se marcha y me deja sola. Por la puerta entra el vestido de blanco y con una diadema.
¿Se nota la panza?, claro que no, estoy con un vestido oscuro, valientemente me levanto y decido contarle, bueno, primero saludarle.
-Perdón, por abandonarte- dice triste y arqueo la ceja.
-Supongo que Artemis volvió contigo- digo y el asiente.
-Esta con Iris, se asustó cuando lo vio. Vine, porque te extrañaba y me haces mucha falta- aprieto mis dedos. Le miro a los ojos.
-Si que te fuiste por unos largos días, me contaron que eres el nuevo rey del cielo- sonríe y miro el cielo despejado.
-Si, mi padre y Artemis me eligieron. La verdad mi padre opto por votar entre Artemis y yo- su cabello se ve más claro al igual que sus ojos azules, se acerca a mí y me toma de la mano.
-Estoy embarazada- le digo sin pensarlo. Su cara se queda estática por un momento pero después sonríe- que bomba, era ahora o nunca.
-Seré padre- se emociona y me acaricia los brazos.
-Si- sonrió y no me siento enojada para nada más bien me siento tranquila porque apareció y tomo la noticia de una buena manera.
-Entonces estas lista para ir a casa- subo de nuevo mi mirada y asiento.- Antes debo pasar por un lugar.
-De acuerdo- me besa por un tiempo corto en los labios.
-Tienes que despedirte de Ali. Ella está afuera esperando- y desaparece. Una sensación extraña aparece en mi pecho.
Entro a la casa de Artemis y presencio el orden de los vasos, Iris eres buena ordenando. Me dirijo a la sala y están las cuatro personas.
-Artemis- me acerco a saludarle- felicidades por tus alas- me abraza muy fuerte y con dulzura.
-Mira mis ojos- dice Alicet de la nada, me alejo de Art y le miro.
-¿Qué pasa con tus ojos?- pregunto confundida, después miro a Iris sonriente.
-Soy humana, tome la poción que me diste después de la batalla- abro mis ojos. No sé si debería alegrarme o estar triste.
-¡Ug!- me tapo la boca y me acerco para abrazarle.-No te paso nada.
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Editado: 26.07.2021